La iniciativa “4 por 1000” fue puesta en marcha por Francia en diciembre de 2015. Su objetivo fue unir actores del sector público y privado de todo el mundo para demostrar que con más agricultura se puede reducir la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. ¿Cómo? Cultivando, porque con una tasa de crecimiento del 4% anual de las reservas de carbono en los primeros centímetros de suelo se podría mitigar este flagelo ambiental.
Argentina es líder mundial en la conservación de los suelos, referente en el manejo sustentable, apalancado en la siembra directa pero también en un sistema que es mucho más que “sembrar directamente”.
Los suelos tienen 2 a 3 veces más carbono que la atmósfera. Cada año, el 30% del gas carbónico (CO2) es recuperado por las plantas gracias a la fotosíntesis. Después, cuando las plantas mueren y se descomponen, los organismos y microorganismos vivos del suelo, tales como las bacterias, hongos o gusanos, las transforman en materia orgánica rica en carbono.
Dos referentes de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) que disertaron en el Foro realizado en Madrid, en el marco de la COP 25 (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), dialogaron con Clarín Rural a pocas horas de concluir su participación para contar qué puede aportar el know how argentino no sólo en lo estrictamente productivo, sino también, en el vínculo entre diferentes actores (productores, ciencia, empresas, consumidores, sociedad) en pos de hacer un uso más apropiado del ambiente.
Pedro Vigneau, presidente honorario de Aapresid.
“Con Aapresid estuvimos desde el principio apoyando esta iniciativa y a este tercer encuentro vinimos a traer algunas mediciones de lo que estamos haciendo en Argentina y a mostrarles cómo es nuestro sistema de trabajo”, explicó el presidente honorario de Aapresid, Pedro Vigneau, que expuso en representación de la Global Conservation Agriculture Network -GCAN- (de la que Aapresid es parte).
“Lo que se propone es un cambio de paradigma enorme, porque antes pensábamos que intensificar no era bueno, y ahora sabemos fehacientemente que intensificar es mejor para el suelo, y cuanto más tiempo lo tengamos con raíces vivas haremos una mejor captura de agua y tendremos mayor captura de carbono, con menor uso de herbicidas y fertilizantes, etc, y todo esto, directa e indirectamente, colabora con la reducción de emisiones”, sintetizó Vigneau.
“A partir de la fotosíntesis las plantas son capaces de tomar el CO2 de la atmósfera y devolverlo al suelo como carbono orgánico, por eso, a través del concepto de Agricultura Siempre Verde (ASV) lo que se busca es potenciar ese proceso”, dijo Vigneau. Y mostró en su exposición, los ensayos que vienen haciendo en la Chacra Pergamino donde “bajo secuencias más verdes los stocks de carbono del suelo aumentan en promedio más de 6 toneladas de carbono/hectárea”.
El encuentro, que este año tuvo como lema “Pasar de un proyecto piloto a un cambio a gran escala”, se hizo en el Ministerio de Agricultura de España. Los disertantes que abrieron el foro fueron los ministros de agricultura de España, de Francia y de Alemania. Y luego se realizaron las disertaciones de especialistas entre los que estuvo Marcelo Torres, director del Programa Prospectiva de Aapresid.
“Vinimos a transmitir dos mensajes fuertes: uno es el de apuntar a una agricultura siempre verde, lo más verde posible con rotaciones, dobles cultivos, cultivos de servicio o cobertura, porque si mantenemos el tapiz vegetal vivo, mediante la fotosíntesis podemos contribuir más a esa fijación de carbono en el suelo”, contó Torres. Y agregó: “El otro mensaje fuerte es que todo lo que logramos en Argentina es mediante el trabajo de los productores junto con los investigadores, partiendo de las preguntas que se hace el productor siendo protagonista de su propio desarrollo en el campo, incorporando la ciencia y a los decisores políticos”.
Torres destacó que “no es tan habitual en todo el mundo la comunión que hay entre sistemas productivos, innovación e investigación, algo que en Argentina se da muy bien”.
Siembra directa en el mundo
Si tiene tantos beneficios a la vista, ¿por qué la siembra directa no se expande más en otros lugares del mundo? Quizás esa sea la gran pregunta. No es sencillo. Pero desde Aapresid, hace unos años, con el Programa Internacional como bandera, han empezado a trabajar para llevar el sistema, todo el expertise, a diferentes lugares.
Así, están trabajando en Africa, y se ha difundido en España. Pero poco. Para Torres, tiene que ver con que “acá, hace más de 30 años, los pioneros se encontraron con un montón de trabas, pero tuvieron una firme convicción para seguir”. También hizo falta una sinergia entre ciencia, empresas de tecnología (maquinaria e insumos), contratistas, asesores privados y productores. “Esto no es común en el mundo, la otra explicación hay que buscarla por los subsidios y productores aislados, sin una comunión para avanzar juntos”, dijo Torres.
Vigneau, en tanto, subrayó el perfil del productor argentino, joven, instruido y activo. “El último censo nacional agropecuario mostró que alrededor del 50% de los productores tienen título universitario, lo que, entre otras cosas, favorece la adopción de nuevas tecnologías, eso en el mundo no existe”.
“En un contexto mundial en el que el 85% de la agricultura se hace a la vieja usanza, disqueando y arando, Argentina, en donde más del 90% de la superficie cultivada se hace en siembra directa, tiene una enorme oportunidad y el gran desafío de contarle al mundo que se puede hacer una producción innovadora, sustentable y con más alimentos por hectárea, por supuesto que hay que seguir mejorando, pero tenemos que salir a contarlo”, concluyó Vigneau.
Fuente: https://www.clarin.com/rural/agricultura-siempre-verde-llave-reducir-emisiones-co2_0_ri_ZPXXz.html