La reproducción sexual permite la mezcla de material genético proveniente de dos individuos (genéticamente diferentes) para producir descendientes cuyo genoma difiere entre ellos y los progenitores.
Esta forma de reproducción permite la introducción de variabilidad genética a través de dos mecanismos: 1) la precombinación genética que ocurre durante la meiosis (forma de división celular de las gametas, células que participan en la reproducción sexual) y 2) y por la combinación genética que se produce entre los progenitores en el momento de la fecundación. Así la reproducción sexual introduce variabilidad genética y brinda al individuo una importante ventaja competitiva/adaptativa frente a un medio ambiente previamente cambiante e impredecible.
El sentido del olfato permite percibir moléculas volátiles y no volátiles que intervienen en procesos vinculados al comportamiento tales como:
- Reconocimiento de lo propio
- Reconocimiento del medio ambiente
- Comunicación intra e interespecie
- Reproducción sexual
Dentro de las moléculas consideradas quimiosensoriales, las feromonas constituyen solo una categoría. Estas señales químicas son utilizadas tanto por los organismos unicelulares y por los vertebrados superiores.
Los organismos unicelulares y los insectos emplean las feromonas para la comunicación intraespecifica con el fin de regular el comportamiento.
En los vertebrados superiores la quimiorecepción periférica se produce a través de dos sistemas: el gusto y olfato. Estos dos sistemas se diferencian por el modo de acceso del estímulo, es decir, por contacto directo la gustación y por el desplazamiento de moléculas a distancia, el olfato.
Las estructuras que intervienen en la olfación, en vertebrados superiores son el órgano vomeronasal, septal, mucosa olfatoria nasal y el sistema nervioso central para poder percibir, reconocer, discriminar, procesar, integrar y recordar estímulos olfatorios y elaborar una adecuada respuesta.
El sentidos del olfato es mucho menos importante para los seres humanos que para el resto de los animales, sin embargo ningún otro sentido tiene un poder evocativo comparable, ni es capaz de provocar tantas asociaciones emocionales primitivas. Para los seres humanos, especie cuyos sentidos dominantes son la vista y el oído, el olfato resulta poco menos que un lujo.
Por su parte el sistema inmunitario responde a una amplia variedad de estímulos químicos procedentes del ambiente; discriminando entre lo propio, lo no propio y lo propio modificado. Las diferencias genéticas entre individuos son de vital importancia por el papel que desempeña en el reconocimiento inmunológico ya que decide la suerte de los órganos y tejidos transplantados.
Esta breve introducción nos lleva a plantear la hipótesis de interrelación funcional entre sexo, olfato y sistema inmunitario, basada en los siguientes fundamentos:
Fundamentos fisiológicos:
Las feromonas son indispensables en la comunicación intraespecifica para regular el comportamiento de animales en actividades tales como atracción del sexo opuesto, segregación de ambos sexos, estimulación sexual, reconocimiento de las crías, modificaciones en el ciclo sexual. Estas respuestas son alcanzadas con concentraciones muy bajas de feromonas.
La placoda olfatoria constituye una fuente generado de neuroblastos que migran hacia diferentes regiones del sistema nervioso central durante la embriogénesis. Las neuronas hipotalámicas productoras del factor liberador de hormona luteinizante derivan de la placoda olfatoria (roedores).
La mucosa nasal forma parte de un sistema inmunitario común a todas las mucosas. La diversidad celular del epitelio olfatorio incluye linfocitos intraepiteliales en íntimo contacto con células neurosensoriales.
Fundamentos experimentales:
En roedores se demostró que el olor que desprende un animal esta determinado en parte por sus genes. Ratones que difieren genéticamente solo en una región cromosómica implicada en funciones inmunológicas, conocida como Complejo Mayor de Histocompatibilidad, se reconocían unos a otros por el olor.
Los genes de histocompatibilidad confieren un olor característico a cada animal.
Los productos de los genes de histocompatibilidad se encuentran en solución en sangre de roedores y humanos y se excretan constitutivamente en la orina de roedores.
Inducción de abortos tempranos en ratones hembras cuando se cambia el macho dentro de los cuatro primeros días de preñez.
Producción in vitro de factor liberador de hormona luteinizante por linfocitos T de sangre periférica humana activados por fitohemaglutinina.
Fundamentos patológicos:
Síndrome de Kallman: hipogonadismo hipogonadotrófico con anosmia (humanos)
Historia de abortos recurrentes espontáneos en parejas que comparten antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad.
Autor: Liliana Votey