En los Lepidóptero la olfación y la detección de feromonas es producida por distintas sensilla (proyecciones de tipo pelo) sobre las antenas, mientras que en los mamíferos las mismas funciones son producidas por el tracto olfatorio y el órgano vomeronasal respectivamente.
Existen por lo menos dos caminos de detección odorante en el tracto olfatorio de los mamíferos. En el primer camino, los receptores acoplados a proteína G aumentan la concentración de AMPcíclico, esto produce la apertura de canales iónicos que producen el potencial de acción de la neurona. En el segundo camino ocurre una serie de eventos similares excepto que el inositol trifosfato (IP3) es usado como segundo mensajero. Ambos caminos utilizan diferentes receptores y canales iónicos. En ambos casos la sensibilidad luego del estímulo es reducida por la fosforilación de las proteínas G por una protein kinasa A para el sistema dependiente de AMPcíclico y una protein kinasa C para el sistema de IP3. Además, los niveles aumentados de Ca2+ producidos por el odorante reducen la sensibilidad inhibiendo la adenilato ciclasa y los odorantes potentes activan a la NO sintetasa y la producción de GMPcíclico, que también reduce la sensibilidad. Cualquier odorante solo activa uno de estos caminos, pero no existe relación entre la clase de odorante y el sistema activado.
Se conoce muy poco acerca de la olfación de los insectos, pero si se conoce más acerca de como se detectan sus feromonas. Inicialmente son sintetizadas y transportadas por una proteína ligadora de feromonas específica (SPBP). La unión de la feromona o del complejo SPBP-feromona a un receptor acoplado a proteína G activa una fosfolipasa C específica; se libera IP3 y esto produce la apertura de los canales iónicos, lo que produce el potencial de acción. Como con la olfación mamífera, la señal “se apaga” por la fosforilación del receptor y altos niveles de GMPcíclico.
Fuente: David R. Kelly – Chemistry & Biology (Agosto, 1996)