The New York Times (Julio 31, 2001)
La esquizofrenia es mejor conocida por sus síntomas activos, como la paranoia, pero también tiene síntomas pasivos, como la inhabilidad para experimentar placer. Un estudio publicado la semana pasada en el Journal of the American Medical Association sugiere que el estudio del sentido del olfato podría ayudar a reconocer algunos de los síntomas.
Los investigadores de la Universidad de Iowa expusieron a 18 pacientes con esquizofrenia y 16 voluntarios sanos a un aroma placentero, la vainilla y a un aroma desagradable. Un sistema de imágenes fue utilizado para monitorear el flujo sanguíneo a diferentes áreas cerebrales, y a los sujetos se les pidió que clasificaran cada aroma.
Los grupos clasificaron el aroma desagradable similarmente, pero difirieron en el aroma agradable. Los pacientes con esquizofrenia olieron el aroma a vainilla con la misma intensidad pero menos placentero comparado con los controles.
Las imágenes cerebrales, sin embargo, mostraron grandes diferencias en el procesamiento mental sólo con el aroma desagradable. El sistema límbico, un área asociada al olfato y emociones básicas como el miedo, estaba muy activada en las personas normales pero inactiva en las personas con esquizofrenia. Ellos se basaban en las áreas frontales corticales, que usualmente son reservadas para funciones de alto nivel como la toma de decisiones y la distinción de ciertas experiencias como recompensas.
El principal autor del trabajo, el Dr. O’Leary , dijo que junto con sus colegas especulaban que los déficits en el sistema límbico podrían alterar el cerebro esquizofrénico para que las áreas corticales procesen los estímulos desagradables que pueden indicar una amenaza. Este uso erróneo de los circuitos cerebrales podría jugar un papel en la paranoia y falta de placer creando una asociación habitual con el peligro para todo tipo de estímulos, ellos sugirieron.