¿Los perros nos aman? Este es un tema bastante estudiado entre los psicólogos históricamente. Ahora, un libro parece acabar con el debate y afirma que nuestros amigos caninos efectivamente muestran amor hacia las personas.
‘Los perros son amor: por qué y cómo te ama tu perro’ es el título del libro de Clive Wynne, fundador del Canine Science Collaboratory de la Universidad Estatal de Arizona, en el que este psicólogo animal estadounidense nos muestra sus conclusiones tras varios años de estudio.
Wynne confiesa que en un principio no creía en que fuera posible atribuir a los perros emociones complejas. No obstante, la ciencia canina ha disfrutado de un resurgimiento en las últimas dos décadas y mucha de ella ha sido a causa del ensalzamiento de la inteligencia de los perros, incluso algunos estudios han apuntado que gozan de una inteligencia innata y excepcional. Y esto a pesar de que otros animales han mostrado, a través de experimentos científicos, que pueden hacer cosas increíbles, como identificar tipos de objetos en imágenes 2D (palomas), entender la gramática (delfines), o, incluso, comunicar la ubicación de alimentos a través del baile (abejas).
«Amar y ser amados»
Wynne, por su parte, sostiene que es la «hipersociabilidad» o «gregaria extrema» de los perros lo que los diferencia. En este sentido, uno de los avances más sorprendentes proviene de estudios sobre la oxitocina, un químico cerebral que cimenta los lazos emocionales entre las personas, pero que es, según nuevas pruebas, también responsable de las relaciones entre perros y humanos. Incluso, la manera en que se miran humanos y perros se asemeja, a nivel químico, a cómo lo hacen madre e hijo.
«Nuestros perros nos dan mucho y a cambio no piden demasiado. Sólo necesitan nuestra compañía, necesitan estar con la gente»
La genética también apoya esta relación tan especial. Investigadores de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) descubrieron que los perros tienen una mutación en el gen responsable del síndrome de Williams-Bueren en los humanos. Esta enfermedad se caracteriza por limitaciones intelectuales y una gregaria excepcional. «Lo esencial de los perros, como para las personas con síndrome de Williams-Bueren, es el deseo de formar conexiones cercanas, de tener relaciones personales cálidas: amar y ser amados«, explica Wynne a CNA Lifestyle. Este animal es capaz de conectar con otras especies y con los propios humanos de manera singular, por lo que si crece con ganado, amará al ganado; si crece con personas, amará a los humanos
Para demostrar su teoría, el autor ha estado realizando multitud de experimentos al respecto y, gracias a resonancias magnéticas, ha demostrado que los cerebros de los perros responden a los elogios tanto o incluso más que a la comida.
Lo que hace que estos hallazgos sean importantes, más allá del avance de la ciencia, son sus implicaciones para el bienestar de los perros, según Wynne. Pero aunque los perros tienen una predisposición innata al afecto, requiere que la crianza se haga de la manera correcta, por eso, este psicólogo animal pide rechazar métodos de entrenamiento brutales y basados en el dolor, como collares de estrangulamiento basados en «dominancia». «Todo lo que tu perro quiere es que les muestres el camino», añade Wynne, a través del liderazgo compasivo y el refuerzo positivo.
También significa dedicar tiempo a satisfacer sus necesidades sociales en lugar de dejarlos aislados durante la mayor parte del día. «Nuestros perros nos dan mucho, y a cambio no piden demasiado», explica. «Sólo necesitan nuestra compañía, necesitan estar con la gente».
