Según numerosos estudios existe una correlación directa entre la exposición a la violencia de los medios de comunicación y el aumento de la agresividad en la conducta. Esto no se debe a que la gente sea incapaz de distinguir entre la realidad y la fantasía, sino a que en la transmisión de estos contenidos se emplean técnicas psicológicas de insensibilización y condicionamiento.
Al producir medios de comunicación cada vez más violentos, la industria del entretenimiento ha participado durante décadas en una lucrativa danza con el diablo. A lo largo de los años, padres y grupos de consumidores han seguido haciendo sonar las alarmas con respecto a los efectos que los filmes violentos, la televisión y los video juegos, mas realistas que nunca, están teniendo sobre sus hijos y la sociedad en general. La respuesta de la industria ha sido consistentemente una especie de asombro indignado.
La evidencia, dicen quienes estudian la violencia en la cultura, es inasible: cientos de estudios en decenios recientes han revelado una correlación directa entre la exposición a la violencia de los medios de comunicación –ahora se incluyen los video juegos- y el aumento en la agresión.
Esto no se debe a que la gente no pueda distinguir entre la realidad y la fantasía, sino a que los medios de comunicación ultraviolentos emplean sistemáticamente técnicas psicológicas de insensibilización, condicionamiento y aprendizaje sustituto.
Dave Grossman, ex oficial del ejercito y catedrático de la Universidad de Arkansas, dice que estas son las mismas técnicas que fueron utilizadas con un gran efecto durante la Guerra de Vietnam para incrementar el “índice de fuego”, esto es el porcentaje de soldados que de hecho disparara un arma durante un encuentro: de 15 a 20 por ciento en la Segunda Guerra Mundial y hasta 95 por ciento en Vietnam.
Grossman discute como las técnicas de condicionamiento fueron utilizadas para enseñar a los soldados que iban a Vietnam a matar automáticamente en encuentros de batalla, aunque respetando la autoridad y haciendo distinciones instantáneas entre amigos y enemigos.
La diferencia esta en que los medios nos enseñan a relacionar la violencia con el placer.
Los video juegos interactivos, afirma Grossman, están conectados incluso mas directamente con el comportamiento. Los video juegos, adictivos, cada vez mas hiperrealistas en sus efectos, con frecuencia son lo que él llama “series de disparos condicionantes con objetivos que surgen y tienen una retroalimentación inmediata, justo como los que se utilizan para entrenar a los soldados en los ejércitos modernos”.
Los sentimientos de Grossman son expresados también por Joel Federman, codirector del Centro para Comunicación y Política Social en la Universidad de California. “En los juegos”, dijo, “el comportamiento agresivo no solo es considerado apropiado, sino que es recompensado por hacerlo bien”.
Fuente: La Nación (Junio 27, 1999)