Biología
Las hormigas de las bellotas
Jay Copeland, publicado originalmente en 1995 en la revista Massachusetts Wildlife
– 19.11.2001 –
Las especies más comunes de hormigas que viven en las bellotas en Massachusetts son miembros del género Leptothorax. Hay tres especies que están muy relacionadas y son similares superficialmente en sus hábitos y apariencia. Estas son: L. longispinosus, L. curvispinosus y L. ambiguous.
No es sorprendente que las hormigas que viven en las bellotas sean pequeñas, como así sus colonias. Una colonia típica puede tener de una docena a cien miembros. Las trabajadoras miden unos pocos milímetros. Esta forma compacta de vivir hace que las hormigas de las bellotas sean las principales candidatas elegidas por los biólogos para la investigación.
Las hormigas de las bellotas no utilizan a las bellotas exclusivamente para formar su nido. Generalmente están predispuestas a anidar en cualquier cavidad pequeña que resulte favorable, aunque las bellotas ahuecadas parecen ser las preferidas.
Hay algunos comportamientos de las hormigas que me llamaron la atención. Por ejemplo, si una de las trabajadoras descubre una cáscara de bellota desocupada la revisará para analizar si sus condiciones son favorables para su colonia. Si es de su agrado, volverá a su nido e intentará recluir a otro trabajador para ir con ella y evaluar la nueva cáscara de bellota. La hormiga hará esto levantando y llevando a la otra hormiga o utilizará una conducta de reclutamiento llamada “corrida en tandem”. En la corrida en tandem la hormiga líder llama a la otra hormiga mediante una secreción de feromonas liberada de una glándula de veneno en la punta del abdomen. La otra hormiga responde caminando hasta la hormiga líder y tocando sus piernas traseras y abdomen con sus antenas. Luego la hormiga líder camina hasta la nueva bellota asegurándose que la otra la sigue y le toca sus piernas traseras y abdomen con sus antenas. Si la hormiga pierde el rastro la líder subirá el abdomen y emitirá más feromonas.
Una vez que la segunda hormiga llega a la nueva bellota, entra y la inspecciona para evaluar su habitabilidad por si misma. Si la aprueba volverá al nido para recluir otra trabajadora. Si no lo aprueba, volverá a la colonia sin recluir a ninguna hormiga. Mediante este proceso es posible que la colonia pueda tener lo que mi amigo Stefan Cover, biólogo experto en hormigas o mimercólogo, llama “una forma primitiva de voto democrático” donde toda la colonia decide si es conveniente mudarse a otra bellota ahuecada. Ya que si menos de la mayoría de las trabajadoras aprueban la nueva bellota los intentos de reclutamiento de las hormigas eventualmente fracasan.
Mientras que buscaba las colonias de Leptothorax comencé a apreciar las ventajas de vivir dentro de una cáscara de bellota. Mientras que el suelo y las hojas secas son ricas en fuentes de alimento para las hormigas, este medio ambiente también se encuentra habitado por una gran variedad de competidores y peligros potenciales. Uno de los desafíos más significantes de vivir en la tierra es evitar sufrir putrefacción. La tierra abunda de bacterias y hongos putrefactivos que están específicamente adaptados para degradar la materia orgánica. Es sorprendente como las hormigas logran evitar las infecciones por bacterias y hongos.
Una adaptación usada por las hormigas para evitar las infecciones bacterianas o ser recubiertas por mohos es desinfectar sus nidos con una poderosa sustancia antiséptica emitida por unas pequeñas glándulas en la superficie de sus cuerpos. Irónicamente, con esta adaptación, las hormigas preceden a los humanos en el invento de una forma de pesticida por unos 50 millones de años.
Las hormigas de las bellotas, como Cover me explicó, son predadores primarios y recolectores en la cadena alimentaria de descomposición. Me sorprendió aprender de Cover que nadie sabe precisamente su base de la alimentación o la de cualquier otra hormiga predadora. Se sospecha, sin embargo, que se alimentan de la microfauna de invertebrados que vive en la tierra y hojas: pseudoescorpiones etc.
Como resultado de sus actividades, las hormigas literalmente remueven la tierra. La materia orgánica se descompone más rápidamente cuando es removida y oxigenada. Entonces, las hormigas son las principales removedoras del suelo de los bosques. En ausencia de ellas, la velocidad de la descomposición de la materia orgánica se vería significativamente reducida.