Las culturas científica y humanista buscan un espacio común a través de una reflexión compartida que tendrá lugar en mayo próximo en Londres convocada por la Fundación Balzán. Una iniciativa que pretende integrar las dos almas de la humanidad, la del progreso y la del corazón, en un nuevo concepto de modernidad. Por Gerardo Neistat.
Representantes de la cultura humanista y de la cultura científica se reúnen el 13 y 14 de mayo en Londres por iniciativa de la Fundación Internacional Balzan para debatir sobre el tema “Dos culturas, desafíos del futuro.”
Según explica la Fundación Balzan, la incompatibilidad entre las culturas humanista y científica continúa siendo un problema sin resolver, cuarenta años después de que C.P. Snow denunciara en su famosa obra “Dos culturas” el conflicto que las enfrenta.
Los límites del conocimiento humano, los problemas éticos y sociales que plantea el desarrollo de la ciencia y la medicina, así como la importancia del conocimiento científico en las decisiones políticas, son los ejes vertebrales del encuentro sobre las dos culturas.
El encuentro analizará también cómo el triunfo de las nuevas tecnologías, de un lado, y de la mundialización, de otro, cambiarán nuestra visión de la realidad y las leyes de la naturaleza.
Asimismo, analizará el modo en que el crecimiento exponencial de los nuevos conocimientos será utilizado por la medicina y la biología, y también la influencia que ejercerán sobre la vida cotidiana los nuevos descubrimientos y teorías, tanto científicas como filosóficas.
Dieciséis laureados por la Fundación, entre los que se encuentran destacados miembros de la comunidad científica internacional, participan en este encuentro junto a un nutrido grupo de personalidades británicas de la política y la ciencia.
Un nuevo concepto de modernidad.
El objetivo del encuentro es armonizar la cultura científica de nuestro tiempo, tan condicionada por descubrimientos que desbordan la ética humana y por los intereses industriales, con una cultura que tenga en cuenta la naturaleza de la ciencia, que debe estar al servicio de las personas.
La modernidad científica y tecnológica nos ha aportado la industrialización, la división del trabajo y la urbanización, el advenimiento de la democracia y el triunfo del Estado-nación.
Sin embargo, la cultura científica y tecnológica nos ha aportado también un modo de vida que disfrutamos y padecemos al mismo tiempo: disfrutamos porque nos conforta, padecemos porque nos hace sentirnos incómodos con nosotros mismos (Baudrillard dice que nos desenvolvemos en un medio social que es un mecanismo de vaciado mental), con nuestro hábitat (cada vez más deteriorado) y con nuestros semejantes (debido al abismo social que hemos creado).
Por eso, en el seno de la comunidad científica surgen voces, como la de la Fundación Balzán o la del profesor José Luis Pinillos en España, que plantean una reconsideración de la opción de la cultura científica y demandan una integración de lo que ha dado en llamarse las dos almas de la humanidad (la del progreso y la del corazón) en un nuevo concepto de modernidad.
Más información, ponentes y programas del Encuentro Dos Culturas:
http://www.balzan.it/english/balzan3.htm
Sobre la perversión de la ciencia actual:
http://www.webzinemaker.com/admi/m6/page.php3?num_web=1604&rubr=4&id=7275
AUTOR : Gerardo Neistat FECHA : 16 mars 2002
Fuente: Tendencias científicas