Fuente: La Capital
Janusz Korczak fue un maestro, escritor y pediatra polaco. Dirigió a partir de 1911 un orfanato en Varsovia basado en el respeto por los derechos del niño. En la década del 40, el orfanato fue trasladado al Gueto de Varsovia. Allí, los niños y niñas, además de ser huérfanos estaban condenados al encierro, a violaciones de todos sus derechos y a la amenaza del exterminio nazi.
Korczak cuenta que en el orfanato se producían muchas situaciones de violencia entre los chicos y fue probando diversas maneras de contrarrestarlas: con más y menos intervención, con mayor flexibilidad o con sanciones, pero los resultados no se modificaban. Entonces un día Korczak citó a todos los niños cuyas edades iban desde los 5 a los 12 años y les dijo: “A partir de mañana cualquiera puede pegarle un golpe a cualquiera”.
Los chicos se quedaron asombrados. Korczak sacó una caja de cartón, le realizó un corte convirtiéndola en un buzón, colocó unas hojas con lápices a su lado y les planteó una sola condición: “El que quiera pegarle a alguien tiene que escribir 24 horas antes el motivo por el cual le quiere pegar”. Quien no supiera escribir sería asistido por un asistente de Korczak para cumplir con la consigna.
La caja de las peleas hizo que se redujera la violencia en la institución de un modo inimaginable. ¿Por qué? Porque reconoce, acepta y escucha los sentimientos, porque busca alternativas aceptables, porque redirige el comportamiento de los chicos y les permite comunica sus propios sentimientos, y sobre todo los estimula a argumentar.
La caja de las peleas es considerada como una innovación en la democracia escolar porque las autoridades brindan una instancia de reflexión, un paréntesis, una pausa a través de la escritura que permita asumir responsabilidades ya que se intenta hablar o escribir antes de pasar al acto.
Korczak sabía no solamente que las peleas forman parte del vínculo entre iguales sino también que difícilmente se pueda prescindir de ellas cuando se crece a los golpes. Creía que más vale partir de este dato para intervenir en las situaciones, que dar sermones cuando la situación violenta se presenta.
Este gran pedagogo polaco permaneció hasta el final junto a sus 200 niños en el gueto de Varsovia. Se negó a abandonarlos y el 6 de agosto de 1942 murió junto a ellos en el campo de exterminio de Treblinka.
Defensor de los derechos del niño ideó, entre otras formas democráticas de organización de los orfanatos, este recurso simple, eficaz y diferente. Considero que a pesar del tiempo transcurrido la caja de las peleas es un recurso del cual mucho podríamos aprender todavía.
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