María-Csilla Bekes 1
Sumario
En este artículo se presentan las experiencias de una doctora alemana trabajando con mapuches. Se señala que la psiquiatría intercultural se fundamenta en la profundización e interiorización de la cosmovisión de la cultura distinta.
Se presenta la «locura» mapuche y el trabajo de los machis (chamanes mapuches). Se comentan algunas experiencias interculturales concretas: la psicosis, la violencia, el alcoholismo y el incesto «intercultural».
Palabras claves
Interculturalidad, cosmovisión mapuche, curación mapuche, machi, psiquiatra intercultural.
Summary
This study presents the interesting experience from one german psychiatrist working with mapuches (aborigenes). Signs the importance of the knowledges of the cosmovision of one other culture in the «transcultural treatment».
Describe some mapuche medical knowledges and the work from the machis (mapuche shaman). Comments specific intercultural cases of psychosis, alcoholism, violence and incest.
Key words
Interculturality, the mapuche cosmovision, the mapuche medicine, machi (shaman), psychiatrist intercultural.
«Y su propia alma volaba al compás del retumbo del cultrún, después de fumar en su kitra los yuyos sagrados. Los que le mandaba Nquenechen para que sea sabia, pero sobre todo para que pudiera volar de ida y vuelta entre la vida y la muerte. El humo que sólo podía ser probado por las machis, por los lonkos, por los héroes.» 4
Todo esto lo leí volando en un avión entre Europa y Latinoamérica al partir en mi viaje para conocer la cultura de los aborígenes de este continente.
No es necesario explicar que mis conocimientos de la medicina y psiquiatría fundadas en diversas universidades de Alemania, Londres y Viena no me «enriquecieron» con muchas vivencias espirituales, y de verdad nunca estuve confrontada profundamente con cosmovisiones de culturas muy distintas. Mi pasión por la psiquiatría intercultural y la antropología nació de una profunda convicción porque han contribuido no solamente al desarrollo de la psiquiatría en general, sino a la comunicación y comprensión entre las culturas.
Según los enfoques principales de la etnociencia, empecé a trabajar en comunidades mapuches el enfoque «émico», el cual aplica variables de una cultura e intenta el conocimiento e interiorización en la cosmovisión de ésta. Por otro lado, el enfoque «étnico», utiliza conceptos y métodos pertenecientes a la persona del investigador. En los primeros días me di cuenta de la profundidad de esta magnífica idea: «practicando la verdad, merecemos la que ignoramos.» 5
A partir del trabajo intercultural, seguí un camino largo, desde un mundo artificial (aunque dirigido por una profunda humanidad occidental), hacía la divina armonía con la Naturaleza en lecciones mapuches de mística ecológica; desde un mundo de racionalismo empírico con crecimiento cognoscitivo hacia el pensamiento mágico, con uso de símbolos, apegamiento irreflexivo a creencias y tolerancia a la contradicción, inaceptables en la cultura occidental.
Los dos mundos ponen en práctica diferentes sentidos del ser, de la vida. ¿Pero, qué es la cultura… el punto de partida de mi trabajo?
¿Qué es la cultura?
¿La magia integrada al sistema económico-socio-político? ¿O la interpretación desmistificada, que incluye todas las acciones materiales humanas? ¿Es la cultura una manifestación de la militancia humana de dominar todo (perspectiva occidental) o un compromiso idealístico con la Naturaleza, propia de los pueblos naturales?
Para responder a las preguntas anteriormente presentadas he decidido utilizar la interpretación antropológica: la cultura es el sistema de hábitos y costumbres adquirido por el hombre a través de un proceso no biológico, transportado por su sociedad como su principal mecanismo de adaptación al medio ambiente (E .P. Thompson) 7 .
La cultura no sólo provoca influencias en determinados patrones conductuales y cognitivos, sino además, genera enfermedades mentales con componentes específicos de tipo cultural.
¿Entonces las enfermedades mentales también son distintas? Siguió la pregunta básica sobre del núcleo principal de la psiquiatría, la psicosis o la locura.
¿Qué es la locura?
¿Cuál hipótesis se acerca más ampliamente a esta pregunta multidimensional? ¿La teoría del arco biológico evolutivo e involutivo de la vida humana, cambiando de una matriz cósmica a una humana y social, y en las superficies de estos cambios existe la posibilidad aumentada de «volverse loco»? (Gonzalo Bosch) 1 . Teorías más antiguas explican las enfermedades por el desbalance de los cuatro humores, y las enfermedades mentales como decisiones divinas y posesiones demoníacas. Ya Epitectus y otros estoicos opinaban que la enfermedad mental está fuera de nuestro libre control, sería como un tipo especial de desproporción irracional entre la vida exterior y la respuesta a ella. ¿Es la salud mental la capacidad de amar y trabajar según Freud, o la capacidad de cumplir sus roles sociales según Fromm? Me quedó la idea de que todos estos pensamientos nos permiten sólo una aproximación, hay un misterio profundo y desconocido que se expresa en la enfermedad mental. Al mismo tiempo, describiendo síntomas, cambios y alteraciones morfológicas y funcionales, olvidamos una esencia íntima y misteriosa de la enfermedad. Todas las interpretaciones anteriormente dichas conviven en el interior de la enfermedad mental y forman una realidad multifacética.
¿Qué es la salud mental y qué es la locura mapuche?
Los criterios de salud mental blanca se caracterizan por una racionalidad estructural fundamental de nuestros actos. Los criterios de salud mental mapuches no son empíricos, sino globales místicos, como la ruptura satánica de equilibrios.
Los mapuches miran a través de la Naturaleza lo profundo del destino, teniendo una clara visión de nuestra finitud temporal. Con el tiempo me acerqué al concepto fundamental mapuche: no hay enfermedades mentales per definitionem, sino enfermos.
Compartiendo una cosmovisión de unidad entre el hombre, comunidad, fuerzas sobrenaturales y la Naturaleza, en la cultura mapuche la enfermedad es una ruptura de armonía, un desequilibrio entre los elementos expresados. La medicina mapuche tradicional distingue tres tipos de enfermedades: a) Naturales (re-kuxan), con una causa natural como el enfriamiento, pasmo, etcétera. b) Intermedias, que combinan causas sobrenaturales con síntomas naturales, y c) Sobrenaturales, clasificados en 1) wenu-kuxan, provocado por el mundo superior (wenu-mapu) con el fin de sancionar, y 2) weda-kuxan, provocado por parte de un agente del minche-mapu o mundo inferior. Se hará la mención que las enfermedades mentales son causadas en su gran mayoría por brujos y pertenecen al grupo de enfermedades sobrenaturales.
La cultura mapuche es fundada en el respeto al Universo y la Naturaleza, conforme al principio de reciprocidad, o sea, conocer y respetar las leyes naturales, las leyes humanas, sacrificar con rituales, obligaciones religiosas y místicas. La ruptura del orden natural, religioso o social provoca un desequilibrio entre los poderes y leyes establecidas originando una enfermedad. La enfermedad surge del mundo exterior por un daño o mal provocado por envidia (causada por el desequilibrio social) o transgresión (causada por la falta de respeto a la Naturaleza y sus fuerzas). El cuerpo individual, el cuerpo social y el cuerpo cósmico o sobrenatural son directamente conectados entre ellos y cargados de afectividad. No aceptar un cuerpo origina la penetración del mal en la persona.
Psiquiatra- machi
¿Quién es el machi? Su definición no es cerrada, da lugar a cambios, movimientos y alternativas, como podemos ver en el pueblo mapuche actualmente desorganizado y transformado por efectos de supervivencia culturales. El machi en el pasado funcionaba como un actor intermediario entre la divinidad y los hombres, un mantenedor del bienestar social, individual y cósmico.
La persona chamánica permite combatir las tensiones internas en los distintos cuerpos existentes y mantener una conexión sana y respetuosa entre ellos.
La vocación de un machi es indeclinable. El que se resiste a hacerlo puede enfermarse, morir o caer en la locura. El machi es el elegido de fuerzas sobrenaturales y no de propio intento.
Los machis son en gran número mujeres, un hecho que a mí me parece una forma de complementariedad de los sexos para una comunidad de organización patriarcal rígida. La sensibilidad y el contacto con el oscuro incontrolable del Universo es la fuente del poder del machi. Su vocación es determinada por visiones y sueños.
¿Qué hace el machi? El machi busca la causa de las enfermedades y prescribe determinados tratamientos espirituales o concretos. En este sentido su tarea no está situada muy lejos de nuestro trabajo. La búsqueda surge siempre con la ayuda de las fuerzas sobrenaturales. Al tratamiento pertenecen la reinserción del enfermo en su contexto familiar, comunitario y cósmico, restableciendo el equilibrio del cuerpo y del alma.
La culminación del trabajo del machi es el machitún, en un ritual comunitario, mágico y extático, que se empieza la noche anterior con sueños sagrados. En el día próximo, se realiza una curación, en un ambiente de fiesta con música, danza y movimientos rituales en que se alcanza una atmósfera grupal dramática. En el machitún se toca el kultrún y otros instrumentos musicales, pero no por su valor musical, sino por la transcendencia sacromágica. El machi utiliza alucinógenos, hierbas y remedios secretos, conocidos solamente por él, para entrar en la dimensión divina por el trance. El éxtasis no es una experiencia aislada, sino una escalación grupal de las fuerzas comunicativas, no por sus contenidos, sino por el ritmo o fraseo, imágenes visuales y acústicas. Este acto llevado y dominado por la fe puede evolucionar su efecto curativo solamente en un grupo que comparte la misma creencia. El machi recorre su camino extático sagrado acompañado hasta cierto punto por los familiares y la comunidad para acercarse al dios y quedar frente a él, comunicando el llamado de su pueblo o del enfermo.
El ampife, médico en mapudungun, es «el que sabe hacer las órdenes verbales para el alma» 6 , y ¿Qué somos nosotros, psiquiatras? Seguro es, que el médico psiquiatra tiene la necesidad de extender sus estudios y conocimientos de las patologías a otros niveles del ser humano y cósmicos.
Ahora quisiera describir y comentar mis vivencias, sin el afán de cumplir con todos los detalles de un trabajo científico. Se hará mención que las diferencias enunciadas no se refieren exclusivamente a la cultura mapuche, sino también a los habitantes suburbanos y rurales.
La «psicosis intercultural»
La psicosis siempre fue motivo de diferentes interpretaciones según la escuela que se siga. Interpretaciones culturales de la locura o enfermedad mental hay desde que existe la psiquiatría. Se hará mención al denominado Amok de Indonesia y Malaysia, Pibloqtok o la histeria ártica de los esquimales, y finalmente el susto o espanto como trastorno específico de la cultura latinoamericana, como un miedo de la pérdida total de ser, por una disolución sobrenatural. Hay síntomas étnicos confundidos con ciertos rasgos de comportamiento aprobados por la comunidad, pero todas las culturas reconocen ciertas formas de comportamiento como patológicas. El pueblo mapuche creó una comunicación con los ríos, con el viento y los volcanes en la búsqueda de la armonía entre todos. Migrando a una ciudad por un trabajo y seguridad económica, el hombre mapuche pierde la Naturaleza, y vive como en una dimensión ficticia impenetrable para la mitología, un espacio sociocultural, donde solamente los locos hablan con aves y piden permiso a la montaña antes de subirla.
Nosotros hablamos del delirio mágico, ellos hablan del respeto de la Naturaleza. Casi podríamos hablar de la «psicosis migrativa» sobre un suelo de desorganización familiar y de las formas de autoridad comunitaria. En un espacio hermético deshecho del contexto es muy difícil y casi un error médico el hablar de síntomas y enfermedades. Al mismo tiempo, no quiero caer en el otro extremo de la negación del concepto clásico de la enfermedad mental y tratarla exclusivamente como un producto social y en gran parte secundario a la institucionalización, como en el movimiento antipsiquiátrico en Italia.
La verdad es que los síntomas de psicosis y de la depresión en distintas culturas son iguales, el psicótico de un pueblo mapuche es similar al psicótico alemán. La diferencia está en la interpretación socio-cultural de la psicosis, su valor patológico, el camino y el tiempo transcurrido hasta la atención médica.
Nosotros hablamos de psicosis con alucinaciones acústicas y ópticas. ¿Y que dicen los mapuches?
La fuerza del mal (weda newen) se posesiona del hombre y lo conduce en una dimensión sobrenatural del mal (renü). Ingresando en renü, él pierde el conocimiento, vive en la irrealidad, tomando las vivencias en forma muy real. Porque nadie puede seguirlo, es difícil de imaginar sus vivencias, y que en la realidad no ha ingresado ena ningún lugar, sino que estaba poseído.
La carencia de los conocimientos culturales pueden causar un afán curativo exagerado justamente con miembros de una cultura «inferior», con internaciones hospitalarias psiquiátricas, como otro raspador intercultural. ¿Por qué? En la curación mapuche fue la internación inexistente y sigue siéndolo en las prácticas populares hasta el día de hoy. El miedo de pérdida del ser normal y acabar como en una «silla de ruedas de mente» es un factor que prolonga el camino hasta la atención médica. Al mismo tiempo, con la pérdida de la machitún tradicional, como ritual sagrado de curación del enfermo y todo su comunidad, una internación psiquiátrica puede proteger como una pared contra el «contagio» de una enfermedad mental colectiva de la comunidad. En todas las sociedades se ejerce un etiquetamiento social, como «hijo de loco», «hermano de loco», del cual resulta un camino duro para el afectado y su familia. El machi sacaba en el pasado con la machitún la locura del cuerpo del enfermo y de su cuerpo colectivo (la comunidad). Actualmente se extrae al enfermo de su sociedad, protegiendo en el caso agudo al sujeto y a la sociedad.
Sin embargo, el peligro de una carrera adentro de la institución hospitalaria debería ser tempranamente evitado.
Aquí encontramos una situación típica de substitución de algunas prácticas curativas mapuches con prácticas blancas. El machi, sin jugar más el importante rol de cuidador del orden y del espíritu en la comunidad, se restringe a microprácticas, y el médico tradicional con su institución ocupa un espacio cada vez más importante. Además, la fe como entidad fundamental de la curación mapuche está también a punto de transformarse en la «fe blanca» o «compliance», o sea, en la obediencia de los pacientes a los médicos y tratamientos.
La «violencia intercultural»
Otra experiencia nueva fue la manifestación de la agresión y violencia en un contexto socio-económico-cultural distinto. El núcleo de la sociedad mapuche era siempre la familia, con una canalización de la violencia ubicada en el nivel familiar y escasamente en la comunidad, como en caso de algunas tribus de Bolivia.
Tratando el tema de la violencia, no deberíamos limitarnos a las familias mapuches, porque la violencia en las familias «blancas, no-indígenas» de la clase baja se mostró muy parecida.
La violencia está constituida en las micro y macroestructuras individuales, familiares y sociales como una señal animal, falta de educación y voluntad de dominar las fuerzas oscuras. ¡Pero la violencia es una de las características más antiguas de la humanidad! Casi olvidábamos la perspectiva histórica. En este sentido Latinoamérica tiene un pasado especial y muy interesante. Aquí vivieron y viven aborígenes quienes practicaban actos de violencia dentro de sus rituales sagrados, y aquí vivieron y viven los descendientes de luchadores famosos, quienes conquistaban las tierras. Una historia de grandeza en un continente maravilloso. Aquí tiene la violencia una historia y un sentido distinto al de Europa, la violencia está «desnuda» y no escondida detrás de prácticas detalladas y profesionales para ejercer agresión psíquica. La violencia natural «desnuda», sigue en la civilización «evolucionada» a través de prácticas sociales aceptadas.
Por lo tanto existe una diferencia intercultural. En general existehay una mayor negación social de la violencia psíquica en el antiguo continente, ésta es más institucionalizada, y no tiene consecuencias físicas. Un padre «golpeador» es el secreto de la familia, pero un padre, quién fuerce a su hijo a estudiar una carrera que no le guste, se interpreta como un padre preocupado.
La conducta violenta observada en los agresores puede ser interpretada por la teoría de la influencia de la baja autoestima causada por las condiciones socio-económicas marginales, por la desesperación ante la imposibilidad de romper el círculo vicioso: pobreza- alcohol- violencia- consciencia mala- alcohol- pérdida del trabajo- pobreza- violencia, etcétera. Además tiene un rol importante la transmisión intergeneracional de la violencia en la familia. El rol de mecanismo homeostático de la violencia desde una perspectiva intrafamiliar funciona como un indicador de una disfunción en la distribución y utilización jerárquica.
Cabe recordar la perspectiva cultural: la interacción cotidiana ha permitido un permanente intercambio con la cultura chilena no-indígena en las escuelas, trabajando puerta adentro en casas de la clase alta o en tiendas.
Esta situación facilita una comparación entre los mapuches y el resto de los individuos, generándose un sentimiento de fracaso e inferioridad, que repercute en un sentimiento de inutilidad. Esta frustración sería otro factor favorecedor de la conducta violenta.
El «alcoholismo intercultural»
La proporción de alcohólicos es semejante en casi todos los países del mundo y parece constante en los últimos años. El problema de alcoholismo de los mapuches es muy conocido en los países latinoamericanos afectados. Aunque hasta ahora no hay un instrumento adecuado de screening para investigar la dependencia de alcohol en el pueblo mapuche, tenemos que contar con números grandes en comparación con otras poblaciones rurales y suburbanas. La cuestión del alcoholismo en los mapuches es muy controvertida, hay distintas explicaciones: por la pobreza extrema (perspectiva económica), baja autoestima, aprendizaje en la familia (perspectiva psicológica), por cuestiones genéticas (perspectiva biomédica), la tensión sociocultural con visiones de creencias y tradiciones (perspectiva socio-antropológica), etcétera. El alcoholismo tiene, supuestamente, diferentes raíces y fuentes, pero no deberíamos separar el dolor, el abuso sexual e infelicidad, la violencia, la polineuritis, cirrosis y síndrome de Korsakoff, porque se trata, en el fondo, de la misma persona quién sufre. El momento de acercamiento de las perspectivas no es imposible, porque éstas no son per se incompatibles. Siguiendo los distintos puntos de vista, podemos hablar del alcoholismo de clase, alcoholismo de la pobreza, alcoholismo migratorio y alcoholismo substituyente de identidad perdida (Wille Arrue) 4 . En frente de mis ojos tomó forma una desorganización familiar y cultural mapuche, pero también de la clase baja blanca. El hombre en el pasado mantuvo la familia, pero en la actualidad, solamente encuentra trabajos esporádicos, en cambio, la mujer encuentra fácilmente trabajo doméstico. Esto cambió el «alcoholismo comunitario» en la comunidad mapuche (después de los trabajos cooperativos) en un «alcoholismo unitario», empezando a tomar solo y temprano, para calmar los miedos existenciales. El alcoholismo está siempre constituido como un vicio, significando una baja voluntad y derivando en etiquetamiento y rechazo social, aunque por otro lado existe una ambigüedad social con propagandas de consumo del alcohol, provenientes, sobre todo, de estructuras e instituciones de la civilización occidental. Por la estigmatización, todos afectados directa o indirectamente, van a comenzar un camino duro, el cual termina con frecuencia con el alcoholismo de los parientes como «co-alcohoólicos activos». De este rechazo resulta el «feed-back negativo», que genera con frecuencia que el grupo de borrachos sea el único lugar donde el alcohólico puede recibir afecto.
El «incesto transcultural»
¿El incesto estará «de moda» en el Occidente? No solamente en la psiquiatría, sino en todos lados existen traumatizados, mujeres heridas e infelices.
A mí me parece un «error parcial iatrogénico» causado por informaciones sugerentes y manipulativas por parte de los medios de comunicación. Sin apartarme de las leyes y normas morales me pregunto si la atracción sexual entre miembros de una familia no será, en parte, natural de la evolución humana. «El tabú del incesto es un imperativo social, no biológico» 2 , y sirve para la mantención del funcionamiento familiar y la armonía social. Yo hablo de atracción, por favor no confundir con violación o abuso sexual forzado de menores.
Existen distintas posiciones en pro y contra la determinación cultural del incesto. De un lado la teoría de «modelling» o proceso de aprendizaje de la moral, por el otro lado la teoría de la universalidad de la moral, independientemente de la cultura.
Tratando la temática del incesto como una anomalía funcional del sistema familiar que expresa una disfuncionalidad de la estructura de ésta y no sólo una conducta psicopatológica individual, yo comento solamente algunas nuevas experiencias latinoamericanas, determinadas por la situación económica, social y educativa.
Existen familias con muchos niños, 5, 7 y a veces más, de distinta procedencia. La mujer se casa muy temprano, o se queda prontamente embarazada. Un día se da cuenta, de que el matrimonio no funciona más, el hombre toma, agrede y la mujer quisiera morir. La pareja se separa y después de meses la mujer se enamora otra vez o nuevamente se queda embarazada. Luego se vive con los 3 niños y con una nueva pareja. La niña mayor crece rápido, cuando cumple 13 o 14 años aparece un secreto en la familia: el secreto del incesto entre el padrastro y la niña del matrimonio anterior. No hay contacto de sangre, se vive juntos en una casa pequeña y muy humilde sin las necesidades básicas de la intimidad. Vemos como los factores de la marginalidad social actúan negativamente sobre el individuo y la familia, deteriorándolos psíquicamente.
Interpretación
Mientras realizaba mi trabajo de repente, con alivio sentí en lugar de un individualismo europeo exagerado, el Universo como un gran ser vivo y, restaurado, el fluido que crea el cuerpo y anima al ser transcendente. Sin ignorar mi cultura y origen me decidí a no tratar la cultura mapuche con la frialdad racional de las informaciones modernas, robando groseramente la maravilla oculta y el misterio, para presentar a nuestros valores occidentales racionales.
Trabajando encontré un sistema en una crisis irreversible, causado por la «contaminación» cultural. En mi trabajo transcultural vi los «problemas» que bordean la delgada línea entre las culturas. No hablo de «enfermedades», porque no es patología reaccionar en una crisis con problemas psíquicos (por ejemplo, la depresión reactivo después de la pérdida de una persona querida).
«Si el hombre pierde sus raíces naturales: ¿Dónde está y qué es? Se hallaría solo, sin patria, sin raíces y no podría sufrir el aislamiento y desamparo de semejante situación. Se volvería loco. Puede prescindir de las raíces naturales sólo en la medida que encuentre nuevas raíces humanas.» 3 «Antes fuimos un río que corría sobre la tierra. Ahora somos un río que corre escondido bajo la tierra. El río de hoy, que sabía reír, cantar y hablar araucano, no tiene voz.» 6 Reconocemos la situación mapuche. El psiquiatra transcultural trabaja en la línea de fuego entre las dos culturas.
Dificulta la situación, que la medicina indígena se convirtió también en un instrumento de lucha contra las instituciones de la cultura dominante.
Nuestro trabajo no debería afectar los niveles más profundos de una cultura. La psiquiatría intercultural es un dominio de encuentro de perspectivas muy distintas, pero todos hablamos de una misma persona, quien sufre, y el sufrimiento nunca es unifacético. La etnopsiquiatría trata al humano con todas sus interacciones: consigo mismo, con la sociedad y la cultura. Y quedémonos con la propuesta interesante de Bieder para médicos transculturales, quien preconiza que es necesario hacer un esfuerzo para considerar a la propia cultura como exótica, para profundizarse en una cultura distinta.
Bibliografía
1. Gonzalo Bosch, La locura humana, Imprenta Amorrortu, Buenos Aires. 1936.
2. Sigmund Freud, Totem y tabú, Biblioteca Nueva, Madrid, 1923.
3. Erich Fromm, La condicion humana actual y otros temas de la vida contemporánea, Biblioteca Nueva, Madrid, 1970.
4. Beatriz Kalinsky, Wille Arrúe, Claves antropológicas de la salud, Miño y Dávila editores, 1996
5. Ziley Mora Penroz, Anales Mapuches de Otoño y Primavera, Concepción, 1999.
6. Ziley Mora Penroz, Verdades mapuches de alta magia para reencontrar la tierra, Concepción, 1990.
7. E .P. Thompson, Historia social y antropología, Instituto Mora Cuadernos Secuencia, 1994.
Notas al pie:
1 Dra. María-Csilla Bekes, Körnerstr. 31-33, 50823 Köln, Alemania.
Tema: Humanidad
Titulo: Intercambio medicinal entre Alemania y los mapuches
Autor: María-Csilla Bekes1
Fuente: Alcmeon. Revista Argentina de Clínica Neurosiquiátrica.
Web: http://www.alcmeon.com.ar