Fuente: La Nación (Octubre 28, 2000)
Para el doctor Victor Penchaszadeh, prestigioso científico argentino que trabaja en los Estados Unidos, los genetistas deben contribuir a difundir el respecto hacia la diversidad.
Doctor Penchaszadeh, ¿existe el determinismo genético puro?
Las causas de las enfermedades son multifactoriales. No existe una patología totalmente genética ni totalmente ambiental. Todos nacemos con un bagaje genético que nos hace más o menos susceptibles a ciertas enfermedades. Algunas –como la fibrosis quística- se deben a una mutación particular. Otras, en cambio, no sólo tienen que ver con los genes, sino también con nuestra integración con el medio ambiente.
Usted ha afirmado que asistimos a una “genetización de la salud”. ¿Esto significa que se está sacando a los genes de contexto?
Si. El contexto de los genes es el medio ambiente. Pero para el concepto determinista, si una persona contrae cáncer de colon esto ocurre porque es genéticamente susceptible y no porque se haya expuesto a dietas carcinógenas o a contaminantes ambientales. Así, se da relieve sólo a lo genético y se dejan de lado otros factores igualmente importantes. Sucede que –tomando el ejemplo del cáncer- es políticamente menos costoso promover la identificación de genes que enfrentarse a las industrias contaminantes del medio ambiente.
¿Cuáles considera usted que han sido los avances más significativos en el campo de la genética?
En los últimos 30 años se ha ido descubriendo que el organismo humano reacciona de distintas maneras frente a los estímulos externos, que algunas de esas formas determinan la aparición de enfermedades y que muchas de esas patologías tienen una base genética. El avance ha sido vertiginoso: en 1968, por ejemplo, se conocían 500 enfermedades genéticas y en 1993 se habían descubierto casi 4000. También se supo que ciertas patologías hereditarias son más frecuentes en ciertos grupos humanos, como ocurre con la anemia falciforme en poblaciones africanas. Por otra parte, se perfeccionaron los métodos de diagnóstico genético.
¿Qué dilemas éticos plantean hoy las aplicaciones en este campo?
Los problemas éticos en genética médica no son muy diferentes de los de la medicina general. En primer lugar, está el problema de la equidad y el acceso a los servicios de salud y los servicios de genética, que hoy plantea profundas desigualdades vinculadas con factores económicos y educacionales.
Los temas específicos tienen que ver con la contradicción planteada por la brecha entre los adelantos diagnósticos y predictivos y la falta de respuestas terapéuticas. Hay que decidir con responsabilidad cuándo, cómo, y para quiénes se promociona determinado test y educar en este sentido tanto a los médicos como a la población.
¿Qué opina acerca de la clonación humana?
El ser humano a medida es una fantochada y nadie que trabaje seriamente en genética plantea hoy esta posibilidad. Desde el punto de vista de la ciencia seria, lo que se está haciendo es mejorar los sistemas diagnósticos para detectar precozmente y prevenir distintas enfermedades, pero no se trabaja en diseñar un hombre perfecto. La riqueza de la especie consiste en la diversidad genética.
¿Las enfermedades serían el costo de esa diversidad?
Si. La diversidad tiene sus costos y parte de ellos son las enfermedades. Lo bueno es que el ser humano se pone como objetivo vencerlas, y eso también es parte de su esencia. Indefectiblemente, siempre vamos a tender a mejorar nuestros congéneres y a nosotros mismos. Ese objetivo loable, humanitario y tendría que ser incentivado.