La mayoría son compuestos sintéticos que están relacionados estructuralmente con las feromonas humanas naturales.
Berliner dice que las feromonas, a las que él llama vomeroferinas, podrían ser usadas para tratar una variedad de alteraciones hormonales. Por ejemplo, una feromona que reduce los niveles de testosterona podría ser usada para combatir el cáncer de próstata que crece como respuesta a la hormona masculina. Muchos de los pacientes con cáncer de próstata están siendo tratados con cirugía o drogas convencionales para reducir los niveles de esta hormona.
Tratando enfermedades hormonales
Otros usos incluyen los métodos anticonceptivos y otras enfermedades endócrinas. Las investigaciones de Berliner demuestran que las feromonas alteran los niveles plasmáticos y la frecuencia de secreción de la FSH y LH, dos hormonas reproductivas. “Los datos proveen evidencia de la existencia de una conexión funcional entre el órgano vomeronasal y la glándula pituitaria,” dice Berliner. Y ya que la glándula pituitaria es una glándula endócrina central, tales efectos podrían actuar en cascada a través del cuerpo.
Además, las feromonas parecen afectar a la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y la conductividad eléctrica de la piel. La mayoría de los efectos eran pequeños, rápidos y reversibles.
Verdaderas Ventajas?
Aunque otros científicos dicen que la evidencia no es contundente, Berliner mantiene que la feromonas tienen varias ventajas claves comparadas con las drogas convencionales. Primero, dice: “Ellas actúan inmediatamente porque no deben viajar hacia el torrente sanguíneo. Si se las coloca en el órgano vomeronasal, el mensaje viaja directamente al hipotálamo,”una parte del cerebro que controla la ira, la temperatura corporal y otros factores.
Tales resultados inmediatos podrían servir para tratar condiciones díficiles de controlar como ataques de pánico, dice Berliner.
En segundo lugar, las feromonas son efectivas en dosis extremadamente pequeñas y que hasta ahora parecen seguras. Aunque se vio que las dosis altas no son tóxicas en animales, como los compuestos solo son activos en humanos, no existe la posibilidad de realizar estudios en animales como se hace durante el desarrollo de drogas.
Adiós a la sobredosis?
En tercer lugar, sería imposible padecer una sobredosis de feromonas, dice Berliner, ya que los receptores del órgano vomeronasal simplemente entran en sobrecarga o saturación ante un exceso de feromonas. De esa forma, los receptores del órgano vomeronasal son similares a los receptores olfatorios, los cuales paran de responder ante un estímulo constante.
Autor: The Why Files