AUTOR: CINTHIA RUTH
Martín Chaparro (33) es médico epidemiólogo y en el último mes y medio su vida cambió por completo. Partió desde Buenos Aires el 10 de marzo rumbo a Japón para un curso de perfeccionamiento y tres días después la OMS decretó la pandemia por coronavirus. Al poco tiempo, el gobierno argentino decidió cerrar sus fronteras y su última chance para volver al país era vía Miami con un vuelo comercial que salía el 24 de marzo. Pero todo se frustró y aún espera ser repatriado junto a otros 29 colegas que, como él, están varados en Estados Unidos.
Su fuerte vocación por la investigación científica lo llevó a presentar su CV y sus papers en la Sociedad de Promoción de la Ciencia de Japón para capacitarse en el área de modelamiento matemático. “Era un curso intensivo de dos semanas. Fui a ver las posibilidades de que me aceptaran en la cursada porque son muy estrictos y tenés que presentarte personalmente para que vean si cumplís con las condiciones que exigen. Pero me sorprendió todo esto, vi que la situación se estaba poniendo fea y opté por volver”, contó Chamorro a Infobae.
“Al principio fue una sensación de enojo y rabia, y luego pasé de la indignación a la tristeza. Escuchar al canciller Felipe Solá decir que los médicos varados en el exterior no somos prioridad en medio de la pandemia es una sensación que indigna”, señaló.
Por eso, ante el anuncio de la llegada de 200 médicos cubanos al país para asistir a pacientes con COVID-19 del que se hizo eco Infobae, este médico chaqueño criticó la postura oficial: “No hay una decisión política muy alineada con los médicos argentinos en general, pero sí la hay en buscar médicos cubanos o sellar convenios con médicos rusos”.
Sin fecha de regreso confirmada y frente a este panorama incierto, a Chamorro lo entristece la sensación de no pertenecer a ningún lugar y sentirse desprotegido. “Si me pasa algo, no es responsabilidad de nadie porque ni siquiera me tienen en cuenta. Hay un riesgo mundial, estoy lejos de casa y estaría bueno que desde el Gobierno de tu país te digan ‘quédense tranquilos que estamos haciendo las cosas para que vuelvan’, pero escuchar que te digan ‘no son prioridad’ es terrible. Me siento como un expatriado”, se lamentó.
El próximo vuelo humanitario de Aerolíneas Argentinas saldrá de Miami el 8 de mayo, pero Chamorro aún está a la espera de que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) autorice los vuelos del 7, 8 y 9 de mayo que solicitó American Airlines. “Hay una puja entre la aerolínea y la ANAC y no sabemos a quién creerle. Desde American nos dicen que la ANAC no les autoriza la entrada y desde el organismo nos dicen que la empresa no terminó de hacer la gestión porque no les conviene que el avión vuelva de Buenos Aires vacío. Mientras tanto, nosotros quedamos en el medio”, contó.
A esto se suma que nadie le garantiza que, aun consiguiendo el dinero -piden entre 600 y mil dólares- para comprar otro pasaje por AA pueda regresar, porque los asientos se otorgan de acuerdo al estado de vulnerabilidad de los pasajeros. “Ese listado de personas nunca se da a conocer, nunca se publica, es como una caja negra. Te enterás si sos uno de los elegidos si te llega un mail”, se quejó Chamorro, por la falta de transparencia en la organización de los regreso.
Consultado acerca de esta especie de garantía que les pediría el gobierno para agilizar su vuelta al país y comprometerlos a brindar sus servicios en los hospitales que así lo requieran, Chamarro respondió: “Lo escuché en los medios pero a nosotros no nos dijeron nada, nadie se contactó para oficializar eso y quedó en el anuncio periodístico”.
Y continuó: “Cuando habló Solá en la conferencia de prensa se echó para atrás y dijo que los médicos no tenían ninguna prioridad sobre la población en general por lo cual no estaban en ninguna lista de regreso. Además, dijo que no tenían forma de hacer que los médicos que volvieran, efectivamente atendieran en los hospitales”.
Desde Cancillería, admitieron a Infobae que “por ahora solo es un borrador en medio de la pandemia» y que las negociaciones avanzan lentas”, debido a que al Ministerio de Salud solo autoriza el ingreso de hasta 700 personas por día. “Esto es una condición sanitaria ineludible. Hoy estamos en 400 y 500 y aún resta traer a 20 mil personas repartidas en 80 países”, dijeron.
Más allá de que esta propuesta aún no esté firme, Chamorro se mostró entusiasmado: “Tengo muchas ganas de sumarme. Tendría que adecuar mi actual trabajo para poder colaborar. Lo que pueda desde mi área y mis horas libres lo voy a hacer”. Y puso como ejemplo que desde hace 12 años trabaja ad honorem para el Estado donde clases en la Facultad de Medicina de la UBA.
Chamorro tiene un Máster en Investigación Clínica y Epidemiológica, que cursó en la UBA y completó con prácticas en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. “Lo paradójico es que me especializo en una de las áreas que más profesionales necesita en este momento”, detalló.
Se recibió de médico en la Universidad Nacional del Noreste, en 2011, y cuatro años después finalizó su especialización. “Hice la residencia en la Dirección de Epidemiología de Chaco, donde hice mucho trabajo de campo, y los últimos tres meses continué con prácticas en una ONG de Buenos Aires que investigaba proyectos de salud pública sin intervención farmacológica”, recordó Chamorro, a quien debido a su buen rendimiento le ofrecieron quedarse a trabajar en ese lugar, en el área de enfermedades cardiovasculares.
“Fue un reto nuevo que implicó un rotundo cambio de vida. Siempre digo que las cosas más importantes de mi vida no fueron planeadas”, remarcó en alusión a que integró la primera camada médicos que se especializó en epidemiología en Chaco.
En 2019, Chamorro renunció a la ONG para sumarse a la empresa PSI, que se dedica a hacer ensayos clínicos globales. Y a menos de un año de haber conseguido ese trabajo tan anhelado, se encuentra en una situación impensada que le genera mucha incertidumbre.
“Estoy en un momento laboral complejo. Si bien trabajo en una compañía seria que va a seguir los lineamientos del Gobierno, de no despedir a su personal en medio de la pandemia, corro el riesgo de no saber qué pasará cuando vuelva”, se indignó.