Paul D. MacLean
Se infiere que en los mamíferos más primitivos la corteza comenzó a englobarse hacia afuera y a diferenciarse. Basado en descubrimientos recientes, sugiero que la tríada de comportamiento típica de los mamíferos (la crianza y el cuidado materno; la comunicación audiovocal para mantener el contacto madre-hijo; y el juego) pudo haber evolucionado con una división del sistema límbico que no tiene una contraparte en el cerebro reptiliano.
Paul Broca, un médico francés, se refiere a una convulación de la superficie media del cerebro como el lóbulo límbico porque envuelve al tallo cerebral. Fué debido a la contribución de Broca que se sabe que este lóbulo está presente en el cerebro de todos los mamíferos. El lóbulo límbico contienen la mayoría de la corteza filogenéticamente más vieja. En 1952, sugerí el nombre de sistema límbico para designar a la corteza límbica y estructuras del tallo cerebral con las cuales tienen conexiones primarias. Se ha demostrado que es un sistema estructuralmente y funcionalmente integrado. Ya que el sistema límbico conforma una gran parte del cerebro de los mamíferos primitivos, puede ser considerada una formación paleomamífera.
La acumulación de descubrimientos durante los últimos 45 años ha llevado a la evidencia de que el sistema límbico deriva la información en términos emocionales y de sentimientos que guían al comportamiento requerido para la auto-preservación y para la preservación de la especie.
Funciones de las subdivisiones límbicas
En algunos escritos, el sistema límbico parece ser visto globalmente como si fuera un plexo solar para la generación de sentimientos emocionales difusos. Considerado en términos de sus tres subdivisiones, sin embargo, parecería que el sistema límbico deriva sentimientos emocionales particulares para guiar formas particulares de comportamiento.
Se podría imaginar a la población de células nerviosas de la corteza límbica como la población de una ciudad dividida en tres distritos, con sus tres vías de comunicación representados por la amígdala, el tálamo retromedial y el septum.
Existe evidencia que indica que la población de células nerviosas que comprende la división amigdalar esta involucrada en la auto-preservación y en el comportamiento involucrado con la comida y la batalla para conseguir comida. Por otro lado, la división septal parece estar involucrada en los sentimientos y estados expresivos que conducen a la sociabilidad y la procreación de la especie.
Ya que la tercer división consiste en la corteza cingulata y partes del tálamo retromedial se referirá a ella como la división talamocingular. Esta división abarca grandes proporciones dentro del cerebro humano, pero no existe la contraparte en el cerebro reptiliano.
Comportamiento materno y juego
Debido al interés en el papel del sistema límbico en el comportamiento instintivo, Stamm experimentó sobre la corteza cingulata, en 1955, y observó que en ratas hembras adultas, la destrucción de la corteza cingulata, pero no de la neocorteza adyacente, resultaba en déficits en el comportamiento materno.
Cuando se operaba a hamsters en el primer o segundo día postnatal, eliminando la neocorteza, pero manteniendo el sistema límbico, estos animales se apareaban normalmente y cuidaban de sus hijos. Los animales desarrollaban comportamiento de juego en un tiempo apropiado. Si, además, se destruía una gran parte de la convolución cingulata junto con la neocorteza, había déficits en el comportamiento materno.
A partir de la alteración del comportamiento materno y del juego en los hamsters parecería como si hubieran retrocedido hacia la condición de reptiles.
El llamado de separación
Estos llamados parecen ser característicos de los mamíferos. El llamado de separación puede representar la vocalización más primitiva y básica que sirve para mantener el contacto entre madre e hijo.
Además del área cingulata anterior y neocorteza frontal medial adyacente, es necesaria la destrucción de la corteza cingulata para eliminar la producción espontánea del llamado de separación.
Con respecto a la destreza de separación, es interesante que en monos ardillas dosis de morfina lo suficientemente bajas como para interferir en el comportamiento general del animal, eliminan la producción del llamado de separación, y el tratamiento con el antagonista reinstala el llamado. Además se ha demostrado que la corteza cingulata tiene una alta concentración de receptores para opióides.
Parecería que el girus cingulata, que comprende la parte evolutivamente más nueva del sistema límbico, combina una representación de los tres tipos de comportamiento que caracterizan la transición evolutiva desde reptiles a mamíferos. Estos son : la crianza en conjunto con el cuidado materno, la comunicación audiovocal para el mantenimiento del contacto madre-hijo y el juego.
La formación neomamífera
La neocorteza se expande progresivamente en mamíferos superiores. Alcanza su mayor desarrollo en los humanos y, neurológicamente, es necesaria para el lenguaje y el habla.
Uno de los grandes misterios neurológicos es como se realizó el salto desde la vocalización límbica afectiva hacia el habla neocortical.
Durante la evolución de Neanderthal a la gente Cro-Magnon, la frente humana paso de ser baja a ser alta. Este cambio resulta de la expansión de la subyacente corteza prefrontal que es conocida clínicamente por estar involucrada no solo en las funciones de anticipación y planificación, sino también en la empatía y sentimientos altruistas.