Los científicos saben hace tiempo que el hidrógeno es una prometedora fuente de energía. Sin embargo, se han topado siempre con un serio problema: no existe hidrógeno libre en la Tierra, sino que se encuentra combinado con otros elementos, como el oxígeno (formando agua) o el carbono (formando carbón y petróleo). Durante años, investigadores de todo el mundo han centrado sus esfuerzos en intentar «romper» las moléculas de agua utilizando técnicas de electrolisis, pero han resultado ser más costosas que las fuentes de energía convencionales*, lo que hace poco rentable su aplicación práctica.
Las plantas lograron resolver hace millones de años el problema mediante la utilización de la energía solar para obtener hidrógeno para la fabricación de azúcares, expulsando el oxígeno sobrante (fotosíntesis). Consciente de ello, el químico italiano Giacomo Ciamician auguraba ya en 1912 una alternativa energética a los combustibles fósiles, soñando con futuras centrales donde «bosques de tubos de vidrio cubrirían llanuras enteras», en el interior de los cuáles la luz del sol serviría para que el hombre aprovechara «el custodiado secreto de las plantas».
El hidrógeno sólo se encuentra en la Tierra combinado con otros elementos, como el oxígeno (formando agua) y el carbono (formando carbón y petróleo). Investigadores de todo el mundo exploran ambas vías para obtener hidrógeno, una de las grandes esperanzas para la producción de energía en el futuro.
Ahora, un equipo de investigadores del Imperial College de Londres ha logrado arrebatarles ese secreto al desentrañar la estructura del complejo de proteínas que utiliza el mundo vegetal para separar los átomos del agua, conocido como Fotosistema II. Usando Cristalografía de Rayos X ha conseguido describir con detalle la estructura central de este complejo. Según el profesor Barber, autor del estudio, «si logramos fabricar hidrógeno a partir del agua usando los métodos fotosintétitcos y utilizamos tan sólo una fracción de los 525 millones de kilómetros cúbicos de agua de nuestro planeta, podremos enfrentarnos a la urgente necesidad mundial de encontrar una nueva y definitiva fuente de energía sostenible». Mientras tanto, en España, científicos españoles del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) han conseguido obtener hidrógeno por otra de las vías posibles, a partir de combustibles fósiles.
Concretamente han convertido residuos del petróleo pesado y extrapesado en hidrógeno utilizando como fuente de energía la solar. Los residuos, denominados coque de petróleo, son muy difíciles de procesar y contaminantes para generar energía, por lo que mediante este sistema se logra enriquecer el residuo y convertirlo en un elemento limpio. El experimento ha dado ya buenos resultados en un laboratorio para 10 kilowatios y desde el próximo año se pondrá en marcha en la Plataforma Solar de Almería para probar su funcionamiento a 500 kilowatios.