Fuente: La Razón
Investigadores españoles demuestran que oler esta sustancia modula el sistema inmune y mejora la cognición en modelos animales de esta enfermedad neurodegenerativa
El Alzheimer, una de las causas más famosas de demencia, afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo. En la actualidad, es una enfermedad son tiene cura. No obstante, en los últimos años, los científicos han desarrollado nuevos tratamientos que pueden reducir sus síntomas, incluido la pérdida de memoria.
En este sentido, un equipo de investigación español acaba de publicar en la revista Frontiers in Immunology los resultados de un innovador estudio realizado en modelos de ratón. A través de su experimento, los científicos del Cima Universidad de Navarra han probado que existe una sustancia barata, fácil de comprar y «refrescante» que puede influir en el sistema inmunitario y prevenir el deterioro cognitivo que se produce entre los individuos con enfermedad de Alzheimer. No solo eso, el estudio demuestra que este remedio mejora la capacidad cognitiva en roedores sanos.
Se trata de la inhalación de mentol, una sustancia en forma de cristales prismáticos que se obtiene de la esencia de menta y se emplea principalmente como antiséptico, así como en la elaboración de perfumes y licores. Los científicos observaron que, al oler este aroma, se reducían los niveles de interleucina-1-beta (IL-1β), una proteína clave asociada a la respuesta inflamatoria. Además, al bloquear esta proteína con un fármaco aprobado para el tratamiento de algunas enfermedades autoinmunes consiguieron también mejorar la capacidad cognitiva en ratones enfermos con síntomas similares al alzhéimer.
Modificar el cerebro a través del olor
Estos hallazgos ilustran la capacidad de los olores y los moduladores inmunitarios para tratar potencialmente esta enfermedad neurodegenerativa. «El estudio es interesante porque saca a la luz el hecho de que, a través de las vías olfativas (del olfato), podemos modular el cerebro», declaró a Medical News Today el doctor Brett Osborn, neurocirujano certificado, jefe de neurocirugía del Centro Médico St. Mary de West Palm Beach (Florida, EE UU), que no participó en esta investigación.
Podemos efectuar un cambio positivo en el cerebro sólo a través del olfato. Y para ello no son necesarios electrodos de estimulación cerebral profunda ni tocar el nervio vago. El estudio demuestra que solo con el olfateo se puede «acceder» al cerebro del roedor con Alzheimer y, además, afectarle positivamente a nivel celular a través de las fosas nasales.
«Nosotros nos hemos centrado en el papel que el sistema olfativo puede tener en el sistema inmunitario y en el sistema nervioso central y hemos confirmado que el mentol es un inmunoestimulante en los modelos animales. Pero, sorprendentemente, observamos que la exposición a esta sustancia durante seis meses previno el deterioro cognitivo en los ratones con alzhéimer y, lo que es más interesante, también mejoró la capacidad cognitiva de ratones jóvenes sanos», señala el Dr. Juan José Lasarte, investigador del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Cima y autor principal de la investigación.
«Este estudio es un paso importante hacia la comprensión de la conexión entre el sistema inmunitario, el sistema nervioso central y el olfato, ya que los resultados sugieren que los olores y los moduladores inmunes pueden tener un papel relevante en la prevención y tratamiento del alzhéimer y de otras enfermedades relacionadas», apunta la Dra. Noelia Casares, también investigadora del Programa de Inmunología e Inmunoterapia y primera autora del artículo.
¿Por qué puede ayudar la inhalación de mentol?
El Dr. Mikhail Kolonin, catedrático y director del Centro de Enfermedades Metabólicas y Degenerativas del Instituto de Medicina Molecular de la UTHealth de Houston (Texas), que no participó en este estudio, afirma: «Los hallazgos de que oler mentol es suficiente para mitigar la predisposición genética a la progresión de la enfermedad de Alzheimer son provocativos«, aunque «la pérdida de olfato se ha relacionado anteriormente con el deterioro cognitivo y los biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer en pacientes».
El estudio identifica el claro papel de las células T reguladoras (T-regs), células inmunitarias con actividad inmunosupresora, en la mediación de la función cognitiva en ratones modelados para desarrollar la enfermedad de Alzheimer. «Se trata de un hallazgo importante, que actualmente no tiene una explicación mecanicista», señala el Dr. Kolonin; «resulta sorprendente».
Cómo se relacionan la salud cerebral y el olfato
El mentol reduce la inflamación en la parte del cerebro asociada a la memoria. Según el estudio, parece tener un efecto inmunomodulador en el córtex prefrontal, una zona relacionada con la entrada de memoria y que es disfuncional en el paciente con Alzheimer. Más concretamente, la inhalación de mentol redujo la carga de citocinas (sustancias químicas inflamatorias) en esta región en el modelo de Alzheimer en roedores en relación con el grupo de control. ¿El resultado? Un cerebro menos inflamado.
Implicaciones para la investigación del Alzheimer
La inflamación y el Alzheimer están estrechamente interrelacionados, y terapias como la inhalación de mentol pueden ser beneficiosas para tratar esta enfermedad. «El estudio refuerza el hecho de que la enfermedad de Alzheimer se sustenta en la inflamación y que si se pueden diseñar terapias para abordar este componente patogénico, se podría retrasar la aparición [del Alzheimer] y frustrar su progresión», declara el Dr. Osborn,
«Potencialmente, esta terapia podría administrarse mediante un agente inhalado, mentol, por ejemplo, que llegaría directamente al sistema límbico del cerebro -responsable de nuestras emociones y memoria- a través de los nervios olfativos, ya que existen conexiones neuronales entre los sistemas olfativo y límbico», señala.
Como ya sabemos con anterioridad al estudio español, «existe una conexión directa entre los nervios o tractos olfativos y el sistema límbico», afirma el Dr. Osborn. «El sistema límbico está asociado con el procesamiento de la memoria, las respuestas emocionales, las respuestas de lucha o huida, la agresión y la respuesta sexual«. Por eso algunos olores desatan recuerdos.
«Los olores suelen estimular la memoria», explica el Dr. Osborn, «pueden evocar emociones, buenas o malas. En el contexto de estas últimas, pueden conferir un beneficio para la supervivencia: un olor tóxico puede hacer que huyamos por miedo a una exposición química/tóxica, ya que los centros de huida se activan sólo con el olor». Sin embargo, este estudio no empleaba aromaterapia.
¿Son aplicables los resultados a los humanos?
Dado que este estudio sólo se realizó en animales, no hay forma de saber cómo afectaría a un ser humano. «Se trata de un modelo de roedor», explica el Dr. Osborn. «Suele ocurrir que este tipo de estudios no son extrapolables al ser humano. Hay una serie de diferencias genéticas, anatómicas, metabólicas y fisiológicas entre especies que explican este fenómeno», indica.
Además, en el estudio sólo se probó el mentol como estimulante olfativo. «No se evaluó si el efecto es específico de la activación de las neuronas sensoras del frío y no se abordó el probable papel de la señalización TRPM8″, advirtió el Dr. Kolonin.
La conclusión es que se necesita más investigación, ya que no se caracterizaron las células inmunitarias implicadas en el proceso junto con las T-reg. «No está claro qué células T se ven reducidas por el mentol en el cerebro, y sería útil determinar si se trata de células efectoras, asesinas o de otro tipo», afirma el Dr. Kolonin. Además, admite que sería interesante determinar si estos resultados podría ser beneficioso para la intervención en otras enfermedades.
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