Se trata de Leonardo Amarilla, que consiguió un nuevo premio para sus alumnos con un trabajo de investigación sobre inundaciones y viajaron a Japón; en 2006, 2007 y en agosto pasado distintos grupos de estudiantes viajaron a Estocolmo a participar del Nobel del Agua
San Roque, en Corrientes, tiene menos de 10.000 habitantes y no para de ganar premios con los estudiantes de una escuela secundaria que viajan por el mundo divulgando sus investigaciones sobre sus problemas ambientales y regresan con experiencias inolvidables. Es que este pueblo correntino tiene al «profe» Leonardo Amarilla, que da clases de Biología en la Escuela Normal Juan García Cossio.
«Esta vez los chicos hicieron un estudio sobre el impacto de las inundaciones en esta zona, que es muy importante. Y nos premiaron con un viaje a Japón, a Wakayama, al Día de la Concientización sobre Tsunamis. La idea es que comprendan cómo funciona un buen diagrama de riesgo ante desastres. A nosotros nos afectan las inundaciones y, en esos casos, también son muy útiles los sistemas de alerta», cuenta Amarilla a Infobae, emocionado porque otra camada de estudiantes viaja a exterior.
«Los chicos se van con la profesora de inglés Silvina Giménez. Este año otro grupo fue a Estocolmo a participar por el Nobel del Agua, evento al que también viajamos en 2005 y 2006», detalla el profesor.
Esta es la primera vez que la Argentina estará en este encuentro internacional en Japón. Y, antes de viajar, al evento que se realizó el miércoles y jueves pasado, los chicos dialogaron con Infobae: «Este trabajo lleva varios años. Empezó después de las inundaciones de 2016/17 pero se combina con otros trabajos anteriores realizados por el profe, peces biocontroladores que reducen la población de un mosquito. Tenemos que agradecer al profe Leo, sin él esto no hubiese sido posible y la teacher Silvina a quien le debemos nuestra fluidez en esa lengua», dijo Enrique Aquino, uno de los estudiantes.
Leslie Benítez estaba muy emocionada antes de partir: «Espero poder conocer la cultura de otros países y saber más sobre su tecnología para, una vez de regreso, poder contar todo en la escuela. Lo que más me gustó del proyecto fue conocer la realidad de las personas de mi pueblo y encuestarlas».
Antes de partir, los estudiantes fueron recibidos por el embajador japonés en Argentina, Noriteru Fukushima: «En esta edición de la cumbre se ha invitado no solo a los alumnos de los países que sufren tsunami sino también a países que sufren otros desastres naturales, porque creemos que compartir ideas y experiencias ayuda a prevenir todo tipo de desastres naturales. En este caso, si bien el tsunami es un suceso distinto a una inundación por lluvia, hay puntos en común en los que se puede aprender de ambas experiencias», sostuvo el embajador.
«Siempre trabajamos de manera interdisciplinaria y somos muchos los profesores que estamos acompañando a los alumnos para que puedan representar bien al país», señaló Ramón Amarilla.
«Las inundaciones son la peor amenaza en términos de desastre para la Argentina. En la escuela nos planteamos los objetivos de investigar posibles acciones que nos permitieran tomar conciencia y prepararnos para futuros desastres.Es por eso que se formó un equipo de trabajo integrado por estudiantes, docentes, bomberos y trabajadores de salud comunitarios, para monitorear la región afectada, hablar con la gente y reunir información sobre los principales problemas relacionados con esta situación. Realizamos encuestas y creamos una base de datos con información relevante, como el número de personas y casas afectadas, el tipo de ayuda recibida y todo lo que tenemos que mejorar para el futuro», detalla el trabajo que fue ganador del premio.
Como contaban los alumnos, todos estos trabajos forman un corpus de investigación que complementa el estudio sobre las inundaciones. El grupo, que viajó en agosto a participar por el Nobel del Agua, encontró un biocontrolador para el mosquito aedes aegypti, vector transmisor del dengue, entre otras enfermedades.
«Este trabajo sigue la misma línea que aquel en el que participamos. Hay que aclarar que es una investigación escolar, pero mejoramos el diagnóstico al tomar lo que el jurado nos fue señalando así como también los aportes de los científicos de la Universidad Nacional del Nordeste», explicó a Infobae el profesor en aquella oportunidad.
Amarilla agrega que en este caso hallaron una especie que requiere menos cuidados que otras y es más fácil de conseguir: «La tararira negra se usa aquí como carnada y se puede comprar una bolsita por 20 pesos, no es que la gente tiene que ir a pescar. La idea también es que cada uno pueda tener su pecera, si quiere, como forma de control biológico. Pero obviamente que si en el fondo de su casa tiene cacharros con agua, esto no sirve. Es un complemento a las tareas de prevención y educación que ya se realizan».
María Pilar Monzón, Athina Vallejos Ortiz y Guillermo Montiel son los estudiantes que completan este nuevo equipo correntino que lleva sus investigaciones al mundo. «Me interesa conocer las culturas de las diferentes países, afianzar nuestro inglés y poder contar un poco de nuestra cultura y nuestras costumbres», dice Vallejos Ortiz.
Para eso, Amarilla también armó un video propio: «Son imágenes para que los chicos puedan mostrar de dónde vienen». El profe, que espera con ansias el regreso de los chicos para que compartan la experiencia con sus compañeros, está en todo.
Fuente: Infobae