El futuro sera transdisciplinario o no sera

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Toda la historia está hecha de cambio pero nunca como hoy el cambio adquirió dimensiones tan universales y se extendió a tantos aspectos de la vida social e individual. En el centro de esta transformación epocal emergen tecnologías que alteran la manera en que gestionamos todos los aspectos de la realidad. Cambia el juego que nos toca jugar, cambia nuestra forma de percibir ese juego, cambian las reglas del juego, cambia la manera en que cambian las reglas del juego y, más profundo aún, cambiamos nosotros mismos.

El futuro será transdisciplinario o no será…

Ayer en el suplemento dominical Enfoques del diario La Nación se publicó mi columna: Los nómades del conocimiento. Dado que, por razones de espacio, tuve que realizar un recorte al texto, aprovecho mi blog para publicar en forma completa mis reflexiones. Espero el artículo les agrade:

Toda la historia está hecha de cambio pero nunca como hoy el cambio adquirió dimensiones tan universales y se extendió a tantos aspectos de la vida social e individual. En el centro de esta transformación epocal emergen tecnologías que alteran la manera en que gestionamos todos los aspectos de la realidad. Cambia el juego que nos toca jugar, cambia nuestra forma de percibir ese juego, cambian las reglas del juego, cambia la manera en que cambian las reglas del juego y, más profundo aún, cambiamos nosotros mismos.

Los crecientes niveles de complejidad tecno-cultural en que nos vamos imbricando, la automatización algorítmica y la robotización ubicua, nos obligarán a replantear la manera en que hoy trabajamos. No sin cierto pavor, se puede afirmar que el trabajo del futuro será mucho más flexible e inestable. No es casualidad de que hoy se le rinda tanto “coolto” al emprendimiento y la innovación como fuentes de creación de valor y riqueza. Muchos de los emprendedores de hoy, al no poder realizar esa fantasía aspiracional inoculada de hacerse millonarios con sus start-ups, serán los trabajadores autónomos del mañana, los freelancers de un futuro que los convertirá en vendedores de sí mismos puestos a competir y diferenciarse en el reality show del mercado de las marcas personales, obligados a asimilar nuevas competencias para sobrevivir en un contexto cada vez más “exclusivizado”.https://i0.wp.com/trendsafari.com/wp-content/uploads/2008/12/a230_h8.jpg

Por eso, emerge con vigor la convergencia entre el conocimiento científico y técnico, la experiencia emocional y la práctica continua de la resolución de problemas. Deberemos ostentar una mayor inteligencia social y emocional, detentar la capacidad de trabajar colaborativamente en entornos desespacializados y multiculturales, imprimirle a nuestra labor sentido y propósito, desarrollar el pensamiento adaptativo/creativo y poseer una mentalidad orientada al diseño y el marketing a partir de gozar de altos niveles de alfabetización computacional y transmedial. En sí, deberemos poseer la capacidad líquida de navegar el universoadhocrático y transdisciplinario del conocimiento; así lo muestran algunas de las profesiones del futuro, con nombres entre curiosos e inquietantes: expertos en big data, operadores virales, antropólogos digitales, agregadores de talento, permacultores, nanomédicos, diseñadores de experiencias, consultores en simplicidad, desorganizadores corporativos, asesores en criptofinanzas, consultores de privacidad, gerentes de bienestar, community clowns, nootropistas, ludólogos, agentes de viralización, consejeros posnormales, tanatólogos, ecologistas de datos, pharmers y bioinformáticos, por ejemplo…

Abandonado el anhelo de tener un trabajo para toda la vida, el vértigo de hoy nos convoca a aceptar, no sin cierto stress, una vida colmada de proyectos fugaces. Los trabajadores del mañana, más que empleados y jefes deberán ser conectores y líderes; obligados a diseñar y comunicar futuros no tendrán otra posibilidad que ser pluriespecialistas: knowmads transitando un estado de existencia siempre aprendiente.

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Habiendo dejado el reduccionismo y la repetición al arbitrio de la ejecución robótica, la creación de valor dependerá de nuestra capacidad de percibir los varios niveles de realidad (material, simbólica, relacional, comercial, etc.) en los que operan los sistemas y para ello deberemos cultivar la curiosidad y dominar el arte de la serendipia o merodeo informacional. El trabajador calificado del futuro actuará como puente transfronterizo entre saberes diversos y dispersos. Enfocado más en los vínculos entre las cosas que en las cosas mismas, deberá poseer una capacidad de aprendizaje tal que le permita sintetizar y resumir el aluvión de información disponible, extrayendo lo útil, hibridando, “remixando”, conectando en forma atinada relaciones (previamente) insospechadas, facilitando, emocionando, integrando…

Del especialista-individualista transitaremos al generalista-teamdividualista que ha de conducirse como un facilitador transdisciplinario que cataliza, empática y desprejuiciadamente, múltiples áreas de especialización con el fin de generar nuevos sistemas de paradigmas sea en el área que sea. Esto se puede metaforizar con la letra T (T-Shaped skills). La barra vertical de la T representa la profundidad de conocimientos adquiridos en etapas formativas (la especialización técnica), mientras que la barra horizontal es la capacidad empática de conectar, colaborar y aplicar esos conocimientos en áreas de experiencia que le son, aparentemente, ajenas.

La producción de la oferta se torna en producción versionada de sentido bajo la forma de gerundio. Esa necesaria fluidez, experiencia, viabilidad y variabilidad acontece en un universo transdisciplinario en el que producción, conocimiento, actividad, conectividad, creatividad y circulación se integran. El trabajador del mañana se conducirá como un facilitador transdisciplinario, como un hacker que cataliza, empática y desprejuiciadamente, múltiples áreas de especialización con el fin de generar nuevos paradigmas sea en el área que sea.

En esta época en la que el cambio es la única constante y la obsolescencia de productos, tecnologías y marcas se incrementa, la habilidad de transitar lo transdisciplinario se convierte en una ventaja competitiva sostenible. Por eso, los buscadores de talento se orientarán a emplear personas que poseen una gran variedad de destrezas, gustos e intereses. En la Transconsultora Crearquia.comcomprendimos esto hace tiempo. Así, definimos espacios de emprendimiento líquido conformados por seres que interpretan la realidad de maneras distintas para que se puedan formular ideas disímiles que nos permitan intervenir mejor sobre el contexto, de naturaleza tan poliédrica. En Crearquia.compropiciamos la diversidad de género tanto como la diversidad generacional, cultural, social, experiencial, académica como competencial.

Una carrera universitaria puede ser el punto de partida; sin embargo, hay tantas historias de aprendizaje como personas, lo que nos muestra que no puede haber una sola versión de lo que es el talento y asimilar esto, es expandir el espacio de las posibilidades cuando las oportunidades parecen acotarse.

Autor: Andres Schuschny
Fuente: 
Humanismo y conectividad. 
Web: https://humanismoyconectividad.wordpress.com/



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