La Nación, por Nora Bar (Octubre 04, 2000)
Según John Emsley, autor de “Molecules at an Exhibition” (Oxford University Press, 1998), para funcionar apropiadamente nuestro organismo necesita, por lo menos, 14 metales.
En el cuerpo contenemos no solo hierro, calcio, sodio, potasio y magnesio, sino también zinc, aluminio, bario, cadmio, plomo y plata en diversas cantidades, y también trazas de oro, uranio y otros.
Por ejemplo, todos somos portadores de aproximadamente 0.07 mg de uranio, que si se convirtiera en pura energía podría impulsar un auto durante 5 kilómetros.
Un adulto de 70 Kg. posee alrededor de 9 Kg. de huesos, de los cuales 1 Kg. es de calcio.
El potasio y el sodio son vitales para transmitir impulsos eléctricos a lo largo de las fibras nerviosas, hacia y desde el cerebro. Nuestro organismo posee aun más potasio que sodio. En todas partes: en los glóbulos rojos, en los músculos y en el cerebro.
Pero sin hierro no puede extraer oxígeno del aire que ingresa en los pulmones, y si carece de él en la niñez queda expuesto al retardo mental. Curiosamente, los hombres necesitan diariamente alrededor de 10mg de hierro, y las mujeres 18mg.
Con respecto al magnesio, comenzamos a consumirlo ya en la leche materna, y debemos hacerlo todos los días para estar sanos. La mayor parte se almacena en nuestros huesos y tiene tres funciones: regula el movimiento a través de las membranas, forma parte de las enzimas que liberan energía de la comida y se utiliza para formar proteínas.
Finalmente, en el tejido muscular tenemos alrededor de 2,5 gramos de zinc. Y también contenemos otros metales, como por ejemplo cobre, estaño, vanadio, cromo, magnesio, molibdeno, cobalto y níquel, que son necesarios en cantidades infinitesimales Tanto, que en toda una vida son necesarios menos de 30 gramos.