AUTOR: Julia Vergin
Algunas de las preguntas que abordamos en este artículo nos fueron enviadas a través de Facebook y Twitter. También hemos analizado preguntas frecuentes que el público suele buscar en Google acerca del SARS-CoV-2 o la enfermedad que causa, COVID-19.
¿De dónde vino el SARS-CoV-2?
Se cree que el virus se originó en los murciélagos. Pero esto, junto con otras teorías sobre si pasó o no a través de otro animal antes de infectar a los humanos, aún no se ha confirmado. Lo que es seguro es que el SARS-CoV-2 es una enfermedad zoonótica, es decir, un virus transmitido de animales a humanos. Mientras está en el animal, el virus pasa por una serie de mutaciones genéticas que le permiten infectar y multiplicarse dentro de los humanos.
A principios de febrero, la revista Nature publicó un estudio según el cual el nuevo coronavirus es 96 por ciento idéntico, a nivel de genoma completo, a un coronavirus de murciélago. A diferencia de lo que sugieren algunos teóricos de la conspiración, los investigadores descartan que el virus sea un producto de laboratorio artificial. Hay pruebas contundentes de que el SARS-CoV-2 dio el salto de animal a humano por primera vez en Wuhan, la capital de la provincia de Hubei, en el centro de China.
¿Es necesariamente letal el COVID-19?
Esta pregunta no se puede responder con un simple «sí» o «no», al igual que la muerte por gripe o un accidente automovilístico no se pueden predecir con certeza. Solo podemos hablar de probabilidades. El matemático y epidemiólogo Adam Kucharski, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, calcula que la tasa de víctimas del virus es de entre 0,5 y 2%, es decir, una o dos personas mueren por cada 100 personas infectadas.
¿Cuánto tiempo puede sobrevivir el virus en el aire o en la superficie?
Los coronavirus causan enfermedades respiratorias. El virus se transmite principalmente a través de gotitas que se liberan al aire al toser o estornudar.
Según el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR) de Alemania, las pruebas de laboratorio iniciales muestran que el nuevo SARS-CoV-2 puede permanecer infeccioso «después de una fuerte contaminación» durante hasta tres horas en el aire, hasta cuatro horas en superficies de cobre, hasta hasta 24 horas en cartón y hasta dos o tres días en acero inoxidable y plástico.
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Pero la buena noticia es que el virus necesita un huésped vivo para sobrevivir. Sin un huésped vivo, el virus finalmente desaparece porque no puede copiarse a sí mismo. Entonces, si bien puede sobrevivir en algunas superficies durante horas e incluso días, con el tiempo se vuelve menos infeccioso porque, sin poder replicarse, el virus se descompone con el tiempo.
Además, tales estudios han examinado la supervivencia del virus en condiciones ideales de laboratorio, sin tener en cuenta los factores externos, por ejemplo, los cambios de temperatura y la luz solar, que podrían afectar la estabilidad del virus.
¿Cómo puedo protegerme mejor?
Toser y estornudar en el codo, lavarse las manos regularmente y a fondo, mantener la distancia física de otras personas y distanciarse socialmente: así es como todos pueden no solo protegerse a sí mismos, sino ayudar a frenar la propagación del virus.
A medida que el virus se propaga exponencialmente, estas medidas también son necesarias para evitar paralizar por completo los sistemas de salud de los países. Lothar Wieler, presidente del Instituto Robert Koch de Alemania, insta a que se observen sin falta las medidas de precaución. De lo contrario, podemos esperar 10 millones más de infecciones solo en Alemania en dos o tres meses.
¿Por qué no hay una vacuna todavía?
Normalmente lleva años desarrollar una vacuna efectiva y segura. Según la Asociación Alemana de Empresas Farmacéuticas, hay al menos 47 proyectos en curso a nivel mundial centrados en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus. Uno de los líderes en esta área es la empresa alemana CureVac.
El Centro Alemán de Investigación de Infecciones (DZIF) es otro instituto que investiga una vacuna contra el coronavirus. Los científicos del DZIF utilizan «componentes básicos» preexistentes de vacunas formuladas previamente para trabajar en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus. Aunque los científicos están trabajando bajo alta presión, no es posible lanzar una vacuna en el mercado este año. Los estudios clínicos, que son cruciales para la aprobación, toman tiempo.
Paralelamente al desarrollo de la vacuna, algunos investigadores están trabajando en el desarrollo de una «inmunización pasiva» con anticuerpos derivados del suero sanguíneo. Estos provienen de personas que han sobrevivido a una infección por SARS-CoV-2 y, por lo tanto, tienen anticuerpos en la sangre que pueden combatir el virus.
Se llama inmunización pasiva, porque el cuerpo receptor no ha producido activamente ningún anticuerpo por sí mismo. Y como resultado, los anticuerpos que «toma prestados» proporcionarán protección o ayuda para combatir una infección, pero solo por un corto período de tiempo. Solo una vacuna tradicional proporcionará protección a largo plazo contra el coronavirus.
¿Es dañino el uso de ibuprofeno mientras se está infectado con coronavirus?
Ha habido mucha confusión en torno a esta pregunta. Un estudio publicado en Lancet Respiratory Medicine el 11 de marzo de 2020, sugirió que las personas infectadas con SARS-CoV-2 que estaban tomando ibuprofeno, mientras también tomaban un tipo de medicamento típicamente recetado para la diabetes, pueden ver acentuados los efectos del coronavirus.
Según su estudio, el ibuprofeno y las tiazolidinedionas, una clase de medicamento utilizado para tratar la diabetes tipo 2, pueden regular al alza el receptor ACE2, que permite que los virus del SARS ingresen a las células. Pero esta teoría aún no ha sido confirmada.
Pera mayor confusión, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó inicialmente una advertencia oficial contra los pacientes con coronavirus que toman ibuprofeno. Para estar seguros, el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, dijo que los pacientes con SARS-CoV-2 no deben tomar ibuprofeno sin consejo médico, y en su lugar recomendó usar paracetamol. Sin embargo, dos días después, la OMS se retractó de esa advertencia, y su postura más reciente no aconseja contra pacientes infectados que usan ibuprofeno.
¿Puede mi mascota estar infectada con coronavirus?
Sí. Es por eso que la Oficina Federal Suiza de Seguridad Alimentaria y Veterinaria (BLV) aconseja a los dueños de mascotas que están en cuarentena, que eviten el contacto excesivo con sus animales domésticos. Pero hasta donde se entiende, los perros y los gatos no muestran ningún síntoma de infección, no se sienten mal. Esto hace que sea aún más difícil evaluar el riesgo.
Según el BfR, un animal infectado teóricamente puede propagar el virus aún más a través del aire que respira y sus excretas. Después de todo, el SARS-CoV-2 se originó en el reino animal.
Estoy embarazada. ¿El coronavirus es peligroso para mí o para mi bebé?
Según lo que los científicos saben hasta ahora, los niños no son un grupo de alto riesgo para el coronavirus. Eso significa que los niños infectados con coronavirus generalmente tienen un curso leve de la enfermedad. Hay informes de casos individuales de recién nacidos en los que se ha detectado SARS-CoV-2. Sin embargo, no está claro si la transmisión ocurrió durante el embarazo, durante el parto o después del parto.
Según la OMS y el Centro Federal de Educación para la Salud de Alemania (BZgA), las mujeres embarazadas no parecen tener un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Sin embargo, las futuras madres deben tener especial precaución: debido a la falta de evidencia concluyente en torno a esta pregunta, esta información no constituye una garantía de inmunidad.
¿Son los fumadores un grupo de riesgo?
Sí. Y ahora lo que muchos fumadores no quieren escuchar: este sería un momento idóneo para dejar de fumar.
El tabaco es una mezcla de más de 5.300 substancias, entre ellas algunas que los médicos saben o dan por hecho que son cancerígenas. Fumar daña prácticamente a todos los órganos del cuerpo. Pero sobre todo las vías respiratorias.
Es por eso que los fumadores tienen un riesgo significativamente alto de enfermar de asma, tuberculosis, pulmonía, bronquitis u otras patologías pulmonares.
El nuevo coronavirus también ataca al sistema respiratorio. Ute Mons, del Instituto Alemán de Investigación del Cáncer, cree que los fumadores infectados tienen mayor riesgo para desarrollar un caso grave de COVID-19. «Estudios de China y Estados Unidos muestran que el peligro es mayor cuando se presentan patologías previas relacionadas con el tabaco, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas o cáncer», dice Mons. Otros estudios apuntan a una mayor mortalidad en este grupo.
Todavía no está científicamente demostrado, sin embargo, que los fumadores tengan mayor riesgo de infectarse. «No obstante sería plausible, pues los fumadores se llevan más a menudo la mano, que podría estar infectada con el virus, a la boca», explica Mons. Dejar de fumar ahora no vale para dar marcha atrás en lo que a las patologías previas respecta, pero el mejor estado de salud que se logra al hacerlo puede mitigar una evolución grave. «Siempre vale la pena dejar el tabaco, independientemente de la edad», concluye Mons.
¿Cómo funcionan los respiradores?
Las camas de cuidados intensivos con la posibilidad de intubación son la clave para tratar los casos más graves de COVID-19. Cuando falla la respiración, los órganos no reciben el suficiente oxígeno y dejamos de expulsar el dióxido de carbono.
Gracias a un exceso de presión, el respirador introduce aire rico en oxígeno en los pulmones y elimina humedad de la vesícula pulmonar. Parece simple, pero es una terapia compleja.
En todo el mundo solo hay unos pocos fabricantes de respiradores para medicina intensiva. Estas empresas han aumentado al máximo su capacidad productiva, pero por el momento hay escasez de suministros, también en el caso de sus componentes
¿Deja la COVID-19 huella?
Científicos chinos han descubierto manchas en los pulmones de algunos pacientes sanos que podrían sugerir un daño permanente de estos órganos.
Ahora harán falta nuevas investigaciones para determinar si han desarrollado una fibrosis pulmonar, que implica una inflamación del tejido conjuntivo de los pulmones. Esto dificulta el paso del oxígeno a la sangre, con lo que los esfuerzos del pulmón se multiplican y la respiración se vuelve más rápida. Las consecuencias pueden ser trastornos respiratorios, asfixia o tos seca. La capacidad de rendimiento físico se reduce y hasta las tareas cotidianas se vuelven agotadoras.
La fibrosis pulmonar no se puede curar, ya que las alteraciones del tejido pulmonar no se regeneran. Pero, si es detectada a tiempo, el avance de la fibrosis pulmonar puede reducirse e incluso detenerse.
Brevemente: nada de nada.
Más allá de eso, recientemente han circulado muchas teorías de la conspiración en torno al nuevo coronavirus. Una de estas teorías dice que los síntomas del coronavirus son consecuencia de la red 5G, mientras que otra versión acepta que sea una infección natural, pero culpa al 5G de empeorar la enfermedad. Hay otra variante que afirma que la pandemia en sí es un engaño para distraer a la población de la extensión de la red 5G.
En cualquier caso, la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante, una comisión internacional de monitoreo que establece las condiciones en las que se desarrollan las infraestructuras telefónicas, ya ha aclarado que no existe evidencia científica alguna que sostenga estas afirmaciones. Las pandemias han sido a menudo objeto de las teorías de la conspiración.