Bill Gates no es el único magnate venido de la empresa tecnológica que invierte su dinero en la filantropía. Elon Musk (exCEO de Tesla, ahora al margen de la compañía durante los próximos tres años) y Mark Zuckerberg (CEO de Facebook) también tienen sus proyectos, aunque con diferentes miras y modos de hacer. Mientras que el primero centra sus avances en la Inteligencia Artificial y en tecnologías como Hyperloop o SpaceX; el segundo, a través de la fundación que lleva el nombre de su hija (Chan Zuckerberg Initiative) dona a proyectos relacionados con la educación, la justicia, la igualdad de oportunidades y la ciencia.
Zuckerberg está obsesionado con la idea de llevar Internet hasta el último rincón del mundo. Musk con los proyectos megalómanos al amparo de la tecnología. Y Gates con paliar las desigualdades a través de vacunas, medicamento, sanidad y, en definitiva, una mejora de la carestía de la vida en los países pobres. ¿Pero qué empresario hace qué?
Elon Musk
Junto a su hermano Kimbal, preside desde 2002 la Musk Foundation, una organización privada a la que Elon ya ha donado más de 257 millones de dólares desde su creación (según datos de Influence Watch). Su sitio web lleva sin actualizarse 12 años, aunque según puede leerse allí, «las subvenciones se conceden» para cuatro cosas: «investigación y promoción de las energías renovables, del espacio exterior, de la ciencia y la ingeniería y de la investigación pediátrica».
No es un farol: en 2010, su fundación ya donó varias placas solares a través de SolarCity (una empresa de energías renovables que también pertenece a Musk) tras el paso del huracán Katrina por Coden (Alabama, EEUU) y en 2011 puso 250.000 dólares para construir una planta de energía solar (también a través de SolarCity) en Fukushima (Japón). Poco más se sabe sobre su fundación, salvo que también a donado dinero a otras ONGs como Oxfam America, la Federación de Vida Silvestre de los EEUU o la Energy Foundation por las energías renovables.
Además de la fundación, Musk también es el creador de PayPal (una de las herramientas pioneras de pagos en Internet), The Boring Company (con ella se dedica a hacer túneles bajo el suelo de Los Ángeles, ya que considera que es la mejor forma de evitar los atascos), Tesla Motors (fabrica coches autónomos y eléctricos), SpaceX (cohetes para llegar a Marte, medios de transporte ultrarrápidos como Hyperloop), OpenAI (investigación en Inteligencia Artificial) y Neuralink (neurotecnología con un objetivo: conectar la mente humana a un ordenador).
Mark Zuckerberg
En 2015, el creador de Facebook fundó junto a su esposa Priscilla la Chan Zuckerberg Initiative (Iniciativa Chan Zuckerberg), que lleva el nombre de su hija. En diciembre de ese año el multimillonario prometió que, hasta el final de su vida, donaría progresivamente hasta el 99% de las acciones de Facebook a la fundación, que en cifras se traduce en unos 45.000 millones de euros. Para tranquilizar a los inversores de la red social, Zuckerberg también dijo que no sacaría de allí «más de 1.000 millones al año».
Si las miras de Musk se sitúan en la tecnología a largo plazo, las de Zuckerberg se centran en el ahora. La fundación tiene tres áreas en las que despliega su inversión: educación, ciencia e igualdad de oportunidades y justicia. Entre sus proyectos educativos se encuentra una herramienta online para ayudar a profesores y alumnos a preparar mejor las clases, un proyecto para escolarizar a los niños y niñas estadounidenses que viven en zonas rurales o con bajos ingresos y otro ayudar a los pequeños con deficiencias visuales.
«Apoyamos a las organizaciones y partidos que trabajan en cuatro áreas: reforma de la Justicia Penal, las oportunidades económicas, acceso a la vivienda y la reforma migratoria», describe la Chan Zuckerberg Iniative en su web. En lo relativo a la ciencia, según la fundación, «comenzamos nuestro programa en septiembre de 2016 con la misión de apoyar la ciencia y la tecnología que permitirán curar, prevenir o tratar todas las enfermedades para finales de este siglo». Mención aparte merece Internet.org, el gran proyecto de Zuckerberg para llevar Internet a los países pobres y que se vio truncado en diciembre del 2016, cuando el cohete que llevaba su satélite explotó.
Por cierto que ese cohete era un Falcon 9 propiedad de SpaceX, en lo que fue la primera y última colaboración entre Musk y Zuckerberg. Después, Musk borraría las páginas de Tesla y Space X de Facebook tras la campaña #deleteFacebook, se lanzarían pullas en Twitter, se enzarzarían por el futuro de la Inteligencia Artificial…
Bill Gates
Ha financiado un retrete que funciona sin agua y que convierte los desechos humanos en fertilizante, lanzado un concurso para diseñar el condón del futuro que se autolubrique automáticamente y colaborado en decenas de proyectos humanitarios en África y Asia. La Bill & Melisa Gates Foundation se creó en 1994 y fue renombrada cinco años más tarde como la conocemos ahora. En 1999, Gates ya donó 16.000 millones de dólares (unos 14.000 millones de euros) en acciones de Microsoft a la fundación. Un año después ingresó otros 5.100 millones de dólares (4.500 millones de euros) de su patrimonio.
En su web se puede consultar un pequeño mapamundi con las principales donaciones que han llevado a cabo en estos años. La mayoría de iniciativas están relacionadas con la lucha contra el sida, el desarrollo de vacunas para combatir la malaria, la polio y la tuberculosis, y la escasez de estas. En Sudamérica sus proyectos se relacionan con la respuesta a las catástrofes naturales y la construcción de bibliotecas públicas.
En 2017, al más puro estilo de Zuckerberg, Gates anunció que 4.600 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) en acciones de Microsoft irían a parar a la fundación que preside junto a su esposa. Según Bloomberg, esta donación equivaldría al 5% de su fortuna. Haciendo cálculos, la publicación asegura que la pareja ya ha donado a la fundación más de 35.000 millones de dólares (31.000 millones de euros) desde 1999.
FUENTE: https://www.eldiario.es/tecnologia/Bill-Gates-Mark-Zuckerberg-Elon_0_835366898.html