The New York Times (Enero 15, 2002)
Escrito en los libros de texto y enseñado en las universidades, se creía que los únicos órganos que podían regenerar sus células eran la médula ósea, el hígado y quizás el riñón.
Pero ahora, dicen los investigadores, no están tan seguros.
Para su sorpresa, los científicos de Harvard Medical School recientemente descubrieron que en los ratones, las células que producen insulina en el páncreas pueden regenerarse. Otros expertos, en New York Medical College, han adquirido evidencia de que los corazones humanos pueden producir nuevas células.
Los descubrimientos tienen implicancias enormes, aunque puede tardar un tiempo en llegar desde las observaciones hasta los tratamientos médicos.
Las noticias alentadoras son que el cuerpo tiene una capacidad inapreciada de repararse a si mismo. Al descubrir esto, los investigadores también encontraron un obstáculo al tratamiento potencial: la presencia de una enfermedad subyacente, como la diabetes que mata las células pancreáticas, podría impedir la regeneración de esas células. Hasta la adición de nuevas células, como las derivadas de las stem cells, podría ser en vano. Para regenerar tejidos y órganos, podría ser necesario curar primero la enfermedad subyacente.
Sin embargo, algunos expertos son optimistas. “Estos son resultados muy intrigantes,”dice el Dr. Gregory Stock, que dirige el programa de medicina, tecnología y sociedad de la Universidad de California. Los resultados demuestran que “podrían existir formas de producir respuestas del cuerpo que nunca nos hubiéramos imaginado,” dijo el Dr. Stock.
La doctora Denise Faustman, una investigadora de diabetes de Harvard, dice que el trabajo comenzó porque ella estaba intentando evitar un obstáculo fundamental para la cura de la diabetes tipo I.
La enfermedad usualmente aparece en la pubertad y afecta aproximadamente medio millón a un millón de norteamericanos. Ocurre porque las células de los islotes pancreáticos, que producen insulina, mueren, casi siempre debido al ataque de las células del sistema inmune. Pero la enfermedad subyacente que mató a esas células también parece matar a las que son transplantadas para reemplazarlas.
El problema se ha aclarado en los ratones. Los científicos crearon la diabetes destruyendo los islotes de los animales y luego, con cuidado, curaron la enfermedad transplantando nuevas células. Pero, descubrieron que los transplantes no funcionaron en una cepa de ratones cuya diabetes se asemejaba más a la del humano, causada cuando el propio sistema inmune atacaba y mataba las células de los islotes. A pesar de los transplantes de células, los ratones permanecían diabéticos.
Sin embargo, los médicos han intentado encontrar una cura para la diabetes por décadas, dándoles a los pacientes un nuevo páncreas o nuevas células de los islotes, dice el Dr. David M. Nathan, que dirige el centro de diabetes de Massachusetts General Hospital.
Los mejores resultados provienen de un pequeño estudio realizado por científicos de la Universidad de Alberta, Canadá, que transplantaron células de los islotes a pacientes con diabetes severa y utilizaron un nuevo régimen de drogas para suprimir al sistema inmune.
Sus observaciones iniciales, publicadas hace dos años, eran que los 8 pacientes que habían sufrido transplantes no padecían la diabetes inicial. El año pasado, publicaron una actualización sobre el total de 12 pacientes que habían tenido un transplante de células de islotes pancreáticos. Cuatro de ellos no tenían señales de diabetes, los niveles de glucosa en sangre eran normales. En cinco pacientes, los niveles de glucosa en sangre estaban elevados, una indicación de que las células de los islotes no estaban funcionando apropiadamente. En tres pacientes, la diabetes había vuelto a instalarse.
El Dr. Nathan dice que está convencido de que sin frenar la enfermedad subyacente “no hay razón para pensar que la diabetes no volverá.”
Asi que la Dra. Faustman comenzó a buscar una manera de suprimir el ataque del sistema inmune, pensando que así podría transplantar exitosamente las células de los islotes en ratones con diabetes. Luego de varios años de trabajo, ella y sus colegas encontraron un método que funcionaba. Involucra el entrenamiento del sistema inmune para que no ataque las células de los islotes y al mismo tiempo, matando a las células del sistema inmune en el páncreas cuando se producía un ataque a las células pancreáticas.
Era la hora de que los investigadores realicen la última prueba. Primero, frenarían la diabetes subyacente con su nuevo método. Luego, para probar que las células habían curado a los ratones, tomarían las células transplantadas y observar la reaparición de la diabetes.
Ya que era imposible introducir las células en el páncreas del ratón, los investigadores introdujeron las nuevas células en uno de los riñones del animal. Las células secretarían insulina, controlando la diabetes. De esa forma, podrían luego remover el riñón y sacar las células transplantadas con él.
Ese, al menos, era el plan.
Al principio, el experimento parecía un éxito, los ratones se curaban de su diabetes.
Luego, los científicos removían el riñón que contenía las células transplantadas. Para la sorpresa de todos, no había diferencia, los animales seguían fabricando su propia insulina y no padecían de diabetes.
“Pensamos que si el experimento había salido bien, entonces quizás el transplante de células de islotes no era necesario porque una vez bloqueada la enfermedad subyacente, el páncreas podría regenerar sus células de los islotes.”dijo la Dra. Faustman.
La Dra. Faustman dice que todavía no sabe de donde provienen las nuevas células de los islotes. Podrían haber crecido a partir de células pancreáticas. O provenir de células inmaduras originadas en otro lugar del cuerpo y que hallan sido estimuladas para diferenciarse en células de los islotes por señales en el páncreas.
Cualquiera sea el origen, las çélulas de los islotes funcionaban normalmente.
least a couple of years before the investigators were ready to try the most preliminary studies in humans. But, he added, he is excited.
“Esto provee la posibilidad de que tomemos a una persona con diabetes tipo I u otras enfermedades autoinmunes que involucren la destrucción de los tejidos, si se interrumpe la enfermedad, quizá esas células puedan crecer nuevamente,”dijo el Dr. Nathan.
El otro órgano cuyas células parecen regenerarse es el corazón. Mientras que algunos científicos están sorprendidos, el investigador del proyecto, el Dr. Piero Anversa, del New York Medical College, dijo que nunca creyó en el dogma de que el corazón no regenera células.
Estudiando los corazones de personas que habían muerto recientemente de infartos, el Dr. Anversa y sus colegas observaron que había células en división en los corazones dañados y que esas células eran numerosas en el tejido próximo al área necrosada por el infarto.
El Dr. Anversa quería saber de donde provenían esas células cardiacas. Están en el corazón o provienen de otro tejido, como la médula ósea? Se sabe que la médula contiene células inmaduras que, en teoría, pueden diferenciarse en células específicas si son estimuladas con las señales bioquímicas apropiadas.
Junto con sus colegas analizaron hombres que habían recibido transplantes cardiacos de donantes mujeres. Las células masculinas poseen un cromosoma Y, las células femeninas no. Entonces, si en la autopsia, los corazones provenientes de las mujeres que fueron implantados en los hombres contenían células maduras con cromosomas Y, sería evidencia de que las células se originaron fuera del corazón, proviniendo de las propias células del hombre, posiblemente de las stem cells presentes en su cuerpo y listas para convertirse en células cardiacas ante las señales correctas.
Los investigadores encontraron abundantes células masculinas en los corazones femeninos.
Cuando se le preguntó al Dr. Anversa porqué un corazón transplantado necesitaría crecer nuevas células, él dijo que el corazón antes de ser transplantado es guardado por varias horas, sufriendo estres y además el corazón de una mujer es más pequeño que el del hombre y puede dañarse al intentar bombear la sangre en un cuerpo de mayor tamaño. Los corazones femeninos podrían necesitar regenerar células para reemplazar a las que murieron en el proceso de transplante o crecer para suplir la demanda de un cuerpo de mayor tamaño.
La pregunta ahora es: Si el cuerpo es capaz de crecer nuevas células como células cardiacas o pancreáticas, porque las personas desarrollan diabetes o enfermedades cardiacas? Porqué no puede regenerar los órganos constantemente cuando mueren sus células?
El trabajo de diabetes de la Dra. Faustman provee una explicación posible. Si el medio ambiente es incorrecto- en este caso, una enfermedad autoinmune subyacente que causa la diabetes- los mecanismos regenerativos corporales podrían no ser suficientes. Lo mismo podría ocurrir con los corazones dañados. Los pacientes con enfermedades cardiacas podrían tener un daño tan severo que los órganos ya no tienen las señales químicas necesarias para el crecimiento celular.
Esta observación se debe tener en cuenta en el caso de las stem cells que no serían suficientes en un transplante si no se modifica la enfermedad de base.