Fuente: Cronista
El subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, se encuentra esta semana en Beijing, China, para terminar de pulir los últimos detalles del acuerdo para construir la cuarta central nuclear del país, que costaría unos u$s 8000 millones y sería financiada en un 80% por el país asiático.
Según publicó la agencia Reuters, Gadano afirmó ante el Foro de Desarrollo Sostenible de Energía Nuclear que Argentina y China están negociando la estructura financiera para Atucha III, que se emplazaría en las cercanías de la localidad bonaerense de Lima, como Atucha I y II.
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Consultadas por El Cronista, fuentes oficiales sostuvieron que no explicitarán cuándo se firmaría el acuerdo, aunque ya hay un avance importante.
El préstamo de China para construir Atucha III tendría un plazo de 20 años, con 8 años de gracia para empezar la devolución y se abonaría con la venta de la electricidad que produzca la propia central nuclear.
El país asiático ofrecería tasas de interés mucho más bajas que las que el mercado internacional podría otorgar en el actual contexto macroeconómico argentino, con un piso de entre 10% y 11% anual en dólares (la tasa de interés de referencia en Estados Unidos más el riesgo país, cercano a los 800 puntos básicos).
El portal Infobae publicó que hace dos semanas culminó una misión en Buenos Aires de funcionarios gobierno del presidente chino Xi Jinping y autoridades de la empresa encargada del proyecto, la National Nuclear Corporation (CNNC), y que entre el 15 y el 17 de abril se firmaría la Carta de Intención.
Uno de los puntos que genera polémica y traba el acuerdo es el porcentaje de componentes de fabricación nacional, que sería menor a un 40%.
La construcción de un reactor del tipo Hualong One en Argentina «permitirá a China involucrarse en un mercado maduro» y le permitirá mostrar al mundo sus avances tecnológicos en el sector, dijo Gadano en Beijing.
Hualong One es el diseño del reactor nuclear de tercera generación de China y es de uranio levemente enriquecido y agua liviana, contrario a la tecnología canadiense CANDU, de uranio natural y agua pesada, que producía hasta 2017 la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP).
Otro obstáculo que enfrenta la construcción de Atucha III es que, según dicen en privado fuentes vinculadas al proyecto, al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, no le agrada la idea de darle el visto bueno a una multimillonaria obra que agrandaría el gasto público y el déficit fiscal. Sus voceros, en cambio, niegan la versión.
En cualquier caso, las tratativas avanzan por el impulso del presidente Mauricio Macri y consejos de algunos asesores energéticos, que ven con buenos ojos diversificar la matriz energética, muy concentrada en el gas, además de sumar experiencia en tecnología de punta.
En cambio, el grupo de ex secretarios de Energía emitió hace unos meses un comunicado en el que rechaza la energía nuclear, que tendría un costo entre 5 y 6 veces mayor que las renovables.
Sin embargo, con la construcción de la cuarta central atómica del país, Argentina se ubicaría a contramano del mundo, que decide progresivamente abandonar la energía nuclear. Alemania tiene un plan para dejar fuera de operación sus centrales en 2022.
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