Fuente: xataka
Zuckerberg se lo juega todo al metaverso, y arriesga muchísimo: ninguna tecnológica había invertido tanto en un solo proyecto hasta la fecha
Marck Zuckerberg está eufórico con el metaverso. En la conferencia Facebook Connect de ayer se le veía como un niño con un juguete nuevo. Un juguete, dicho sea de paso, bastante caro. Tanto que, de salir rana, podría sumar dolores de cabeza a una compañía que padece migrañas crónicas desde hace varios años. Y es que la recién nacida Meta está invirtiendo cantidades ingentes de dinero sólo en el desarrollo de este universo digital, un desembolso que supone la apuesta más arriesgada de una tecnológica en un único proyecto hasta la fecha.
Facebook declaró en sus resultados fiscales de 2020 que había invertido una cantidad cercana a los 18.500 millones de dólares en investigación y desarrollo (I+D) aquel ejercicio, buena parte de ellos para su división de realidad virtual (RV) y realidad aumentada (AR), conocida como Facebook Reality Labs. Es decir, la encargada de desarrollar todo lo relacionado con el metaverso.
Estas cifras globales no tienen nada de llamativo. Las grandes tecnológicas están acostumbradas a invertir partidas ingentes en I+D para proyectos que acaban en nada. Sin ir más lejos, en 2020 Amazon destinó casi 43.000 millones de dólares para este fin en investigaciones relacionadas con la inteligencia artificial, el machine learning y la visión artificial, mientras que Alphabet gastó para este mismo fin unos 27.500 millones de dólares, sobre todo en inteligencia artificial y nuevos softwares y dispositivos, según información de Nasqad.
Lo que sí llama la atención es el porcentaje que ese gasto supone para estas empresas en comparación con sus ingresos. Para Amazon, que fue la que más dinero desembolsó en 2020 en I+D, la partida apenas supuso un 11% de sus ventas netas, mientras que en Alphabet, la segunda en la lista por volumen de gasto, ese porcentaje fue de algo más del 15% de sus ingresos. Para Facebook, que fue la quinta compañía que más invirtió monetariamente en investigación y desarrollo en 2020, el porcentaje era ya en aquel año del 21% de su facturación.
Si nos atenemos sólo al porcentaje de ingresos que las grandes tecnológicas destinan a I+D, Facebook ya encabezaba la lista en 2020 por delante de Amazon, Google, Huawei (14%) o Microsoft (13%). Y ahora vienen las curvas. En la presentación de resultados del tercer trimestre de 2021, Zuckerberg aseguró que este año reducirán en unos 10.000 millones de dólares sus ganancias operativas debido al aumento de la inversión en Facebook Reality Labs. Lo que supondría, a falta de resultados anuales, que la inversión en investigación y desarrollo de Meta podría alcanzar los 28.500 millones de dólares en 2021.
Esa cantidad, de acuerdo con el balance de resultados anual de Facebook en 2020, supondría invertir alrededor del 30% de sus ingresos en I+D, sobre todo en su proyecto del metaverso a través de Facebook Reality Labs. No obstante, si las cifras de facturación trimestrales que viene presentando la compañía de Zuckerberg a lo largo de 2021 se mantienen en los tres últimos meses del año, ese porcentaje se situaría realmente alrededor del 25%, ya que este año están ganando más que el anterior.
Inversión alta para un solo proyecto
Sea un 25% o un 30% de sus ingresos lo que Facebook destine finalmente a I+D este año, lo cierto es que cualquiera de esos porcentajes es bastante abultado en comparación con lo que invierten otras grandes tecnológicas, en especial si tenemos en cuenta que buena parte de ese dinero se va a destinar en exclusiva al desarrollo del metaverso.
Y es que las empresas tecnológicas están acostumbradas a gastar gran cantidad dinero, muchas veces a fondo perdido, en investigar nuevos productos y servicios, pero rara vez ponen tantos huevos en la misma cesta. Todas diversifican mucho sus proyectos, aunque se enmarquen en la misma disciplina, como la inteligencia artificial. Zuckerberg, en cambio, se lo juega casi todo a una sola carta que, si bien parece un as, todavía está boca abajo en el tablero de la tecnología.
Las estimaciones de mercado, desde luego, invitan al optimismo: de acuerdo con Bloomberg, el negocio de esta nueva frontera de internet podría mover para 2024 unos 800.000 millones de dólares al año. Pero son sólo eso, proyecciones que bien podrían no cumplirse.
Zuckerberg, sin embargo, parece tener fe ciega en esas estimaciones y en las investigaciones de mercado internas que Facebook debe haber hecho sobre las posibilidades económicas del metaverso.
¿Dinero para quemar?
Esa fe es, desde luego, mucho más fácil de tener con un colchón de casi 30.000 millones de dólares de beneficios a tus espaldas -según datos de 2020-. Facebook tiene dinero para quemar a espuertas, y si la apuesta resulta que no le sale tan bien como esperan, tienen capacidad para maniobrar y llevar sus naves a otras aguas más propicias.
Al menos si todo sigue como hasta ahora, lo que no está nada claro. Facebook está creciendo mucho, muchísimo, en 2021, a tenor de lo que muestran sus resultados trimestrales, pero su otoño se ha tiznado de un negro funesto tras las filtraciones de documentos internos que, entre otras cosas, ponen de manifiesto que la respuesta de la red social a mensajes sobre tráfico de personas, venta de órganos, pornografía, droga, violencia y odio es más bien laxa, según el Wall Street Journal.
Los Facebook Files suponen una crisis reputacional gravísima para Facebook, que podría conllevar la pérdida de anunciantes, y también un escrutinio judicial que podría traducirse en importantes sanciones económicas como la recibida por el caso de Cambridge Analytica. Si todo esto repercute en el balance de resultados de la compañía, arriesgar tanto en el metaverso podría convertirse, de salir mal, en un duro golpe económico para el gigante tecnológico.
Facebook o, más bien, Meta, se encuentra en un momento crucial de su historia. Asediada por los escándalos, se embarca en la costosa aventura de descubrir un nuevo mundo. Por el momento, sus arcas pueden soportar la empresa, veremos si es capaz de mantenerla en el caso de que las ganancias se reduzcan y, sobre todo, si el metaverso no resulta ser el Potosí que vaticina Zuckerberg.
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