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La universidad estadounidense desarrolló un sistema que permite a las plantas verdes avisar vía mail cuando adviertan la presencia de ciertos químicos en el agua subterránea y así alertar sobre la contaminación y otras condiciones medioambientales
Ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) diseñaron un experimento que permite a plantas de espinaca enviar correos electrónicos a científicos cuando adviertan la presencia de nitroaromáticos en el agua subterránea y así alertar acerca de la contaminación y otras condiciones medioambientales.
Los nitroaromáticos son compuestos que suelen utilizarse para la fabricación de explosivos, como aquellos que se encuentran en campos minados y municiones sepultadas. Cuando las raíces los detectan, los nanotubos de carbono de las hojas de espinaca emiten una señal, leída por una cámara de infrarrojos, que genera una alerta que luego les llega por correo electrónico a los investigadores.
La técnica podría usarse en antiguas zonas de guerra para monitorear el agua subterránea en busca de químicos que se filtran de municiones enterradas sin tener que excavar. Es parte de un campo de investigación más amplio en el que se agregan sistemas eléctricos a las plantas para darles nuevas habilidades.
“Las plantas son muy buenos químicos analíticos”, dijo el profesor Michael Strano del MIT, el investigador principal del proyecto.
“Tienen una extensa red de raíces en el suelo, están constantemente tomando muestras de agua subterránea y tienen una forma de autoalimentar el transporte de esa agua hacia las hojas”, afirmó.
“Esta es una demostración novedosa de cómo hemos superado la barrera de comunicación entre plantas y humanos”, señaló el ingeniero químico estadounidense.
En declaraciones a la BBC, Strano expresó que “las plantas podrían usarse para aplicaciones de defensa, pero también para monitorear espacios públicos en busca de actividades relacionadas con el terrorismo”.
Si bien este experimento se inició para detectar materiales explosivos, Strano y otros científicos creen que esta tecnología puede usarse para advertir a los investigadores sobre la contaminación y otros factores ambientales.
“Las plantas son muy sensibles al medio ambiente”, sostiene Strano. “Saben que va a haber una sequía mucho antes que nosotros. Pueden detectar pequeños cambios en las propiedades del suelo y el potencial hídrico. Si aprovechamos esas vías de señalización química, hay una gran cantidad de información a la que podemos acceder”, agregó.
En diciembre, el profesor Strano aseguró que había diseñado un helecho para detectar arsénico en la tierra. El metal pesado tóxico puede contaminar los cultivos de arroz y las aguas subterráneas.
El helecho biónico pudo encontrar niveles de arsénico tan bajos como 0,2 partes por mil millones, en comparación con las 10 partes por mil millones capaces de detectar en los sistemas existentes.
El laboratorio del profesor Strano también está interesado en detectar el estrés en las plantas, para ofrecer una alerta temprana a las que sufren de hongos, sombra excesiva o calor.
Para eso, ya se han colocado implantes en las hojas de una variedad de plantas, incluidas las fresas y la rúcula.
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