Autor: Francisco Martín Acrís
Fuente: Trabajo enviado en colaboración.
La medicina debe ir contra las causas además de aliviar los síntomas. La dieta mejora los resultados. Las frutas y las verduras crudas tienen que ser los alimentos básicos de la dieta diaria.
Su riqueza en antioxidantes los hace imprescindibles para mantener la salud y retrasar el envejecimiento. Los alimentos crudos son imprescindibles para una correcta función bioquímica del organismo. Las características del ambiente influyen de forma decisiva en los resultados: condiciona y altera de manera sustancial la veracidad de las investigaciones y los diagnósticos de las enfermedades. La actual concepción de la Medicina convencional debe ser modificada. Creo que en un futuro, que no debiera ser muy lejano, la morbilidad y la discapacidad atribuida a enfermedades no transmisibles más importantes, como las cardiovasculares, la diabetes de tipo 2, determinados tipos de cáncer, etc. deben ser tratadas de forma biológica, que en el caso de las neoplasias consiste en hacer que la célula recupere su comportamiento normal Es esencialmente una Medicina que intenta enseñarle al paciente a vivir sin enfermar. Es preciso que los médicos y terapeutas de todos los sistemas trabajen para prevenir la enfermedad, esto significará además aprender mucho más sobre las verdaderas causas de la enfermedad y poder educar a las personas a reconocerla y a controlarla precozmente. Creo que educar debe ser una de las tareas principales de los médicos ya que educando a los pacientes en la prevención les va a facilitar en gran medida –a los facultativos- el trabajo diario.
Considero que sería fundamental que esta información, pueda desencadenar un debate en el seno de los colectivos científico y médico. La ciencia es, sobre todas las cosas, el resultado de las observaciones nacidas de opiniones confrontadas. El progreso se consigue analizando minuciosamente y cuestionando rigurosamente el propio trabajo con el de otros. Esta información propone una perspectiva distinta para el tratamiento del cáncer. Mi conclusión inexorable es que cambios dietéticos sustanciales, abandono total de hábitos nocivos y tratamiento psicológico -con el fin de tratar de detener el proceso- deben preceder el máximo tiempo posible, según precocidad del diagnóstico, a las terapias que se están aplicando actualmente en Hospitales y Clínicas oncológicos, tratando de evitar en el caso de tumores sólidos, la rotura de la barrera natural de defensa
Introducción
La doctora Elena Ramírez García en su libro “ Usted puede prevenir el cáncer” (I.S.B.N.: 84-607-1691-0 manifiesta:
“…….. Los sistemas de salud de todo el mundo occidental son culpables de que el cáncer sea cada vez una triste realidad mas frecuente. Se siguen ignorando los hábitos dietéticos de los pacientes y a pesar de las aplastantes evidencias…… Si un médico le dice que el cáncer no se puede prevenir con la alimentación, no pierda el tiempo, cambie de médico, búsquese otro mejor informado, que se preocupe más por tu salud y esté más al corriente de los últimos descubrimientos de la ciencia médica……”
Durante los últimos treinta años, la situación demográfica y epidemiológica observada en nuestro país nos muestra una prevalencia creciente de enfermedades no transmisibles de los adultos y que son generalmente consideradas crónicas, donde los estilos de vida relacionados con la alimentación y nutrición constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de estas patologías. (Enfermedades cardiovasculares, obesidad, cáncer, hipertensión arterial, diabetes etc.). El sedentarismo y el estrés son frecuentes en el mundo desarrollado que unido a una mayor expectativa de vida, hacen que estas patologías afloren de forma creciente durante el envejecimiento. Las preferencias alimenticias recaen sobre aquellos alimentos más ricos en calorías y grasas, especialmente saturadas, un exceso de azúcares refinados y sal, así como pobre en fibras e hidratos de carbonos complejos. Lo que se ha traducido en un perfil epidemiológico distinto, esto es, nos enfermamos y nos morimos por causas distintas que la generación de nuestros padres.
Saber la verdad sobre el problema del cáncer es el sueño y la inquietud de eminentes e importantes científicos e investigadores. Con frecuencia tras largos estudios e investigaciones sus opiniones son contradictorias.
Resulta pueril, ingenuo y atrevido pretender estar en posesión de tan ansiado conocimiento, no obstante, esto no debe ser obstáculo, para expresar lo que en mi opinión puede contribuir de manera importante a la lucha contra los canceres relacionados con el estilo de vida y la alimentación.
La prevención no es una información exclusiva para aquellas personas que están sanas, también los que padecen el proceso necesitan prevenir para intentar evitar recidivas y/o nuevos crecimientos y además como coadyuvante de terapias.
La Cura del cáncer
El organismo vivo se caracteriza, por su gran capacidad para obtener energía de los alimentos para regenerar las estructuras que constantemente sufren deterioro y destrucción y para reproducirse. Resulta evidente, que los procesos señalados como los más característicos de la materia viva, exigen una fuente de materiales para la combustión (energía) y para la construcción (regeneración, crecimiento, reproducción).
El poder para regenerarse y curarse depende siempre de la materia viviente. Las condiciones para poder curarnos no residen de forma absoluta en las acciones terapéuticas. Una cura para el cáncer como es entendida comúnmente tiene seria dificultades para ser encontrada.
Existen numerosos problemas que deben ser resueltos y que ayudaran a salvar la vida del paciente. Para resolver estos problemas debemos modificar la noción prevaleciente de que el cáncer es una enfermedad local y preocuparnos por el organismo en su conjunto.
Trabajos experimentales han demostrado que el crecimiento de las células puede ser modificado por el carácter de la dieta proporcionada
No cabe duda que existen condiciones que antagonízan la proliferación de las células “revolucionarias”, así como, existen otras que la favorece. La condición antagonista es la normalidad que debemos buscar como terapia natural o biológica cuando existen crecimientos “no controlados”. Si conseguimos restaurar esta condición “anti-cancerosa” podemos detener la evolución neoplásica y erradicar las causas. Los antagonistas de la proliferación constante se ven favorecidos por una nutrición correcta, una eliminación de residuos activa y eficiente y una función fisiológica normal de todo el organismo.
Tras suspender su crecimiento, el cáncer debe ser destruido sobre todo en aquellos casos que tenga efectos letales inmediatos – debiendo evitar que el sistema para destruirlo no pueda ser peor que el cáncer en si mismo – y sus causas removidas para evitar el regreso. La destrucción o el “sacrificio” de las células afectadas de cáncer, representa solo una parte de la solución del problema de los crecimientos cancerosos, pero el cáncer podrá recurrir o estará en disposición de recurrir si no removemos o corregimos las causas que favorecieron su desarrollo.
Con habitual frecuencia tras la cirugía y/o las terapias el paciente es dado de alta hospitalaria, portando en su organismo la causa o las causas “silenciosa y solapada” sin una sola instrucción – excepto las revisiones correspondientes, con el objetivo del control de las recurrencias – obviando o despreciando el tipo de alimentación, el estilo de vida y aconsejando de manera un tanto tímida el abandono de los hábitos nocivos. Quedando el paciente en el mismo “ambiente” que provocó la enfermedad, lo que va a favorecer o permitir que las recidivas y las metástasis sean frecuentes. Debo decir que estas medidas deben ser tomadas de forma temprana y que según lo aconseje el estadio de la enfermedad, antes de iniciar la terapia.
Creo no existe enfermedad incurable, pero hay enfermos incurables. La enfermedad puede ser curada por medios naturales, si bien, las condiciones para que esto ocurra deben ser proporcionadas de forma precoz, por el contrario, será incurable cuando la “conquista” del organismo por las “células rebeldes” ha modificado o distorsionado de forma irreversible el funcionamiento de los órganos y sistemas que permiten el normal desarrollo de la vida. Aún en esta situación deben prevalecer los consejos dietéticos sanos. Los consejos “bien intencionados” ante una situación irreversible, provocará malestar y molestias añadidas a las que ya sufre el paciente debido a su enfermedad.
La cura del cáncer debe ser una evolución invertida. Se requiere mucho tiempo para que la salud sea restaurada totalmente. Es un grave error pensar que se está bien porque no hay síntomas. Esto es solo el principio de un largo camino, debemos continuar de forma estricta observando y cumpliendo las leyes que hacen posible que nuestra vida continúe.
Alimentación y cáncer
El reconocimiento general por parte de eminentes expertos e investigadores del importante papel de la nutrición en el tratamiento de numerosas enfermedades crece de manera continuada, al mismo tiempo que aumenta los conocimientos de los efectos específicos de los nutrientes sobre la biología celular y molecular y sobre la inmunidad.
Mis estudios sobre Alimentación y Cáncer es tan solo una fracción muy pequeña de la evidencia existente en el ámbito mundial. He hecho todo lo que me es posible para que esa fracción sea verdadera. Esta información intenta presentar todo lo que puedo comprender sobre la vanguardia de la ciencia en su lucha contra la patología de los radicales libres, la ingesta excesiva de grasas, de ácidos grasos saturados y de alcohol, y la disminución en la ingesta de fibras dietéticas y antioxidantes, la acumulación de residuos como directa consecuencia de una alimentación hiperproteica, el desequilibrio energético derivado de una alimentación hipercalórica y la intoxicación de productos residuales del metabolismo. Esta dieta pretende favorecer también la eliminación activa de microorganismos y parásitos patógenos y los riesgos de la introducción de material genético extraño en la célula que pueda modificar su normal división , al tiempo que intenta evitar la desnaturalización de proteínas. Agentes químicos como la urea, situaciones de estrés, sustancias que modifican el ph, alteración en la concentración, alta salinidad y mutaciones genéticas suelen dañar las proteínas. Este proceso causante del daño de las proteínas se llama desnaturalización, cuya consecuencia más inmediata es la pérdida de importantes actividades biológicas que va a afectar seriamente a enzimas, hormonas proteínicas y anticuerpos. Entre los daños ocasionados por la desnaturalización está la desactivación de la enzima para catalizar reacciones específicas, la pérdida de la capacidad de los anticuerpos para fijarse a sus antígenos específicos, así como el de las hormonas proteínicas para generar sus efectos característicos en los órganos a que están destinadas. Este proceso de desnaturalización crea una insuficiencia inmune que se puede ver incrementada por la inmunodepresión causada por fármacos anticancerosos o radioterapia.
Básicamente, mi dieta contra el cáncer, tiene la finalidad de restablecer la conducta biológica “normal”, racionalizar el consumo de proteínas que permita reducir la concentración de elementos nitrogenados, evitando así posibles mutaciones y disfunciones orgánicas, además de las agresiones, agotamiento y deterioro de los órganos excretores, así como regularizar el equilibrio entre la energía asociada a la dieta y la consumida, evitando la dieta hipercalórica. Que pueda ser a la vez favorable y suficiente para modificar y crear un estroma hostil al tumor con capacidad para restablecer el mecanismo apoptótico al tiempo que desactive el estimulo de la división celular incontrolada; rico en nutrientes no alterados; independiente y desligado de la masa tumoral – lo que la reduce en más de un 60 % – bien oxigenado, con un potente sistema inmune.
Resulta evidente considerar al ser humano como una especie que se ha desviado de las leyes naturales seguidas por el resto de los seres vivos libres. La dieta actual del ser humano –refiriéndome principalmente a las naciones industrializadas- está muy lejos de la preferida por los antropoides y que se basaba en las plantas. Esto nos permite sospechar que la mayoría de los problemas de salud que son comunes en el mundo desarrollado tienen su origen o causa, en un tanto por ciento importante, en la diferencia –salvando la evolución- entre nuestra dieta y aquella a la que los humanoides se fueron adaptando durante millones de años
La llamada “dieta equilibrada” que es considerada hoy como un axioma y que es recomendada generalmente por los expertos en nutrición, está basada en estudios científicos nacidos en el seno de las desviaciones derivadas de la auténtica naturaleza del ser humano. Está siendo aconsejada por la ciencia –a pesar de su marcado desconocimiento del secreto bioquímico de la vida- y la legislación la apoya e impone, como absoluta e infaliblemente necesaria para el mantenimiento de la salud. Es evidente que este objetivo no se cumple, como queda de forma patente y fehacientemente demostrado, por las terribles enfermedades que la humanidad esta sufriendo y que son frecuentemente denunciadas y relacionadas con el estilo de vida y la alimentación por una pléyade de eminentes investigadores
En mi opinión, la alimentación aconsejada hoy por los expertos, no guarda relación alguna con la que consumía el ser humano de manera instintiva con arreglo a lo que el medio natural le ofrecía y las necesidades le exigían y que ha permitido su largo “viaje” a través de los tiempos sin apoyo sanitario.
Muchos investigadores opinan, que la mayoría de los problemas de salud que afectan a las poblaciones actuales son consecuencia de un alejamiento de la dieta actual respecto de la que seguían nuestros antepasados paleolíticos.
¿Hasta que punto estamos alejados de las pautas alimentarias ancestrales? ¿Cuándo y como, los hábitos alimentarios de nuestros antepasados comenzaron a divergir del resto de las especies del árbol evolutivo del orden de los primates? Los neandertales estuvieron sometidos a unas condiciones de vida duras y escasas de recursos, su tremendo esfuerzo para conseguir los alimentos le exigía la necesidad de consumir 4000 kilocalorías al día para sobrevivir. En las sociedades industriales nos encontramos con el problema opuesto, con poco esfuerzo podemos adquirir fácilmente alimentos ricos en energía –principalmente grasas y azúcares- a precios moderados, a pesar de ello hemos seguido manteniendo una dieta muy alta en calorías, que está favoreciendo un aumento de la obesidad además de otras enfermedades no transmisibles graves y crónicas que padecemos hoy y que se deben generalmente a este desequilibrio calórico. “Somos víctimas de nuestro extraordinario éxito evolutivo”: a la vez que mantenemos una dieta muy calórica hemos minimizado de manera evidente el gasto de energía en nuestra actividad diaria.
Mi dieta es el resultado de años de investigación fruto de un estudio profundo y meditada observación de las características biológicas del ser humano como especie clasificada dentro del reino animal.
Enfermedades cardiovasculares y cáncer
Quiero puntualizar y repetir que la prevención del cáncer no es una información exclusiva para aquellas personas que están sanas, también los que padecen el proceso necesitan prevenir para intentar evitar recidivas o nuevos crecimientos.
Quien sufre un proceso canceroso debe buscar ayuda psicológica y dietética especializada, es obvio, que el enfermo de cáncer necesita ayuda psicológica; por otra parte, es absolutamente necesario establecer una dieta biológicamente correcta, curativa y como antagonista de las terapias agresivas y no selectivas, también como prevención de metástasis y nuevos tumores. Importantes investigaciones han demostrado, que una dieta no correcta puede ser un factor de riesgo serio que favorece la evolución de la enfermedad.
Dentro de los tratamientos habituales, no se contempla este aspecto, a mi juicio de vital importancia.
Hoy por hoy, solo nuestro organismo sabe ¿por que? Acerquémonos al medio que hizo posible la vida, en él están los ingredientes para que continúe.
Cuando me pregunto: ¿Que sucederá, si no se trata la enfermedad y se hace solo un cambio radical en el estilo de vida? Por lo que a mi respecta esta pregunta tendrá respuesta si algún día yo enfermo de cáncer, o se realizan investigaciones experimentales en este sentido. Si con esta técnica se consiguiera detener el proceso, se podría evitar la Cirugía , los tratamientos agresivos no selectivos, sus efectos adversos y su riesgo iatrogénico.
Opino que los médicos debieran poner tanta fe en la capacidad curativa del cuerpo humano como la tienen en los fármacos. Creo que cuando un médico piensa o le dice a su paciente que no tiene cura, lo que en realidad quiere decir es que no tiene suficiente información para curarlo. Eso no significa que no tenga cura. Si esto es así ¿Es legítimamente justo la Sedación Terminal ? Existen personas que han superado un diagnóstico desfavorable de su enfermedad, lo que evidencia que el cuerpo humano tiene la capacidad de auto curarse. El total desconocimiento de las causas del cáncer, limita y desautoriza de forma ineludible la decisión de “actuaciones terminales”. La situación de “enfermo terminal” nace más del desconocimiento de la enfermedad que de ella en si misma. La estadística de fallecimientos de ninguna manera debe tomarse como base incuestionable para todos los enfermos. Si los facultativos, a tenor de sus conocimientos consideran la situación del enfermo irreversible, esto no le concede el derecho de ser infalibles, máxime teniendo en cuenta que la medicina no es una ciencia exacta.
Cáncer y dieta
Se cree que las causas por las que una célula normal pierde el control de su crecimiento depende de diversos factores de riesgo que, si persisten en el tiempo y son de suficiente intensidad, aumentan la probabilidad de transformarse y desarrollar un cáncer. Uno de estos factores puede ser:
Químico o bioquímico. Los nutrientes de la dieta son los más determinantes, tanto si están en exceso como si son carenciales, existen estimaciones que calculan que más de un 80% de los canceres podrían evitarse mediante cambios en el estilo de vida, por supuesto en los que se incluye la dieta.
Mediante estudios epidemiológicos ha sido posible establecer una evidente relación entre la ingesta excesiva de grasas, de ácidos grasos saturados y alcohol, y una pobre ingesta de fibras dietéticas: frutas y verduras con el aumento de la incidencia de cáncer en poblaciones caracterizadas por este tipo de hábitos alimenticios. Por el contrario el consumo de ácidos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados omega-3 (ácidos alfa-linolénico, eicosapentaenoico y docosahexaenoico, junto con un suficiente aporte de ácido fólico, vitamina B-6, vitamina E y vitamina B-12 procedentes de la dieta y de síntesis por la microbiota luminal) se asocia con una importante disminución en la expresión de los cánceres del aparato digestivo, hígado, páncreas, mama y próstata.
Los ácidos poliinsaturados omega-3 son particularmente importantes, pues son muy activos en la prevención del cáncer. Estudios in Vitro han demostrado que efectivamente los ácidos grasos omega-3 junto con el ácido fólico y las vitaminas B-6, E y B12, tienen la capacidad de reducir el crecimiento de distintas células cancerígenas humanas.
Tras la ingesta de alimentos que contienen ácidos grasos omega-3 se inicia su metabolismo en las células de nuestro organismo. Una parte significativa de estos ácidos grasos se incorpora rápidamente a los triglicéridos del tejido adiposo y a los fosfolípidos de las membranas. En los pacientes de cáncer de colon se produce una acumulación muy significativa de estos ácidos grasos en los lípidos totales de las células epiteliales de la mucosa intestinal, lo que permite que los ácidos omega-3 sean utilizados de manera muy activa por las células cancerígenas, compitiendo con el metabolismo de los ácidos grasos omega-6 (los procesos asociados al metabolismo de los ácidos grasos omega-6 están anormalmente “activos” en el cáncer de colon, páncreas, mama, próstata, pulmón, piel, vejiga urinaria, cerebro e hígado). Esto es muy importante si se considera el hecho que, en un buen tanto por ciento de los tumores malignos, la concentración de ácidos grasos omega-3 es inusualmente baja por lo que la actividad de las enzimas ácido graso desaturados es, en ocasiones, indetectable.
La información que no llega
La nutrición depende absolutamente de lo que asimilamos, no de lo que
consumimos. Muchas investigaciones científicas señalan que la leche de
origen animal puede ser un factor de riesgo en numerosos problemas de salud.
La “potabilización” de la leche de origen animal y sus derivados que pretende ser apta para el consumo humano tiene lagunas de las cuales no es informado debidamente el gran público.
Es cierto que la pasteurización destruye microorganismos no deseados, pero también destruyen las vitaminas y las enzimas necesarias para que el proceso digestivo de su alto contenido de proteínas se realice correcta y eficazmente. En nuestros envases abiertos y refrigerados la población microbiana se eleva de forma considerable en 48 horas.
Es sabido que en la leche no pasteurizada los micro-organismo se multiplican a gran velocidad, en las leches pasteurizadas continúan multiplicándose a menor velocidad. La legislación Estadounidense es taxativa al respecto: “ La leche pasteurizada no debe contener más de 20.000 bacterias por mililitro y no más de 10 organismos de especies coniformes”.
Tampoco parece garantizada la inocuidad total de las leches homogeneizadas. La reducción del tamaño de los glóbulos de grasas como mínimo a su décima parte, puede aumentar el riesgo de problemas de corazón. Parece que la enzima bovina xantín-oxidasa puede atravesar sin alterarse la barrera intestinal incorporarse a la sangre y destruir el plasmógeno de las membranas celulares del tejido cardíaco.
La condición antigénica de las proteínas lácteas de origen animal
Contrariamente a lo que sucede con las caseínas de la leche materna y que el bebe asimila totalmente, las caseínas de la leche de vaca pasan al intestino delgado solo parcialmente digeridas, problema este que se agrava en los adultos cuya renina gástrica –enzima necesaria para la “ruptura” de las grandes moléculas de caseína – disminuye con la edad.
La caseína no desintegrada (no hidrolizada) es una sustancia viscosa que en personas que se exceden en el consumo de lácteos se suele depositar en los folículos linfáticos que rodean al intestino provocando fatiga crónica y diversas alteraciones intestinales.
Los fragmentos derivados de la hidrólisis parcial de la caseína ( péptido) pueden atravesar las paredes intestinales dando lugar a que los linfocitos B fabriquen anticuerpos (las inmunoglobulinas) que “abrazan” estos péctidos (antígenos) formando complejos antígeno-anticuerpo.
La lactancia materna protege al recién nacido
La leche materna es el único alimento completo para nutrir y hacer crecer a un bebe, en su análisis podemos comprobar su contenido en proteínas, vitaminas, minerales, carbohidratos y grasas en forma de fácil asimilación para el neo nato. Estas propiedades específicas de la leche humana nos ha hecho creer que el consumo de lácteos puede mantener a lo largo de la vida la vitalidad que nos dio cuando nos amamantó nuestra madre, esto no es así, la leche solo es para los lactantes y si observamos en la naturaleza a los animales adultos vemos que no maman y mucho menos de hembras de otras especies. La leche es para mamarla y fuera de su seno natural se estropea o altera a gran velocidad. Si no existiesen sistemas de conservación – que no garantizan totalmente su pureza – ¿estaríamos dispuestos a mamar de la ubre de la vaca?
La leche humana es baja en grasa saturada, tiene un buen nivel de ácido oleico seguido de ácido linoleico. En relación con ácidos omega-3, presenta además del linolénico los derivados de este como eicosapentaenoico, docosapentaenoico y docosahexaenoico, que cumplen importante funciones en el organismo del neonato, especialmente el último que es fundamental para el desarrollo del sistema nervioso y retina.
La ciencia sabe desde hace tiempo que los recién nacidos que reciben lactancia materna contraen menos infecciones que los que son alimentados con biberón.
La ayuda materna es absolutamente necesaria e irreemplazable durante los primeros años de vida, cuando el bebe no cuenta todavía con un sistema inmune desarrollado y suficiente para defenderse de los microorganismos patógenos.
La Organización Mundial de la Salud y el UNICEF aconsejan la lactancia natural o materna por más de dieciocho meses. La lactancia materna, afirman estas organizaciones, potencia el sistema inmunitario del bebé y su normal desarrollo, al tiempo que favorece la recuperación de la madre tras el parto y reduce para ella el riesgo de contraer enfermedades como el cáncer de mama.
Aunque el feto en su vida intrauterina recibe anticuerpos procedentes de la madre a través de la placenta, el niño amamantado dispone de una protección añadida al recibir con la leche materna anticuerpos y células inmunitarias.
¿Lácteos y riesgo de cáncer de mama?
En la mayoría de los países desarrollados, la leche de origen animal es considerada un alimento natural y saludable: Siendo valorada como un alimento muy completo para todos.
A este concepto imaginativo de la leche y sus derivados se ha contribuido con excesivo rigor desde todos los sectores sociales y educativos, contribuyendo de manera importante las enseñanzas universitarias.
Sin embargo, desde el punto de vista científico mas especializado no hay ninguna necesidad de consumir leche después del destete y mucho menos de otra especie.
Coherente con esta costumbre social reglada y aconsejada por organismos educativos, sería igual de lógico (o ilógico) consumir leche de otras especies,
Tales como leche de perro, gato o rata, de las que “racionalmente” experimentamos un rotundo rechazo.
La naturaleza ha previsto que la leche de vaca sea exclusivamente la primera alimentación para los terneros, por lo que podemos presumir que biológica y fisiológicamente no es apta para el consumo humano y que con toda seguridad es motivo de diversas patologías.
El Dr. Neal Barnard, Presidente del “Comité de Facultativos para la Medicina Responsable ” (CFMR), de Norteamérica, manifiesta:
Yo crecí en el norte de Dakota, y vengo de una familia de ganaderos.
Una vez que empecé a estudiar medicina, me di cuenta de que la dieta que la mayoría de la gente sigue y con la que yo había crecido, era la que llevaba a tener problemas de salud (enfermedades coronarias, cáncer, diabetes, hipertensión, sobrepeso y otras). Las investigaciones han demostrado que quitando los productos de origen animal de nuestras dietas, podemos prevenirlas.
Las dietas altas en grasas estimulan la absorción de carcinógenos. Los investigadores han comprobado que los carcinógenos del humo del cigarrillo absorbidos por el tejido pulmonar viajan junto a grasas a través de la sangre. Pareciera ser que en dietas bajas en grasas, el cuerpo es menos proclive a absorber y transportar carcinógenos.
El Dr. Daniel Cramer, de la Universidad de Harvard, estudió el cáncer de ovario. Estudió a cientos de mujeres que padecían esta enfermedad, elaborando rigurosos y exhaustivos registros acerca de lo que comían. Luego lo comparó con mujeres que tenían una edad similar, pero no padecían cáncer de ovario, y tenían otras variables demográficas. El Dr. Cramer encontró que las mujeres que padecían cáncer de ovario consumían con una frecuencia mucho mayor un grupo de alimentos: los productos lácteos, y en especial el supuestamente “sano” yogur-
Muchos naturópatas consideran que el órgano afectado de cáncer puede proporcionar indicios sobre la causa de la enfermedad. Esto al parecer se confirma especialmente para el cáncer cuyo factor de riesgo mas importante es de causa conocida: Así, el ejemplo mas confirmado, es el cáncer pulmonar que tiene como factor de riesgo conocido y en parte determinante, el hábito de fumar, esta afección pulmonar refleja como causa principal de la misma la inhalación continuada en el tiempo de sustancias cancerígenas contenidas en el humo del tabaco
.
El cáncer de piel parece que es generalmente como consecuencia de una excesiva exposición a la luz solar.
El cáncer de cuello de útero esta asociado al parecer a una infección por el virus del papiloma (verruga venérea) humano, transmitido sexualmente.
Coherente con las situaciones precedentes es muy probable que el consumo continuado de alguna sustancia bioquímica activa obtenida de las glándulas mamarias de una especie animal (contenida en la leche) modifique el mensaje genético de ADN para la división de las células de las glándulas mamarias humanas.
Calcio y osteoporosis
Mantener durante mucho tiempo una ingesta baja en calcio tiene como consecuencia la desmineralización ósea, descalcificación que hace que el hueso se vuelva frágil (osteoporosis). La osteoporosis es un problema de salud de creciente importancia, afectando a mujeres posmenopáusicas así como a las personas mayores de ambos sexos. Las causas pueden ser varias: hormonales, poco ejercicio físico, una alimentación hiperproteica, insuficiencia de vitamina D y el aporte insuficiente de calcio durante toda la vida. (Generalmente cada persona puede o suele ingerir entre 10.000/15.000 litros de leche a lo largo de su vida, para en muchos casos terminar con insuficiencia de calcio en los huesos que la medicina pretende solventar recomendando el consumo de lácteos)
Necesitamos calcio en nuestra dieta, pero se puede obtener suficiente calcio fácilmente de muchas fuentes no lácteas. Todos los vegetales verdes contienen calcio (de ahí lo obtienen los animales herbívoros), así como todos los frutos secos, legumbres, las semillas de sésamo y la mayoría de las frutas.
“…..La científica británica JANE PLANT, Jefe de la Agencia Geológica , premio Lord Lloyd of Kilgerran, uno de los más prestigiosos del Reino Unido, pone a nuestra disposición un extenso estudio sobre los problemas que pueden provocar los lácteos de origen animal en el consumo humano; en su libro TU VIDA EN TUS MANOS (Título original: Your life in your hans) Editado por RBA Libros S. A., Pérez Galdós, 36, 08012 Barcelona.
Algunas fuentes de calcio
Calcio (en 100 g .)
Sésamo ………………………………………………. 783 MG.
Soja …………………………………………………… 280 MG.
Almendra……………………………………………. 252 MG.
Perejil ………………………………………………… 200 MG.
Berro ………………………………………………….. 214 MG
Higos secos ………………………………………….. 170 MG.
Yema de huevo ……………………………………. 141 MG.
Leche de vaca ……………………………………… 125 MG.
Yogur ………………………………………………….. 125 MG
Efectos neurológicos y cardiovasculares
Algo más del 60 % del cerebro está constituido por ácidos grasos. Son los componentes básicos de la membrana de las células nerviosas, a través de la que se producen las comunicaciones entre todas las células nerviosas en todas las regiones del cerebro y de todo el cuerpo. Lo que ingerimos afecta directamente a estas membranas. Si en nuestra alimentación predominan las grasas saturadas – animales o trans – su dureza y rigidez afecta a las citadas células. Si ingerimos grasas monoinsaturadas y sobre todo poliinsaturadas las células del cerebro permanecerán más fluidas y flexibles, y su comunicación más estable y eficiente. Sobre todo si los ácidos grasos son omega-3.
El hábito de un aporte suficiente de ácidos grasos omega-3 va a normalizar y estabilizar el correcto funcionamiento del cerebro emocional. En la última década se ha podido comprobar que esta situación estabiliza el ánimo, es antidepresiva y tiene gran cantidad de efectos benéficos sobre el corazón y su sistema.
Como sabemos, los aceites de pescado son la principal fuente de omega-3. Destacando el salmón, la caballa, la sardina, la anchoa entera, el arenque, el aceite de hígado de bacalao, etc. Entre los vegetales destacan el aceite y semilla de lino entre otros.
Consejos para la prevención de la enfermedad cardiovascular, alzheimer y cáncer
Estamos enfrentados actualmente a un grave problema de malnutrición. Principalmente la dieta occidental o de los países desarrollados se distingue por un desequilibrio en la calidad de la grasa. Este se manifiesta por un exceso evidente de grasa saturada como consecuencia de un elevado consumo de carnes y su manipulación –embutidos y transformados-, pastelería y bollería industrial, platos precocinados, precocinados congelados y lácteos enteros y sus derivados; hay una disminución de ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y un mayor consumo de ácidos grasos omega-6 frente a los ácidos grasos omega-3.
Recuperar el equilibrio en nuestra dieta es fundamental para prevenir la enfermedad cardiovascular y otras enfermedades crónicas. Adoptar un estilo de vida saludable junto a una razonable actividad física manteniendo un peso normal y evitando el consumos de hábitos nocivos – fumar y beber en exceso – pueden reducir en un elevado tanto por ciento las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.
Los resultados de numerosos estudios epidemiológicos han señalado los efectos beneficiosos del consumo de los ácidos grasos omega-3 en personas que sufren enfermedad cardiovascular y en aquellas con elevado riesgo de poderla padecer. Las conclusiones obtenidas ponen de manifiesto la necesidad de cambios en los hábitos de alimentación en los que deben incluirse un aumento y frecuencia en la ingestión de omega-3.
Un alto consumo de grasa saturada junto a una alimentación hipercalórica elevan peligrosamente el riego de este tipo de enfermedades, por ello es recomendable: controlar el peso, no fumar, limitar el consumo de alcohol, disminuir el consumo de grasa saturada, aumento del consumo de grasa monoinsaturada y omega-3 junto con una actividad física acorde con la situación y edad de cada cual
Helicobacter Pylori, Cáncer y el misterioso asesino
Esta bacteria ancestralmente colonizadora del estómago humano y protectora de los trastornos del esófago, está siendo señalada con el dedo acusador de la ciencia. ¿Cuáles serán las consecuencias de su erradicación?
¿ Que sustancia o ambiente hace que la habitual presencia de Helicobacter Pylori, sea ahora responsabilizada de aumentar el riesgo de contraer enfermedades gástricas y a la vez permita todavía mantener su protección frente a los trastornos del esófago? ¿Cruel paradoja? ¿De nuevo, el “misterioso asesino” , desvía la atención de la “ ciencia” por caminos equivocados?
Martin J. Blaser, microbiólogo experto en Helicobacter Pylori , ocupa la cátedra Frederick H. King de la Facultad de medicina de la Universidad de Nueva York. Preside la Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas. Y tras importantes estudios opina:
“¿Cómo puede la colonización por H. Pylori aumentar el riesgo de contraer enfermedades gástricas y a la vez proteger frente a los trastornos del esófago? Hallamos una posible explicación en las interacciones entre la bacteria y su huésped.. En el transcurso de la evolución, H. Pylori se ha convertido en un parásito atípico: a pesar de provocar una lesión permanente y la respuesta inmunitaria del huésped, persiste durante decenios en el interior del estómago. Esta persistencia sólo es posible si los procesos que estimulan la inflamación del tejido gástrico están compensados por procesos inhibitorios, que evitan el empeoramiento excesivo de la lesión. Debe establecerse un equilibrio entre huésped y colonizador; de lo contrario, el huésped moriría en poco tiempo y las bacterias perderían su hogar. Pero ¿cómo logran dos formas de vida que compiten entre sí alcanzar compromiso semejante? Para mi, el microorganismo y el huésped se comunican en un “ bucle de retroalimentación negativa”.
Esta retroalimentación negativa parece pone en juego no sólo las células microbianas sino también las del huésped.
“Milenios de coevolución entre H. Pylori y Homo sapiens han ejercido una intensa presión de selección sobre ambas especies. Para minimizar los daños de la infección, el ser humano ha desarrollado mecanismos de transmisión de señales a las bacterias mediante respuesta inmunitaria y cambios en la presión y acidez del estómago. A su vez, H. Pylori envía señales a las células del huésped a fin de aliviar el estrés provocado sobre si misma.
El grado de acidez en el interior del estómago constituye uno de los mayores factores de estrés para H. Pylori. Demasiado ácido mata a las bacterias: pero un nivel extremadamente bajo tampoco resulta adecuado, pues permite que E. coli y otros organismos que toleran peor los medios ácidos invadan el nicho de H. Pylori. Ante esta situación , H. Pylori ha desarrollado la capacidad de regular la acidez de su entorno. Las cepas de H. Pylori portadoras del gen cagA, utilizan la proteína CagA como molécula señalizadora. Cuando la acidez es elevada, la sintetizan en gran cantidad; ello desencadena una respuesta inflamatoria del huésped que disminuye la acidez mediante la regulación hormonal de las células productoras de ácido que recubren el estómago. Una acidez baja, en cambio, disminuye la producción de CagA y, por tanto, reduce la inflamación.”
Una dieta incorrecta que provoca un aumento constante del grado de acidez en el interior del estómago hasta niveles que ponen en riego la vida de H. Pylori las obliga a sintetizar en gran cantidad la proteína CagA que provoca la respuesta inflamatoria del huésped que disminuye la acidez, pero el constante mantenimiento de acidez en el interior del estómago provocado por agentes exógenos va a permitir que H. Pylori siga sintetizando la proteína CagA, esta persistencia acabara dañando las células epiteliales del estómago, y favoreciendo así la aparición de cáncer.
“Este modelo de retroalimentación negativa nos ayuda a entender los efectos de H. Pylori sobre la salud, que depende en gran medida de la intensidad de las interacciones que se establecen entre las bacterias y su huésped”.
Según Martin J. Blaser: “De la erradicación o ausencia de H. Pylori podrían derivarse otros efectos fisiológicos. El estómago produce dos hormonas que regulan los hábitos alimentarios: la leptina, que envía señales al cerebro para que dejemos de comer, y la grelina, que estimula el apetito. La erradicación de H. Pylori mediante antibióticos tiende a rebajar los niveles de leptina e incrementar los de grelina. En un estudio, los pacientes que se habían sometido a un tratamiento para eliminar H. Pylori ganaron más peso que los sujetos del grupo control. ¿Podrían los cambios en la ecología microbiana del ser humano estar contribuyendo a la actual epidemia de obesidad y diabetes mellitus (enfermedad relacionada con la obesidad) en los países desarrollados? Si se confirmara esta hipótesis, las consecuencias serían determinantes. Debería replantearse la idoneidad de antibióticos que eliminan del estómago la bacteria H. Pylori (y acaban también con bacterias que desempeñan funciones clave en otras partes del organismo).
¿Cuáles son las consecuencias del retroceso de H. Pylori? En los países desarrollados la incidencia de la úlcera péptica (excepto la originada por la aspirina o por el ibuprofeno u otros agentes antiinflamatorios no esteroides) y de cáncer de estómago están disminuyendo
de forma importante. Las pruebas demuestran la asociación entre la regresión de H. Pylori y la disminución de la incidencia de las enfermedades citadas.
Pero no todas las noticias son buenas, a la vez se ha producido un aumento en la incidencia de enfermedades esofágicas. Epidemiólogos de diversos países han detectado un alarmante brote del adenocarcinoma de esófago, un cáncer agresivo que se desarrolla en el revestimiento interno del esófago bajo y por encima del estómago, cuya supervivencia a cinco años después del diagnóstico es inferior al diez por ciento.
¿Cuál es el origen de tan terribles cánceres? Se sabe que el principal factor de riesgo es debido a la enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE). Esta enfermedad puede dar lugar al esófago de Barret, una lesión premaligna, que degenera después en adenocarcinoma de forma parecida a los cambios graduales que evolucionan en cáncer en otros tejidos epiteliales.
El aumento creciente de esta enfermedad coincide con el retroceso y la desaparición de H. Pylori. Importantes investigaciones apuntan a una posible relación entre ambos fenómenos. Numerosos estudios realizados en los últimos años respaldan esta hipótesis: La colonización del estómago por H. Pylori protege al esófago frente al ERGE y sus posteriores efectos. Revistiendo un interés mayor el conocimiento que, las cepas de H. Pylori portadoras del gen cagA, que sintetizan gran cantidad de proteína CAgA cuando el medio o ambiente es excesivamente ácido y cuya persistencia la hacen las más virulentas a la hora de provocar úlceras y cáncer de estómago, parecen ser las que proporcionan mayor protección.
Expertos del Nacional Cancer Institute, del Hospital Clínico de Cleveland, del Hospital holandés de Erasmus, además de otras investigaciones, realizadas en el Reino Unido, Brasil y Suecia han confirmado que el riesgo de contraer adenocarcinoma de esófago inferior y de la zona del estómago más cercana al esófago es significativamente menor en las personas portadoras de las cepas cagA de H. Pylori; existen, por tanto, pruebas convincentes del efecto protector de H. Pylori, aunque no todos los investigadores lo han observados, debido, quizás, a diferencias en los métodos de estudio.
Salud y longevidad
El precio de la longevidad y la salud es el “hambre”
En realidad la duración de la vida humana no ha sufrido un aumento significativo durante milenios. Para la gran mayoría de las personas el límite superior sigue estando en los noventa años a que refiere la Biblia. Si bien en los países desarrollados ha aumentado la esperanza de vida global, esto es, que una mayor calidad de vida, avances en la medicina y la erradicación de las enfermedades infecciosas, han permitido que un considerable número de personas puedan alcanzar el citado límite superior de los noventa años.
Alargar la vida de manera importante manteniendo la salud puede constituir un éxito del que existen precedentes.
Frenar el proceso de envejecimiento, que generalmente conduce a la enfermedad y a la muerte depende de controles internos que logren mantener los niveles y las constantes vitales dentro de la normalidad.
La detención del citado proceso de envejecimiento ayudaría a prevenir los tumores y otras enfermedades degenerativas incapacitantes o letales que se relacionan con la edad.
Cualquier acción que retrase el envejecimiento contribuirá indudablemente a mantener la salud y por consiguiente prolongar la vida.
Muchos científicos creen que la batalla contra el envejecimiento podría ganarse reduciendo drásticamente las calorías en la dieta, lo que provoca una combustión menor de energía y nos permitirá vivir más de 150 años.
Las dietas hipocalóricas basadas en frutas y verduras pueden prolongar la vida manteniendo la salud y evitando alteraciones fortuitas del ADN o de enzimas necesarias para el funcionamiento del organismo, insuficiencia del sistema inmune y la permanente actividad de esas moléculas tan reactivas y destructivas que son los radicales libres del oxígeno.
Comer para vivir o Comer para morir ¡La gran diferencia!
El aumento de la incidencia de cáncer y de enfermedades cardiovasculares en los países desarrollados están íntimamente relacionados con las dietas hipercalóricas e hiperproteicas, ricas en grasas saturadas, mensajeros químicos extraños, un incremento de la vida sedentaria y un importante desequilibrio entre la energía ingresada y la gastada, es decir, mucho mayor la adquirida que la gastada (dietas hipercalóricas).
Un elevadísimo tanto por ciento de patologías son debidas a una mala nutrición.
No existen y será muy difícil que puedan existir fármacos que puedan suplir carencias derivadas de una mala nutrición.
La acumulación de impurezas en el organismo es un factor de riesgo serio que provoca graves patologías. ..
El equilibrio entre los desechos generados por las funciones orgánicas y el metabolismo y la excreción de los mismos es absolutamente necesario para mantener la Salud
La eliminación activa y suficiente de residuos metabólicos e intestinales evita numerosas patologías. La acumulación de residuos colapsa los órganos excretores y aumentan peligrosamente el riesgo de enfermedades. Glucosa y envejecimiento
Cambios importantes experimentan nuestras células y los tejidos a medida que envejecemos y que llevan al deterioro y muerte del organismo. Un estilo de vida inadecuado, una dieta incorrecta y hábitos nocivos van a contribuir de manera decisiva para que las células pierdan la capacidad y sean ineficaces para reparar el material dañado. Una de las principales causas que puede producir este efecto es la unión química de la glucosa con las proteínas y los ácidos nucleicos. La unión enzimática de este proceso, se produce en sitios específicos, sobre una molécula determinada y tiene una finalidad concreta. Contrariamente, el proceso no enzimático que se produce a lo largo de cualquier cadena polipeptídica produce una “glicosilación” no enzimático de ciertas proteínas que desencadena en el organismo una cascada de reacciones químicas que finalmente culminan en la formación de enlaces cruzados ¿irreversibles? entre moléculas proteicas. Si esta hipótesis resultara correcta y se demuestra que estamos en lo cierto, podría explicarse por que ciertas proteínas –las constituyentes de tejidos y órganos – se van entrecruzando progresivamente durantes años, lo que finalmente haría aflorar en las personas las características propias del envejecimiento. Aunque hasta ahora no está suficientemente demostrado que estos puentes “glucosa-proteínas” sean la causa principal del envejecimiento, muchos investigadores coinciden en que el entrecruzamiento continuado de la referida unión no enzimático puede contribuir de manera importante al endurecimiento y la pérdida de la elasticidad característicos de los tejidos envejecidos. De igual manera la unión no enzimática de glucosa a los ácidos nucleicos puede deteriorar seriamente el ADN.
Los químicos especializados en alimentación saben desde hace tiempo el proceso de alteración de las proteínas por la glucosa, sin embargo, todavía son escasos los biólogos conscientes de que estos procesos pueden desarrollarse y evolucionar en el organismo.
Algunos aspectos de la nueva pirámide sobre alimentación humana
Desde hace algunas décadas se sabe que las grasas saturadas –abundantes en las carnes y los productos lácteos- elevan los niveles de colesterol y homocísteina en sangre, constituyendo por esto un importante factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Cuando una persona reemplaza las calorías procedentes de grasas saturadas por calorías de hidratos de carbono, consigue bajar sus niveles de LDL -popularmente llamado “colesterol malo”- pero a la vez, también baja el nivel de HDL –denominado “colesterol bueno”, lo que permite o favorece que persista el riesgo. En esta situación aumenta el riesgo al elevarse los niveles de triglicéridos en sangre, puede que debido a los efectos sobre el sistema endocrino del organismo.
Los efectos dañinos se intensifican, cuando se cambia el consumo de lípidos (grasas) poliinsaturados o monoinsaturados a la ingesta de hidratos de carbono. En este caso suelen subir los niveles de LDL y bajan los de HDL, con lo que aumenta peligrosamente el riesgo.
Los únicos lípidos más dañinos y perjudiciales que los hidratos de carbono son los ácidos grasos llamados “trans”, grasas producidas por la hidrogenación parcial o total de aceite líquido vegetal para su solidificación. Este tipo de grasa está presente en margarinas, productos de panadería y pastelería, prefritos y frituras, galletas y en numerosas conservas alimenticias. Son especialmente dañinas porque elevan los niveles de LDL, de triglicéridos y reducen el HDL.
Es aconsejable la sustitución de grasas saturadas y trans por grasas poliinsaturadas, pero no por hidratos de carbono.
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La alta incidencia de cáncer de mama, colon y próstata en los países desarrollados hace sospechar que el consumo de lípidos y en especial la grasa de origen animal –carnes y lácteos- puede constituir un factor de riesgo importante.
La carne roja puede aumentar también el riesgo de diabetes tipo 2 y de cáncer de colon. Este último puede en parte achacarse a las sustancias químicas presentes en las carnes manipuladas y preparadas, tales como embutidos, salami, salchichón etc.
Las aves y pescados contienen más grasas insaturadas, además el pescado es una fuente rica en ácidos omegas-3. Se ha comprobado un menor riesgo de enfermedad coronaria y cáncer en las personas que han sustituido la carne roja y los lácteos por pollo y pescado (No obstante deseo expresar las naturales reservas del uso exclusivo de las grasas procedentes de animales de sangre fría y los posibles efectos en las personas).
Por otra parte, no podemos asegurar que el consumo de lácteos y derivados de origen animal carezca de riesgos: numerosos estudios han demostrado que este hábito va acompañado por un mayor riesgo de cáncer de próstata en los varones y una elevada incidencia de cáncer de mama y ovario en las mujeres.
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La obesidad es un factor de riesgo importante para la diabetes tipo 2, la enfermedad coronaria, y los canceres de mama, colon, riñón y esófago.
Aumentar la ingesta de crudos –ensaladas y frutas- y limitar el consumo total de calorías, no solamente la de lípidos, es aconsejable para combatir la obesidad.
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Cuando los hidratos de carbono son refinados, como el pan blanco y el arroz, se descomponen con gran rapidez en glucosa. La alimentación con productos refinados produce una pérdida importante de vitaminas, minerales y fibra.
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Las patatas son tubérculos compuestos casi exclusivamente de almidón que es metabolizado en glucosa con gran rapidez. Comer patata hervida puede elevar considerablemente los niveles de azúcar en sangre.
La inclusión de patatas como verduras en la pirámide alimenticia, tiene un fundamento erróneo, ya que al ser las patatas esencialmente almidón, no contienen las propiedades saludables de otras verduras.
El incremento de azúcar en la sangre estimula una fuerte descarga de insulina, hormona que transporta la glucosa al hígado ya los músculos.
Los niveles altos de glucosa e insulina pueden ejercer un efecto negativo en el sistema cardiovascular al elevar los triglicéridos y disminuir el HDL.
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Un alto y continuado consumo de ensaladas y frutas reducen el riesgo de cáncer y contribuye a su curación.
Las verduras y las frutas constituyen, además, una importante fuente de vitaminas, minerales y fibra, absolutamente necesarios para gozar de una buena salud
Consejos Dietéticos
Dieta para obesos con o sin enfermedad cardiovascular (ECC)
Hipertensión, hipercolesterolemia, Diabetes tipo 2
Alzheimer
Dieta para la prevención del cáncer relacionado con la nutrición
Desayuno: Fruta (varias piezas), Cereales integrales, frutos secos no manipulados, Infusión, Té verde, zumo de naranja, pan integral, aceite de oliva virgen, Batido de soja…
Comida: ensalada variada, pescado graso rico en omega-3, manzanas.
Merienda-Cena: Sopa de verdura, Pescado y manzanas cocida u horno. (18/19 horas)
Complementos e ingredientes sólo de origen vegetal. (Aceite de oliva virgen extra)
Tras la merienda-cena solo fruta (si hay demanda de energía) y agua no cloradas. ( 1,5 a 2 litros durante durante el día )
Zumo de manzana. Zumo de zanahoria. Horchata de chufa (elaborada en casa)
Cloruro de magnesio. Spirulina, Germen de trigo y Sésamo
Hidroterapia de colon. Hacer un control de colesterol y homocísteina.
No fumar, no tomar bebidas alcohólicas o industriales,
Moderación en el consumo de azúcar..
Moderación en el consumo de sal.
Fructosa en sustitución de azúcar refinado.
Suprimir totalmente leche entera y sus derivados (productos lácteos)
Comer preferentemente cuando haya sensación de hambre o necesidad de nutrirse (demanda de energía). Nunca comer porque es la “hora”, costumbrismo que provoca disfunciones orgánicas. No comer después de la puesta de sol.
Seguir tratamiento si así lo estima su médico,
NO FUMAR NI ESTAR EN AMBIENTE DE FUMADORES
Ejemplo de dieta para un día. En la página siguiente encontrará proporciones para confeccionar su propia dieta
Fuentes de omega-3
Aceite de pescado, Aceite de hígado de bacalao
Aceite orgánico de linaza. Composición: Poliinsaturados, Omega-3 (57%), Omega-6 (16%); Monoinsaturados (18%) y Saturados (9%).
Salmón. Atún. Caballa, trucha, sardina, arenque, caviar.
Nueces, Soja, germen de trigo, Aceite de grosella negra.
La enfermedad cardiaca coronaria pone a su víctima cara a cara con la muerte. Quien se está recuperando de un ataque se descubre súbitamente restringido en su estilo de vida y actividades que le brindaban satisfacción y placer. Se siente privado de sus fuerzas, resistencia y vitalidad. Las estadísticas explican que un ataque cardíaco puede afectar permanentemente el sentido del optimismo y la actitud positiva ante la vida; un elevadísimo tanto por ciento de los pacientes caen en una grave depresión. El corazón no es solo algo físico en el centro del pecho, sufre también la influencia directa y potente de la conciencia.
Una alimentación sana y suficiente puede estar compuesta de un 60 % de frutas, (1- 1,5 kg .) Un 10 % de hojas (ensaladas y verduras hervidas) (400 / 500 grs.) y un 30 % de Cereales, legumbres, pescados azules, pescados blancos, frutos secos no manipulados y un bajo consumo de huevos, yogur natural desnatado, crustáceos y molusco (moderación) (200 / 300 grs.) (Cálculos sobre una dieta de 1600/1900 calorías, para adultos a partir de los 30 años en adelante y un peso medio de 55/65 Kg., (25-30 Kcal./Kg./día). (Ingredientes y complementos solo de origen vegetal).
Alimentos que contienen sustancias esenciales
Almendras
Alubias rojas
Arroz Integral
Cebada
Frutas (todas)
Guisantes
Harina integral
Pan integral
Semilla de girasol
Semilla de sésamo
Vegetales (todos)
(Tres semanas pueden ser suficientes para regularizar su nivel de colesterol y normalizar su tensión. ¡Después de saber como….! (.TOME LAS RIENDAS…….)
Debe consultar a su médico-Consejo dietético gratuito
La Línea de la Concepción , Diciembre 2002
E-mail: pacomartin@ccvir.zzn.com
Dieta radical contra el cáncer y enfermedades cardiovasculares
Experimento durante noventa días
En ayunas: Una cucharada de aceite de lino/días alternos
Desayuno: Frutas, Soja (Opcional con café o con zumo de naranja) pan integral con aceite de oliva virgen extra (cristal) ajo. Hasta la comida agua. Opcional una cerveza sin alcohol y Nueces.
Comida: Ensalada de lechuga (hojas verdes), un d. de ajo, cebolla y zanahoria cruda. Sopa de coliflor – Bróculi y arroz integral. Pescado con guarnición de coliflor y Bróculi, Postre: manzanas. (Consuma solo aceite de oliva virgen extra, botella cristal)
Hasta la cena agua. Opcional: Infusión o Café descafeinado sin leche con/sin fructosa.
Cena: fruta, pan integral, Batido de soja con zumo de fruta. 18/19 horas.
Yogur natural desnatado.
Fructosa o azúcar de forma moderada.
Hasta dormir agua. Opcional fruta. (Si hay demanda de energía)
El agua debe alcanzar 2/3 litros/día.
Carbonato de magnesio con agua antes de dormir/días alternos.
Dieta hipocalórica en fase experimental iniciada el 01 de enero de 2005
Voluntario El Autor
¿Por que me someto a estos experimentos? Porque la dimensión dramática que están alcanzando estas enfermedades, exige sacrificios de las personas que intentamos luchar contra ellas.
Los resultados de la dieta a la que me he sometido durante noventa días y con la cual continúo, han sido totalmente satisfactorios, pienso continuar alimentándome básicamente de ensaladas, verduras cocinadas, Soja (batido, brotes), legumbres, yogur natural desnatado, pescados, mariscos con moderación, de 0 a 2 huevos a la semana, frutas, agua no clorada, una pequeña cantidad de frutos secos no manipulados, fructosa o azúcar moderadamente. Pan integral, aceite de lino, carbonato de magnesio y aceite de oliva virgen.
Francisco Martín Acrís – Diplomado por la UNED
Crecimiento Celular y Cáncer
Nutrición y Dietética I y II
Presidente de Junta
Asociación Española Contra el Cáncer
Apartado de Correos, nº 148
11300 La Línea de la Concepción ,
Más información:
Centro Médico Linense
(Policlínica)
Avenida España nº 17
Miércoles de 17.30 a 19 horas
La Línea de la Concepción
¡Muy importante!
Yo no soy médico. Por ello les aconsejo que esta información la sometan a la aprobación de su médico, mi situación académica no permite realizar estas prácticas, aunque las lleve a cabo de forma altruista (gratuita). Por ello, nadie debe seguir los consejos que indico sin la debida supervisión de un licenciado en medicina, muy especializado en nutrición.
Si adoptáis el contenido de esta información sin la previa autorización o visto bueno de su médico, será bajo su exclusiva responsabilidad.
Francisco Martin Acris
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OPINIÓN
Como proceder si uno o un ser querido tiene cáncer
Si hay posibilidad de extirpar una masa tumoral que tiene riesgo inminente para la vida, sométase a la operación; si no es así: NO SE PRECIPITE. Si la cirugía no da la seguridad de colaborar a la curación y existe riesgo de insuficiencia funcional permanente, busque otras opiniones antes de decidirse. La progresión de las neoplasias puede ser detenida mediante terapia y dieta coadyuvante.
Busque ayuda psicológica y dietética especializada, es obvio, que el enfermo de cáncer necesita ayuda psicológica; por otra parte, es absolutamente necesario establecer una dieta biológicamente correcta, curativa y como antagonista de las terapias agresivas y no selectivas, también como prevención de metástasis o nuevos tumores; importantes investigaciones han demostrado, que una dieta no correcta, puede ser un factor de riesgo serio que favorece la evolución de la enfermedad. Dentro de los tratamientos habituales, no se contempla este aspecto, a mi juicio prioritario y de vital importancia.
Infórmese acerca de cualquier forma de inmunoterapia que exista para su tipo particular de cáncer. Si su oncólogo no conoce alguna, llame a los Centros de investigación del cáncer de las Universidades, o a cualquier Centro de investigación importante.
Si insisten en que debe hacerse radio o quimioterapia, solicite estadísticas sobre los índices de éxito de estas terapias, con su tipo particular de cáncer y su fase de desarrollo. Si se trata de tomar la decisión juiciosa, es necesario conocer las posibilidades precisas. Para algunos casos, existen libros que orientan a los enfermos, a tomar estas difíciles decisiones. Frecuentemente, la única manera de adquirir la información que se necesita, es visitar una biblioteca médica y buscar artículos sobre el tratamiento propuesto.
Debe saber, que la radiación y la quimioterapia, tienen riesgo mutágenos, cancerígenos y puede que letales. Todas las formas de quimioterapia, antiguas o nuevas, solas o combinadas, son agentes no selectivos destructores de células que dañan el ADN y atacan activamente las células en división, también las del sistema inmunológico. Por lo que una excesiva exposición a fármacos citostáticos o citotóxicos puede implicar grave riesgo.
Generalmente, la radioterapia (prudentemente administrada) es menos peligrosa que la quimioterapia, porque puede dirigirse a una sola parte del cuerpo. –aunque también puede generar efectos no deseados. Además cabe la posibilidad que cause lesiones que puede originar insuficiencia en el funcionamiento futuro del órgano afectado.
Si no es posible la opción de la inmunoterapia y si los índices de éxito de las terapias convencionales, ofrecen ciertas garantías para el tipo y estadio de su cáncer, entonces piense en decidirse por ellas, asumiendo los riesgos. Debe saber que el sacrificio de la célula cancerosa no siempre es sinónimo de curación, -su desaparición no erradica las causas – por lo que es aconsejable coadyuvar con terapia dietética preventiva.
Si después de comprobar las pruebas estadísticas de la utilidad de la radio y de la quimioterapia, para su tipo de cáncer, decide no someterse a ellos, investigue otras terapias.
Es de gran importancia, buscar buena información estadística sobre los resultados de la administración de otros tratamientos. Exija ver cualquier información seria publicada y ampliamente respaldada, que garanticen los tratamientos que le interesan. Es muy posible que no existan o sean escasos los informes publicados, motivo que pone en serias dificultades la decisión a tomar.
Trate de conocer los riesgos que presentan estas terapias, si tiene algún tipo de toxicidad o cualquier otro daño.
Infórmese acerca de otras personas que hayan seguido estas terapias y trate de hablar con ellas. SI LOS PRACTICANTES DE ESTAS TERAPIAS, NO LE FACILITAN ESTA INFORMACIÓN, ¡¡TENGA CUIDADO!!
Busque Licenciados que practiquen terapias naturales bio-ortomolecular y pídale su opinión. Desconfíe de todo lo no legitimado: NO DEBEMOS EXPONER NUESTRA VIDA, ES NUESTRO DEBER, NUESTRO DERECHO Y NUESTRA RESPONSABILIDAD.
Francisco Martín Acrís
Crecimiento Celular y Cáncer
Nutrición y Dietética I y II