Los abajo firmantes, alumnos y ex–alumnos del Departamento de Biología de la
Universidad Autónoma de Madrid, nos dirigimos a la comunidad científica y a la
sociedad en general para llamar la atención sobre un problema que puede llegar a
tener graves repercusiones en nuestra sociedad.
Existe, en la actualidad, una gran confusión en los fundamentos teóricos en que
se basan las investigaciones biológicas y, como consecuencia, sus objetivos y
aplicaciones, por lo que estas pueden llegar a ser peligrosas para la Naturaleza y
para el ser humano.
Los descubrimientos recientes sobre la naturaleza y la complejidad de la información
genética y de otros fenómenos biológicos, especialmente los relacionados con las
actividades de bacterias y virus, resultan absolutamente contradictorios con las
suposiciones sobre las que se sustentaba la base teórica de la Biología elaborada a
principios del siglo pasado. Sin embargo, tanto la docencia como la investigación parecen
seguir ancladas en las antiguas interpretaciones.
La explicación más inmediata de esta situación está en la especialización y falta de
integración entre distintas disciplinas. Como consecuencia, desde el punto de vista de la
docencia, se continúa la formación de nuevas promociones con criterios desfasados. Pero
es aún más grave la repercusión en la investigación: se mantienen los planteamientos y los
objetivos reduccionistas y, como consecuencia, las interpretaciones, que son
absolutamente contradictorias con los nuevos datos. Esto supone una grave pérdida de
tiempo en ciencia y un inútil despilfarro de inteligencias formadas y enfocadas con unas
bases erróneas.
Queremos transmitir a la sociedad que el problema no se reduce a un debate
científico. La vieja concepción competitiva y simplificadora de los fenómenos naturales
ha llevado a graves problemas, como el avance de la resistencia bacteriana a los
antibióticos debido a la consideración de la bacterias (que ahora sabemos que son
extraordinariamente abundantes y fundamentales para el desarrollo de la vida) como
agentes exclusivamente patógenos que había que eliminar. Los datos actuales nos han
mostrado que los virus son todavía más abundantes, ubicuos y participativos en los
procesos biológicos que las bacterias y que, al igual que éstas, su carácter patógeno
responde a un desequilibrio de los fenómenos naturales. Por esto, las investigaciones
orientadas sobre los viejos criterios reduccionistas y enfocadas con fines economicistas
pueden constituir un grave peligro para la Naturaleza y para la Humanidad.
Queremos resaltar especialmente la distorsión que introduce la investigación con
intereses en un rendimiento económico inmediato en el verdadero objetivo de la Ciencia:
la profundización de los conocimientos al servicio de la Humanidad. La financiación
privada de investigaciones orientadas a la obtención de patentes destinadas a la
comercialización conduce a la precipitación de sus aplicaciones y a nuevos peligros
potenciales, dada la desconexión de estos planteamientos reduccionistas con la realidad de
los fenómenos de reciente descubrimiento. Por otra parte, esta dinámica induce al
despilfarro de tiempo, dinero e inteligencia en investigaciones con fines absolutamente
absurdos e inviables, como la pretensión de “crear” organismos artificiales, alargar la vida
o seleccionar individuos supuestamente libres de enfermedades genéticas y otras de un
cariz semejante, naturalmente, destinadas para el que pudiera pagarlo.
Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo
a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos
denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen
especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los
científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al
reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero
debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a la implicación de la sociedad en este
problema y, muy especialmente, a la comunidad científica para poner fin a esta situación
irracional en que se encuentra una ciencia cuyos conocimientos nos deben resultar
fundamentales para hacer frente a los problemas que se avecinan, productos en gran parte
de una concepción de la Naturaleza propia de épocas pasadas, y construir una Biología
que nos conecte con la Naturaleza. Porque si la seguimos tratando como a una enemiga
tenemos todas la de perder.
FIRMADO:
Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología
Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología
Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología
Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología
Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología
Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología
Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología
Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología
Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología
Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología
Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología
Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología
Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología
Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología
Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología
Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología
Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología
Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM
Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM
Jon Ortega Doctorando UM
María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM
Máximo Sandín Profesor Depto. Biología
Autor: Máximo Sandín y otros
Fuente: Enviado en colaboración.