Una fragancia determinada no solo puede abrir el apetito o anunciar el peligro también puede evocar sensaciones, vivencias y emociones del pasado mas remoto.
El escritor francés Marcel Proust, quien pasó la segunda mitad de su vida repasando la primera, compartida con su amada madre, volcó sus remembranzas en una de las primeras novelas “psicológicas” que se conocen: En la búsqueda del tiempo perdido. En sus páginas no solo se encuentra la primera descripción psicoanalítica de los celos, sino también una maravillosa definición del olfato, que lo señala como el más personal, frágil, insustancial y persistente de todos los sentidos, capaz de evocar los recuerdos mas vividos a partir de una diminuta gota de esencia…
…El ser humano puede reconocer unas diez mil esencias diferentes, entre las cuales muchas despiertan respuestas emocionales e intelectuales conscientes, mientras que otras generan conductas innatas inconscientes, similares a las observadas en los animales.
Las proteínas del olor
…Cuando un animal inhala moléculas olorosas, estas viajan hacia la parte posterior de la nariz, a través de la capa de moco de naturaleza acuosa que la recubre. Una vez allí se unen a proteínas especificas en el citoplasma de las neuronas olfativas, con las que se inicia una serie de reacciones que involucran al bulbo olfatorio primero y a la corteza olfatoria después, y que culminan con la estimulación de los centros sensoriales superiores de la corteza cerebral, responsables de los pensamientos y el comportamiento….
Los receptores del olor
…El numero de receptores olorosos es muy elevado; se considera que el genoma total de los mamíferos contiene unos cien mil genes, de manera que el 1% se relaciona con este tipo de percepción. Tamaña abundancia es aun mas llamativa si se la compara con el escaso repertorio de receptores visuales….
La decodificación del olor
…En un intento para conocer la verdadera naturaleza de la percepción cerebral del estimulo se propusieron tres modelos de distribución de las neuronas y los axones en la nariz y en el cerebro. En uno, las neuronas con un tipo particular de receptor se agrupan en el epitelio olfatorio, y sus axones, que pueden ser hasta 10.000, convergen en áreas del cerebro llamadas glomérulos donde hacen sinápsis con otras neuronas, de manera que es la estimulación de un área determinada de la nariz la que define cualitativamente el olor.
En los otros dos modelos las neuronas se distribuyen al azar y sus axones pueden converger o no en áreas discretas del cerebro. Si lo hacen, el cerebro reconoce el olor a partir de la actividad en el glomérulo en cuestión; pero si las proyecciones de las neuronas olfatorias y las de las células cerebrales, con las que hacen sinapsis, se distribuyen al azar, el cerebro debe usar un algoritmo sofisticado para decodificar las señales recibidas e interpretar la información.
…La mayoría de los mamíferos, incluido el hombre, poseen un órgano vomeronasal, codificado por genes específicos, separado del resto del epitelio olfatorio, que actúa como una especie de “nariz sexual” capaz de reconocer sustancias reguladoras del comportamiento social y reproductivo llamadas feromonas. Cuando se extirpo este órgano a ratones machos vírgenes no les causo problemas en el olfato, pero nunca se aparearon, lo que parece relacionarse con que las personas con problemas olfatorios suelen presentar disfunciones sexuales.
…De acuerdo con los nuevos conocimientos sobre la fisiología de la percepción de los olores, los mamíferos podrían, en teoría, detectar un numero extraordinario de olores, ya que estos interactúan con muchos receptores al mismo tiempo y generan un sinfín de combinaciones posibles. Pero como la función primordial de todos los sentidos es brindar información del medio ambiente, cabe pensar que a lo largo de la evolución solo se conservo la capacidad de reconocer aquellos olores importantes para la supervivencia y la reproducción de las especies. Esto explicaría la perfectibilidad del olfato en el hombre y también su carácter “cultural”, ya que con relativa facilidad es posible educar, refinar y enriquecer a este granevocador, para recibir una información mas “aromática” y quizá también mas “melancólica” del mundo.
Fuente: Medical Mag (1996)
