Un sentido secreto en la nariz humana? Las feromonas y los mamíferos
Algunos estudios sugieren que los humanos responden a señales químicas emitidas por otros.
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A que responden los VNO de los roedores –o quizá de los humanos? Probablemente feromonas, un tipo de señal química originalmente estudiada en los insectos.
La primer feromona identificada (en 1956) producía una atracción sexual en las polillas. Luego de remover ciertas glándulas al final del abdomen de 500.000 polillas hembras, se extrajo un compuesto curioso. En cantidades mínimas hacia que los machos muevan sus alas rápidamente en una danza.
Luego de purificar la feromona, se la llamó “bombykol”. “Se ha calculado que si una única hembra fuera de liberar todo el bombykol contenido en su glándula, atraería un trillón de machos en un instante,” escribió Lewis Thomas en “La vida de las células”.
Tratando con mamíferos, sin embargo, los científicos tuvieron que lidiar con problemas totalmente diferentes. Comparado con los insectos, cuyo comportamiento es altamente estereotipado y predecible, los mamíferos son independientes y complejos. Su comportamiento varía mucho y su significado no siempre está claro.
Lo que necesitan los científicos es “un ensayo de conducta muy específico”, explica Alan Singer. Hace unos años él y Foteos Macrides encontraron un ensayo que funcionó con hamsters –pero sería muy difícil de aplicar a los mamíferos más grandes.
El ensayo consistía de: Primero los investigadores anestesiaban un hámster macho y lo ponían en una jaula. Luego ponían a un macho normal en la misma jaula. El macho normal ignoraba o le mordía las orejas al otro macho anestesiado.
Luego los investigadores repetían el ensayo con un macho anestesiado que tenía secreciones vaginales de una hembra hámster. Esta vez, el macho normal reaccionaba distinto: en vez de rechazar al macho anestesiado, trataba de aparearse con él.
Eventualmente, Singer aisló la proteína que desencadenaba esta reacción. “Afrodisin”, como la llamaron los investigadores, parece ser una proteína transportadora de una molécula más pequeña que se une fuertemente a ella y podría ser la verdadera feromona. La sustancia parecería actuar al nivel del VNO porque los machos hamsters no responden a ella cuando se les ha extraído el VNO.
Los humanos son los mamíferos más difíciles de trabajar con, dice Singer. Pero algunos estudios sugieren que los humanos también responden a algunas señales químicas emitidas por otros. En 1971, Martha McClintock, una investigadora que ahora trabaja en la Universidad de Chicago, descubrió que las mujeres universitarias que vivían juntas y pasaban mucho tiempo juntas gradualmente desarrollaban ciclos menstruales más cercanos.
McClintock ahora está realizando un nuevo estudio de los ciclos menstruales de las mujeres, basándose en sus descubrimientos de un experimento con ratas. Cuando expuso a un grupo de ratas hembras a quimo señales tomadas de varias fases de otros ciclos de otro grupo de ratas, descubrió que un set de señales acortaba los ciclos de las primeras ratas mientras que el otro set los alargaba. Ahora quiere saber si lo mismo se aplica a los humanos –si existen dos feromonas opuestas que pueden acortar o alargar los ciclos menstruales. En este estudio, se está basando en el tiempo exacto de la ovulación más que en la sincronicidad.
La ruta científica más directa para la comprensión de las feromonas y el VNO puede ser, una vez más, a través de la genética. Trabajando con las neuronas sensoriales del VNO de ratas, Catherine Dulac y Richard Axel encontraron una nueva familia de genes que “pueden codificar para receptores de feromonas en mamíferos.”
Una vez que los genes para tales receptores sean identificados, será relativamente fácil buscar genes equivalentes en los humanos. Los científicos podrán determinar, de una vez por todas, si tales genes son expresados en la nariz humana. Si lo son, los receptores podrán proveer una nueva pista científica acerca del misterio de la atracción entre hombres y mujeres.