- El sistema olfatorio:
El sistema olfatorio comienza en realidad en el techo de la cavidad nasal. Los receptores olfatorios son células ciliadas epiteliales con una variedad de receptores capaces de detectar miles de olores diferentes.
Sin embargo, como sucede con cualquier otro sistema sensorial, las neuronas receptoras no se proyectan hasta los hemisferios cerebrales. Sus axones se proyectan hacia el bulbo olfatorio para hacer sinapsis con las células mitrales. Los axones de los receptores olfatorios conforman el nervio cranial I. Esta frágil vía es susceptible a daños en los traumas cerebrales.
Aquí hay un ejemplo de una sección a través del bulbo olfatorio.
El bulbo olfatorio es una estructura sofisticada en sí misma. La sinapsis entre la neurona olfatoria y la célula mitral se encuentra en realidad en un nudo de axones y dendritas llamado glomérulo. Existe otro tipo de célula que probablemente afecte como la señal se transmite. Estas células, llamadas células granulosas, son pequeñas y se encuentran muy empaquetadas. Hay dos poblaciones de células granulosas: las externas, o células periglomerulares, y las internas, o células granulosas internas.
Los axones de las células mitrales se proyectan hacia el cerebro vía el tracto olfatorio. El blanco principal del tracto olfatorio es la corteza olfatoria primaria en el lóbulo temporal medio. Sin embargo, el sentido del olfato está muy interconectado con todas las estructuras del sistema límbico.
El sistema olfatorio desobedece una regla general de los sistemas sensoriales, no pasa por el tálamo antes de llegar a ala corteza. Sin embargo, existe una muy buena razón para esto; la corteza olfatoria es una estructura muy antigua y primitiva, de hecho sólo tiene cuatro capas celulares, comparado con la corteza de seis capas a la que estamos acostumbrados. La regla de que la información sensorial debe pasar por el tálamo para llegar a la corteza cerebral se cumple, pero sólo para la corteza de seis capas celulares, la neocorteza.
- La amígdala:
La amígdala es el núcleo responsable del miedo. Esta junta un estímulo sensorial aprendido con una respuesta adaptativa.
La información sensorial que llega a la amígdala debe ser altamente procesada para reconocer los elementos de una escena que señalan peligro. Esto incluye a la corteza visual, auditiva y somatosensorial.
Luego, la amígdala debe poder controlar al sistema autónomo para provocar una respuesta instantánea del simpático. La amígdala manda la información principalmente al hipotálamo y los centros autónomos del tronco cerebral, incluyendo al núcleo vagal y las neuronas simpáticas.
La amígdala también está involucrada en los cambios de ánimo y en las respuestas emocionales concientes hacia un acontecimiento, positivo o negativo. La amígdala se encuentra extremadamente interconectada con la corteza frontal, tálamo mediodorsal y el striatum medio.
Estas dos imágenes de la amígdala demuestran que hay grupos discretos de células dentro del gran núcleo. El grupo profundo, que incluye a los núcleos lateral, basal y basal accesorio, es responsable de recolectar la información desde la corteza sensorial. El grupo más dorsal, que incluye a los núcleos central y medio, recibe las proyecciones del grupo profundo y manda las señales a los centros autónomos.
- El hipocampo y la memoria:
Si la amígdala es MIEDO entonces el hipocampo es MEMORIA.
Hay tres tipos de memorias. La memoria a corto plazo es la memoria de trabajo. Esta es la memoria que permite repetir la última oración de una conversación cuando alguien te acusa de no estar escuchando. Es crucial para sumar números, armar una oración, seguir instrucciones, etc. El espacio dedicado a esta operación es reciclado tan pronto como pienses en otra cosa. No se convierte en memoria permanente. La memoria de trabajo no requiere del hipocampo, es probablemente un fenómeno cortical.
El segundo tipo es lo que comúnmente asociamos con “memoria”. Esta es la memoria a largo plazo o memoria declarativa y está compuesta por todos los datos, figuras y nombres que uno ha aprendido. Todas las experiencias junto con la memoria conciente entran en esta categoría. Aunque nadie sabe donde se almacena esta enorme base de datos, está claro que el hipocampo es necesario para almacenar nuevas memorias a medida que aparecen.
El tercer tipo es la memoria de procedimiento y es probablemente la más duradera. Estas son las acciones, hábitos, o habilidades que son aprendidas por repetición. Los ejemplos incluyen jugar al tenis, tocar un instrumento, etc. El hipocampo no está involucrado en este tipo de memoria pero es posible que el cerebelo juegue un papel en algunas instancias.
El hipocampo es crítico para la memoria declarativa, pero no es necesario para la memoria de trabajo o la de procedimiento o el almacenamiento de la memoria. El daño al hipocampo sólo afectará la formación de nuevas memorias declarativas.
- La anatomía del hipocampo:
El hipocampo es una estructura localizada en el lóbulo temporal medio. En una sección se ve así:
El hipocampo puede ser dividido en cinco áreas diferentes. El gyrus dentate es la capa densa y oscura de células. El subiculum se encuentra en la base del hipocampo y se continua con la corteza entorhinal, que es parte del gyrus parahipocampal. Hay un flujo de información en un sentido a través del hipocampo, como se diagrama abajo.
- Enfermedades del hipocampo:
El hipocampo es particularmente vulnerable a varios procesos, incluyendo isquemia, que es la obstrucción del flujo sanguíneo o privación de oxígeno, enfermedad de Alzheimer y epilepsia. Estas enfermedades atacan selectivamente a CA1 que corta a través del circuito hipocampal. Debajo se observa un hipocampo normal y uno privado de oxígeno.
Un derrame cerebral puede tener este efecto, pero debe haber daño bilateral del hipocampo para que afecte la memoria. La patología de epilepsia severa del lóbulo temporal es muy similar al daño isquémico.
La enfermedad de Alzheimer, aunque afecta a todo el cerebro, es particularmente fuerte en la región CA1. Debajo hay una fotografía del hipocampo de un paciente con Alzheimer, con la región CA1 magnificada. Se observan placas extracelulares que son las características de la enfermedad.
Autor: The Washington University School of Medicine