AUTOR: Diego Golombek
Desde la más remota antiguedad hasta nuestros días el tiempo ha sido un tema rodeado de misterios. De San Agustín a los relojes astronómicos, desde Kant a los ritmos biológicos, casi nunca el hombre logró definir con claridad al tiempo. Nosotros mismos, en tanto organismos sometidos a la periodicidad de la naturaleza, somos relojes celulares complejos y poco comprendidos. Otra vez el biólogo Diego Golombek -y un numeroso equipo de colaboradores de diversos países del mundo- pone su curiosidad y rigor científico al servicio de un tema en el que, tal vez, deberíamos pensar más a menudo en nuestra práctica profesional. Leer este libro es una aventura de la que no es posible salir tal como se ingresó en él. Haga la prueba.
“¿Qué es el tiempo?
Spengler sugirió que a nadie debería permitírsele tal pregunta. Afortunadamente, Diego Golombek y un conjunto de notables colaboradores se acercan a estos enigmas encuadrados en el paradigma de la biología. En forma comprensible y amena nos acercan los más modernos estudios sobre los ciclos biológicos a nivel molecular, así como sus bases neurales y evolutivas, para adentrarse en los ritmos del aparato cardiovascular, inmune, reproductivo, entre otros. Desentrañar las complejidades de las alteraciones de estos relojes biológicos nos lleva al aprovechamiento de estos saberes en aplicaciones como la cronofarmacología y cronotoxicología, el tratamiento del jet-lag o los efectos de los turnos laborales o escolares, la medicina del sueño e incluso las bases temporales del rendimiento intelectual o de algunas afecciones psiquiátricas.
Este libro viene a llenar un vacío en una de las ciencias que más han evolucionado últimamente y será de absoluta utilidad para todos los involucrados en las ciencias biomédicas. Según los parámetros de Ben Franklin, al considerar el tiempo como una inversión, sin duda que la lectura de este libro no será un tiempo perdido.”
«Cronobiología humana nos sumerge en uno de los temas más apasionantes, complejos y necesariamente útiles para nuestras vidas, como es el de los ritmos biológicos. Los ritmos biológicos nos llevan a pensar en el concepto del tiempo, en períodos, en cómo todos los seres vivos nos movemos en esta dimensión. Sin embargo, ya Einstein introdujo el concepto de que el tiempo es un aspecto de la relación entre el Universo y el observador, descartando la noción de tiempo absoluto de Newton. Es necesario, entonces, que la biología vuelva a mirar hacia la física cuántica y todas las grandes discusiones de la primera mitad del siglo XX. Del espacio-tiempo de la física pasamos ahora al tiempo y cuerpo de la cronobiología. Reintegramos el cuerpo a nuestro cuerpo como entidad organizada, a la Naturaleza, al planeta en que vivimos, con sus giros, rotaciones y traslaciones. Pero el objetivo del libro no es indagar sobre materias físicas o evolutivas, aunque deja muchas puertas y mentes abiertas, sino que pasa revista a temas esenciales de la medicina y de las ciencias biológicas.
Una de las conclusiones importantes para todos nosotros es que la siesta permite (en realidad en lenguaje de investigador, permitiría) un mejor aprendizaje, mejor rendimiento. Algo que es muy bueno saber…
No puede ningún estudioso, o investigador en ciencias biológicas y en las ciencias sociales (educación, psicología, laboralistas, etc.) o persona altamente educada en general, dejar de leer, de estudiar, este refrescante y erudito libro sobre cronobiología. Uno siente una mezcla de atracción entre la literatura, tal vez de ciencia ficción, con la más estricta erudición científica. Una muy completa bibliografía completa cada capítulo a la que hay que sumar la bibliografía general que figura al final con las necesarias y fundamentales direcciones de Internet.”
Alberto Díaz. Extracto del “Prólogo”
Fragmento del libro:
CRONOMEDICINA (CUANDO LA MÁQUINA NECESITA RELOJEROS)
Los trastornos de los ritmos circadianos en humanos son relativamente frecuentes,y a grandes rasgos pueden dividirse en dos grupos: endógenos y exógenos.Trastornos endógenos: se refieren a aquellas patologías en las que el oscilador circadiano o las vías de sincronización se encuentran afectadas, como en la ceguera, algunos casos de envejecimiento con disminución de la amplitud de los ritmos, tumores que afecten a los NSQ, etcétera.
Trastornos exógenos: en este tipo de desórdenes la cronología interna se encuentra desfasada con respecto a la externa; el cuerpo marca una hora del día diferente a la del mundo. Son ejemplos los casos de desincronización por vuelos transmeridianos (jet-lag) y los de los trabajadores en turnos rotativos.
Muchas enfermedades afectan directamente la estructura temporal del organismo; se ha comprobado que las enfermedades crónicas muchas veces resultan en una alteración del orden temporal interno. Es más, cuando los ambientes de tratamiento resultan muy agresivos en cuanto a la cronobiología normal (como en los casos de terapia intensiva en los que las luces permanecen encendidas las 24 horas y se producen irrupciones en la sala en cualquier momento del día) la remisión de la enfermedad se dificulta, en comparación con situaciones cronobiológicamente más “normales”.
Sin embargo, además de estos trastornos cronobiológicos específicos, la gran mayoría de las patologías poseen componentes temporales, tanto en sus manifestaciones como en su susceptibilidad a protocolos de diagnóstico y tratamiento. Los signos y síntomas de muchas enfermedades varían a lo largo del ciclo diario (así como en función de ciclos mensuales o estacionales).
Los criterios diagnósticos y de análisis se ven profundamente afectados por la hora del día en que sean realizados. Los valores únicos de temperatura corporal, presión arterial, etc., no son representantes fidedignos de la fisiología corporal, dado que no indican las variaciones temporales normales de las variables en cuestión. Las mediciones continuas a lo largo del día (en algunos casos ambulatorias) han arrojado nuevas tablas de valores de referencia para múltiples variables diagnósticas, de suma utilidad cuando deben realizarse análisis en horarios diferentes a los usuales. Algunos ejemplos de estos “cronodiagnósticos” son muy ilustrativos. En el caso del asma, la variable de elección es la medición del flujo respiratorio, cuya función es óptima en horas de la tarde y desmejora por la mañana. Si las pruebas se realizan por la tarde, el médico puede pensar erróneamente que el paciente responde a un cierto tratamiento, mientras que las pruebas matutinas darán otro tipo de resultados.
Por último, los tratamientos mismos se ven notoriamente afectados por la hora de realización. Si bien esto se aplica a cualquier tipo de tratamiento, los más estudiados han sido los de tipo medicamentoso. El horario de administración de los fármacos es una variable de suma importancia para evaluar su eficacia y efectos secundarios. La rama de la cronobiología que estudia el efecto de las drogas dependiendo de su hora de administración es la cronofarmacología.
Se han logrado espectaculares mejorías en los efectos deseados de las drogas (así como se han minimizado los efectos secundarios) administrándolas en el horario adecuado, incluyendo fármacos citostáticos, nalgésicos, antialérgicos y β-bloqueantes, entre muchos otros.
FUENTE: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=51775