El número de muertes en China debido al coronavirus asciende ahora a 170. Se han producido 37 nuevos decesos en 24 horas, el aumento más rápido desde el comienzo de la epidemia. Toda China está ahora afectada. Mientras, rehabilitan a médicos acusados de desinformación por alertar tempranamente de la epidemia.
Con un caso de contaminación descubierto en Lhasa, el coronavirus llega a la meseta tibetana y ahora son todas las provincias, todo el mapa de China el que está en rojo, informa el corresponsal de RFI en Pekín, Stéphane Lagarde. Ni las megalópolis confinadas ni la parálisis del transporte serán suficientes para frenar la progresión del virus.
Zhong Nashan, uno de los grandes expertos chinos en la lucha contra el SARS, y especialista de renombre mundial en enfermedades respiratorias, estima un probable pico de la epidemia en una semana o incluso 10 días. Otros investigadores en el extranjero hablan de marzo antes de esperar una disminución del número de personas infectadas.
Esta propagación acelerada está causando ansiedad e ira en las redes sociales chinas, que culpan a las autoridades locales por tardar demasiado tiempo en responder. Durante la última semana, el gobierno central ha estado coordinando el esfuerzo nacional, jugando la carta de la transparencia prometida a los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La comisión de control de brotes encabezada por el Primer Ministro Li Kekiang reconoció el miércoles que la situación era «seria y complicada». Incluso el gobernador de Wuhan, acusado por los usuarios de internet de retrasar la difusión de la información, admitió que todavía hay una grave escasez de equipo en los hospitales de Hubei, provincia cuya capital es Wuhan.