China ya tiene la mayor economía del planeta, destronando a Estados Unidos de América tanto económica como científicamente. India no tardará en ponerse al día como la tercera potencia económica mundial, pasando a Europa, y su población continuará creciendo después de sobrepasar a China en 2025. El resurgir de Asia, representado por China e India, creará un desplazamiento dramático del poder y de la geopolítica en lo que ha sido denominado como de Oeste al Este. La hegemonía internacional de la que ha disfrutado el Oeste durante el último medio milenio volverá al Este, que ya había liderado el mundo en muchas áreas antes del Renacimiento Europeo.
Afortunadamente, durante las próximas dos décadas, la economía mundial continuará expandiéndose y la condición humana también mejorará a lo largo de todo el planeta. De hecho, una marea ascendente eleva todos los barcos. La pobreza será reducida sustancialmente y el medioambiente mejorará significativamente gracias a un aumento en la consciencia global y los continuos avances de la tecnología.
Incluso África, la histórica cuna de la civilización que luego fue considerada como un caso perdido durante los últimos siglos, experimentará su propio resurgir en el escenario mundial. Después de experimentar un crecimiento del 5% durante los 2010s, e incluso aun mayor durante los 2020s, gran parte de los países africanos se unirá al rápido crecimiento de China e India, al igual que la mayoría del mundo.
El mundo en 2030 será radicalmente distinto al mundo de hoy. El rápido crecimiento económico y la convergencia habrán mejorado las condiciones de la base de la pirámide, y serán muchos los que puedan ascender su mirada hacia el espacio exterior. La colonización de Marte empezará durante los 2020s según los diferentes planes de muchos gobiernos (como los de China, Europa, India, Japón, Rusia y Estados Unidos e incluso algunas empresas privadas (por ejemplo, Blue Origin, MarsOne, SpaceX y Virgin Galactic).
Podríamos pensar en nano y bio como el hardware de la vida, y en info y cogno como el software de la vida. En las próximas dos décadas, seremos capaces de replicar y mejorar la complejidad de ambos, hardware y software, en los seres humanos. La complejidad de nuestro hardware se encarna en el genoma humano y sus 3 gigabits de datos, mientras que la complejidad de nuestro software está implícita en el cerebro humano, con sus 1017 operaciones por segundo.
Según algunas tendencias tecnológicas, podríamos alcanzar la inmortalidad física copiando, reproduciendo, aumentando y realzando nuestros actuales hardware y software. En medicina, algunos científicos dicen que el envejecimiento es, en realidad, una enfermedad, pero curable. Hoy sabemos que algunas células no envejecen, como varias bacterias, las células germinales, las células madre y las células cancerígenas, que no sufren el proceso del envejecimiento. Es fundamental entender por qué esto ocurre y usar ese conocimiento para detener el envejecimiento en organismos más complejos, como nosotros. Haciendo esto, nuestro hardware podría vivir indefinidamente gracias a los descubrimientos en longevidad relacionados con los tratamientos genéticos, la medicina regenerativa y las terapias con células madre, por ejemplo.
También podríamos alcanzar la inmortalidad haciendo copias de seguridad de nuestro software. Gracias a proyectos como The Human Brain Project en Europa y The BRAIN Initiative en Estados Unidos, seremos capaces de replantear la ingeniería de nuestros cerebros. Gracias a que las interfaces tipo ordenador-al-cerebro siguen mejorando, algunos científicos piensan que eventualmente seremos capaces de cargarnuestro cerebro en máquinas. En las próximas dos décadas, tal vez veamos incluso “la muerte de la muerte”.
La humanidad se acerca rápidamente a lo que se suele llamar la “Singularidad”: el momento en el que la inteligencia artificial alcanza el nivel de inteligencia humana, para después sobrepasarla. Tal vez entonces algunos humanos lleguen a convertirse en transhumanos y posthumanos, cambiando para siempre la vida en la Tierra y en el universo.
Trabajó para la multinacional francesa Schlumberger y para la consultoría estadounidense Booz-Allen, y ha sido director de la Single Global Currency Association, World Future Society (Venezuela) y del Club de Roma (Venezuela). Es vicepresidente de HumanityPlus, director del nodo venezolando de The Millenium Project y miembro de la Academia Mundial de Arte y Ciencia.
Es autor de más de 10 libros publicados en cuatro idiomas y ha escrito más de 200 artículos para muchas publicaciones internacionales. Ha sido entrevistado en la BBC y CNN y ha grabado algunos documentales con Discovery Channel y History Channel. También ha sido académico visitante en el Institute of Developing Economies (IDE) con JETRO en Tokyo, Japón, y en el Moscow Institute of Physics and Technology en Moscú, Rusia. Su nombre ha sido incluído en la edición de Marquis de Who’s Who in the World y ha trabajado y visitado más de 130 países.