Universidad dialogó con el joven investigador y doctor en Ciencias Biológica de la UBA, Ariel Waisman, que desde hace varios años estudia el funcionamiento y el potencial de las células madre pluripotentes.
Ariel Waisman estudió la licenciatura en Ciencias Biológicas con orientación en biología molecular y celular en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Desde adolescente, su interés por la ciencia y el mundo natural fue creciendo. Tal vez por eso recuerda con tanto cariño sus años como estudiante en la facultad, ámbito que –según sus palabras- “fomenta el pensamiento crítico” y “promueve la participación, la repregunta y la argumentación”.
Mientras estudiaba la licenciatura, Waisman participó de diversos proyectos de investigación, en los cuales investigó sobre la respuesta de las plantas a la luz, la bioquímica del virus que causa la fiebre hemorrágica argentina, la resistencia al cáncer y la biología de las células madre pluripotentes, tema con el que hizo su tesis de grado en el laboratorio de la FCEN.
Después de recibirse de biólogo, obtuvo una beca del CONICET para continuar sus estudios doctorales sobre las células madre. Una vez cumplido el objetivo, Waisman fue por más: en la actualidad, realiza un postdoctorado –también con una beca del CONICET- en la Fundación FLENI, espacio que utiliza tecnologías novedosas para modificar los genes de estas células para investigar su función.
En diálogo con Universidad, el doctor en Biología profundizó sobre el potencial de las células madre, dado que podrían utilizarse en un futuro en pacientes que sufren diversas dolencias. Sin embargo, Waisman advirtió que, más allá de todos los avances logrados en la materia, aún no existe ningún tratamiento aprobado para utilizar en pacientes.
Contanos un poco acerca de tus investigaciones actuales: ¿Cuál es la importancia de estudiar a las células madre pluripotentes?
En la actualidad, estoy haciendo un postdoctorado en células madre. Las células madre son células que pueden convertirse en otros tipos celulares, y existen de distintos tipos. Algunas tienen un potencial limitado, por ejemplo, las células madre de las neuronas sólo pueden dar neuronas y células similares, pero no células del hígado, de la piel ni ninguna otra. Por el contrario, existen otros tipos de células madre que sí tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular del organismo adulto, y estas son las denominadas células madre pluripotentes, tema que trabajé durante mi doctorado. Estas células tienen mucha resonancia mediática ya que, debido a su pluripotencia, podrían utilizarse en un futuro para obtener poblaciones específicas de células, las cuales podrían luego ser trasplantadas a pacientes que sufran diversas dolencias, como algunos tipos de ceguera, falla cardíaca, Parkinson, entre otras. En mamíferos, estas células sólo se pueden encontrar naturalmente en el embrión de unos días luego de la concepción, y luego de su extracción pueden ser cultivadas indefinidamente en placas de Petri -lo que los biólogos denominamos “in vitro”- para estudiarlas en detalle o diferenciarlas por el tipo celular de interés. Sin embargo, durante su obtención se destruye el embrión, lo cual genera un dilema ético. En ese sentido, en el año 2006, un científico japonés, Shinya Yamanaka, descubrió una forma de obtener células madre pluripotentes a través de “reprogramación” de células de individuos adultos sin la utilización de embriones, lo que le valió el premio Nobel del año 2012. Si bien estos avances son muy auspiciosos para poder aplicar eventualmente estos conocimientos en la clínica, lo cierto es que aún estamos en una fase experimental y resta mucho antes de que sean utilizadas en pacientes. En ese sentido, durante mi doctorado nos dedicamos a estudiar los mecanismos moleculares mediante los cuales las células madre cambian su identidad, y realizamos diversos aportes que fueron premiados localmente y publicados en revistas internacionales. Estudiamos, entre otras cosas, cómo se regulan a nivel molecular los genes necesarios para la diferenciación.
¿Considerás que tu área de investigación es ciencia básica o aplicada? ¿Creés que la ciencia básica está desvalorizada?
Sin duda, es investigación básica. Las preguntas que tratamos de responder no tienen como objetivo directo la aplicación de estas células en la clínica, sino más bien generar un cuerpo de conocimiento que nos permita entender cómo funcionan, qué señales moleculares necesitan para que se diferencien a un tipo celular de interés o cuál es el rol de un determinado gen durante la diferenciación. A veces se plantea una falsa dicotomía entre ciencia básica y ciencia aplicada, sobre todo a nivel de financiamiento público, como si estos dos tipos de ciencia fueran excluyentes. Y lo cierto es que, para que exista ciencia aplicada, necesariamente tiene que existir ciencia básica. En ese sentido, el campo de las células madre es un caso donde esa interrelación es muy notoria. Pongamos, por ejemplo, el tratamiento de algún tipo de enfermedad en la retina donde, debido a la muerte de las células del epitelio, los pacientes pierden la visión. La promesa de esta área es que eventualmente se puedan usar células madre para diferenciarlas a células de la retina sanas, que éstas se puedan trasplantar a los pacientes de forma segura, y que de alguna manera estas células trasplantadas puedan conectarse eléctricamente, sobrevivan y permitan una recuperación de la visión. Bueno, para que todo eso pueda suceder, antes es necesario saber cómo convertir células madre en células del epitelio de la retina. ¿Qué señales -ya sean hormonas, nutrientes u otros factores- hay que proporcionarles a las células para que se dé esta diferenciación de forma eficiente? Además, ¿las células obtenidas en el laboratorio son iguales a las células que se encuentran normalmente en un ojo? ¿Podrían estas células presentar algún peligro, como favorecer la formación de tumores? Es necesario responder estas y otras preguntas con gran detalle antes de pasar a la etapa de los pacientes, ya que, de otra manera, podría generarse un daño mayor al que se trata de solucionar.
Entonces, ¿no existen aún tratamientos médicos aprobados con células madre pluripotentes?
No. En la actualidad no hay ningún tipo de tratamiento con células madre pluripotentes aprobado para utilizar en pacientes. Si bien en los últimos años empezaron a desarrollarse unos pocos ensayos clínicos a nivel internacional para evaluar su seguridad y efectividad en el tratamiento de algunas enfermedades, aún estamos lejos de que estos estén disponibles en la clínica. Y en esto hay que ser muy responsables: existen clínicas nacionales y en el extranjero que ofrecen supuestos tratamientos con células madre, que generan falsas expectativas y que no están basadas en evidencia científica. Los únicos tratamientos aprobados con células madre son los que utilizan progenitores hematopoyéticos, que se usan para tratar algunas enfermedades de la sangre. Ante alguna inquietud, recomiendo informarse en la página web de la Secretaría de Ciencia y del INCUCAI y, desde luego, con los profesionales médicos.